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Preocupación en agosto y confianza para octubre

En el oficialismo bonaerense creen que pueden perder las PASO y confían en dar vuelta la elección en octubre.

Pablo Varela 03 julio de 2019

Por Pablo Varela

El equipo de trabajo de la gobernadora María Eugenia Vidal ya dejó atrás el cierre de listas y pone sus energías en la campaña. La hipótesis que barajan por estas horas en el vidalismo es que perderán las elecciones primarias contra el candidato del Frente de Todos, Axel Kicillof, aunque se muestran confiados en contar con las herramientas para dar vuelta la elección en octubre. “Si perdemos por 5 o 7 puntos en agosto, en la general ganamos”, razonó un estrecho colaborador de Vidal ante El Economista. La frase resume lo que por estas horas piensan las principales cabezas del laboratorio electoral de Vidal.

Una derrota por una diferencia mayor no solo sería un cachetazo electoral, sino que además sumaría incertidumbre respecto de la gobernabilidad. La momentánea “paz cambiaria” podría ser alterada, variable que en el vidalismo observan con atención.

El equipo de trabajo de la gobernadora apostará a sumar figuras extraterritoriales en las recorridas de campaña. Entre esos nombres está el de Martín Lousteau. El diputado radical que encabezará la lista de senadores por la Ciudad, ya desfilas por las oficinas del PRO ubicadas en Retiro. También incorporarán a Miguel Pichetto. “Todo suma”, resumen.

Según los números que manejan en el equipo de la gobernadora, en un mano a mano con Kicillof, Vidal resultaría ganadora.

El principal tándem de trabajo quedará vertebrado por el jefe de campaña bonaerense, Federico Salvai y el subsecretario de Asuntos Municipales, Alex Campbell, quien además tendrá a cargo el monitoreo de los distritos del interior bonaerense. En el conurbano, se sumarán los intendentes Jorge Macri por la primera sección y Néstor Grindetti en la tercera quienes, bucarán apuntalar el trabajo de los “sin tierra”.

Según los números que manejan en el equipo de trabajo de la gobernadora, en una hipotética contienda mano a mano con Kicillof, Vidal resultaría ampliamente ganadora. La ecuación se modifica cuando ingresan las candidaturas de Mauricio Macri y Cristina Kirchner.

La elección en tierras bonaerenses presenta dos dificultades para el oficialismo: la ausencia de segunda vuelta y la escasa cultura de corte de boleta. “Hoy no tenés un Felipe Solá”, explican en el entorno de la gobernadora en relación a la elección de 2015, en donde el corte fue muy elevado.

Mientras en Nación y Ciudad apuestan a una campaña corta, (no desean subir a sus adversarios al ring antes de tiempo), en provincia hay ganas de salir a dar pelea y admiten que hay ansiedad en los equipos de trabajo distritales.

Por estas horas trabajan en la confección de una agenda que le permita a la gobernadora recorrer cada una de las 8 secciones, con actos en formato 360º a los que podría asistir el Presidente. Por ahora, Vidal apostará a continuar con sus recorridas, siempre con eje en la gestión y en las obras como principal activo para diferenciarse de la gestión anterior, manteniendo la frecuencia de un encuentro por semana con Macri, recorridas que más cerca de la elección, se harán más seguido. Ayer, Macri y Vidal estuvieron en Las Flores, en anuncio de obras viales.

Si bien los últimos sondeos indican que la polarización y la tranquilidad del dólar le han permitido al Macri repuntar, en el oficialismo provincial son conscientes de los malos números que exhibe Macri en el conurbano y ven con menor expectativa la posibilidad de alzarse con triunfos en los distritos. En la tercera sección, histórico bastión peronista, ven “casi imposible” ganar alguna intendencia aunque tiene expectativas de hacer una buena elección en Cañuelas, San Vicente y Punta Indio.

En zona norte del conurbano (primera sección), los cañones apuntan a Ituzaingó, donde el candidato será Gabriel Di Castelnuovo; San Martín en el candidato del oficialismo será el ministro bonaerense Santiago López Medrano; Hulingham, en donde competirá el funcionario nacional Lucas Delfino, al mismo tiempo que mantienen las expectativas de hacer una buena elección Tigre.

También hay preocupación por los tres grandes centros urbanos de la provincia, en donde el oficialismo supo cosechar muy buenos resultados en pasadas elecciones, lo que le permitió obtener el caudal de votos necesarios para contrarrestar la fortaleza del peronismo en el conurbano. Los números de Macri exhiben dificultades en La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca y desde el laboratorio del oficialismo bonaerense se espera que el Presidente, puede apuntalar su imagen en dichas ciudades.

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