A Sergio Massa se le removió un escollo para su eventual candidatura presidencial. Porque alteraba todas las reglas políticas que un ministro compitiese contra el Presidente por la nominación. Si bien el paso de Alberto Fernández se esperaba, al producirse, aceleró las definiciones.
¿Avanzará finalmente Massa con su candidatura a pesar de que insista en que está exclusivamente dedicado a su gestión como ministro? Sus allegados dicen que sí y que sólo está esperando el momento oportuno para anunciarlo.
El ministro de Economía sabe que ya no podrá exhibir buenos indicadores en materia de inflación (y consecuentemente de ingresos) y de actividad. Su apuesta es reemplazar esa falencia en materia de resultados mostrando gestión, iniciativa y capacidad para hacerse cargo de una situación compleja.
Y podría incluso recibir algún apoyo por parte del FMI con el visto bueno del Tesoro de Estados Unidos que ayudaría a descomprimir el difícil contexto económico como consecuencia de la escasez de dólares.
Otros ingresos provenientes del exterior podrían alejar definitivamente los riesgos de una devaluación brusca que es siempre la peor noticia en un ciclo electoral.
¿Alcanza? Algunos analistas señalan que en el círculo rojo se valoran esos atributos de Massa, pero creen que se pueden desmoronar ante la realidad de las góndolas. Es decir que las ventajas políticas de Massa pueden ceder frente a los indicadores económicos.
La reciente trepada del dólar no ayuda porque más allá de sus consecuencias económicas, es un termómetro del control que tiene el Gobierno sobre las variables económicas.
Los que han hablado recientemente con el ministro creen que una de las condiciones que pondría para aceptar ser candidato sería que no haya otro en el Frente de Todos. Aspira a presentarse como el candidato que exprese la unidad del peronismo sin someterse a una primaria competitiva.
El kirchnerismo apoya ese deseo. Una encuesta difundida ayer de Opina Argentina muestra que Massa sería el candidato del Frente de Todos que cosecharía más votos.
Pero en el Frente de Todos no hay unanimidad sobre la estrategia electoral. Daniel Scioli afirma que sigue en carrera y hay sectores internos cercanos al Presidente y muy críticos de La Cámpora que insisten en que debe haber primarias competitivas por la candidatura presidencial.
Si llegase a haber una primaria competitiva y el Frente de Todos enfrenta unido el proceso electoral, Fernández lo podrá considerar un logro porque siempre sostuvo que esos eran sus objetivos.
