Varios motivos hacen atractiva para todos la elección provincial en Santa Cruz. La más relevante de todos: es el distrito de origen de los Kirchner, por lo que lo que allí suceda siempre (o, por lo menos, desde 2003) genera repercusiones nacionales. Más aún cuando la candidata a gobernadora del peronismo es Alicia Kirchner, que va por su reelección. Además, Cambiemos pretendía sumar la provincia a su ola amarilla, luego de dos elecciones en las que creció en votos y centralidad. Tercer dato de color: es la única provincia que designa sus autoridades con la ley de lemas. El cuarto: es la única, también, que elegirá gobernador y vice el mismo día de las primarias abiertas nacionales del 11 de agosto.
Esta semana, a ese menú le sumó otro. La Cámara Nacional Electoral determinó que a las boletas provinciales no podrá adherirse ninguna de las fórmulas presidenciales porque ambos comicios son de “distinta naturaleza jurídica”. El fallo del tribunal le dio la razón a la apelación que interpuso la Unión Cívica Radical. En particular, el candidato Eduardo Costa, principal rival de la gobernadora, a su vez distanciado del presidente Mauricio Macri y de la Casa Rosada. La Cámara consideró “necesario asegurar, en la mayor medida posible, la expresión genuina de la voluntad electoral, evitando todo factor adicional que conspire contra dicho propósito”.
Si las posibilidades de Costa, senador nacional y empresario, eran más que expectantes hace un año, las cosas hoy parecen distintas. El gobierno de la provincia superó la larga parálisis de su Estado provincial y revirtió el abultado déficit fiscal, mientras que el radical Costa tuvo más de un entredicho con el Gobierno Nacional. El más resonante: el que lo decidió a no votar el Presupuesto 2019, fisurando la eficaz disciplina del interbloque Cambiemos en el Congreso. A eso, se le suma (o le resta) unas separación mediática, con denuncias de por medio, con su expareja Mariana Zuvic, dirigente de la Coalición Cívica.
Si las posibilidades del senador Eduardo Costa eran más que expectantes hace un año, las cosas hoy parecen distintas.
Alicia Kirchner va por la reelección acompañada por el diputado y exintendente de Caleta Olivia, Eugenio Quiroga. Encabeza el sublema “Acuerdo Santacruceño” dentro del lema “Frente de Todos”. No es la única lista con esa denominación. Sumará votos con el binomio Javier Belloni, intendente de Calafate, con la exjueza Connie Naves Lema, por el sublema “Nace una Esperanza”. “A nosotros realmente no nos modifica demasiado porque somos parte de un mismo proyecto político y la gente lo tiene muy claro”, sostuvo Quiroga, también dueño del diario La Opinión Austral.
Costa, por su lado, va por “Nueva Santa Cruz” acompañado por Liliana Andrade, concejala de Caleta Olivia. En tanto, “Encuentro Ciudadano” lleva como candidato a Gabriela Mestelán, entre otros varios sublemas. Costa fue el candidato más votado en 2015, pero por la ley de lemas no fue electo.
Los otros dos lemas que compiten son “Santa Cruz Somos Todos”, del dos veces gobernador Daniel Peralta, exaliado de los Kirchner, acompañado por la docente universitaria Laura Córdoba; y el “Frente de Izquierda Unidad”, que lleva como candidatos a Omar Latini y Claudio Wasquin.
La categoría a diputados nacionales, por su parte, sí va a ir “pegada” a la presidencial. En este caso, se renuevan dos bancas: una en manos del radicalismo y otra del Frente para la Victoria. El actual vice de Alicia, Pablo González, será el primer candidato de una de las listas del Frente de Todos. En tanto, Gabriel Ruiz encabezará la lista de Juntos por el Cambio.
