El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, convocó a un nutrido grupo de dirigentes del peronismo con el objetivo de sentar posición y estrategia a seguir ante el Decreto de Necesidad y Urgencia de desregulación laboral y económica que anunció el miércoles el presidente Javier Milei.
En el encuentro participaron intendentes, ministros, diputados y senadores nacionales por la provincia de Buenos Aires. Entre ellos, se destacaron Máximo Kirchner, Juliana Ditullio y Eduardo de Pedro. También estuvieron presentes Sergio Massa y Juan Grabois, ex candidatos de Unión por la Patria.
El gobernador fue uno de los primeros dirigentes de peso del peronismo en reconstrucción que criticó el paquete de medidas anunciadas por el Presidente. Al día siguiente, el jueves, recibió en la gobernación a los sindicalistas Pablo Moyano (Camioneros) y José Voytenco (UATRE) y a los intendentes Mario Secco y Jorge Ferraresi, de Ensenada y Avellaneda, respectivamente, en lo que fue el primer movimiento para organizarse ante Milei.
"Vamos a empezar a defender al pueblo ante este ataque antidemocrático del DNU. Vamos a escuchar la mirada del gobernador. A los argentinos le licuaron el salario a la mitad y con el correr de los días va a ser más contundente", adelantó Ferraresi al ingresar a la gobernación.
La invitación de los diputados y senadores nacionales al encuentro se explica por la búsqueda de una estrategia legislativa para bloquear desde el Congreso la iniciativa, si es que el Gobierno finalmente envía una ley espejo, como piden distintos sectores de la oposición.
Tras el DNU, varios intendentes del peronismo salieron al cruce de la disposición. Mayra Mendoza, de Quilmes, manifestó, en declaraciones a Radio Con Vos, que "todos quedamos en shock. Es un tremendo DNU que intenta llevarse puesta una cantidad de leyes. Es un atropello al Congreso Nacional, a los representantes del pueblo, a los derechos y a tantos años de democracia".
Por su parte, el intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermín, advirtió que "el presidente puede proponer las reformas que considere", pero "lo que no puede es imponer y avasallar las instituciones de la democracia. No hay Argentina posible sin respetar la Constitución y su división de poderes".
En ese marco, Kicillof se vuelve el eje de la reconstrucción del peronismo como frente de resistencia, dado que está a cargo de la provincia más populosa del país, que presentó una ajustada resistencia a Milei en el balotaje de noviembre. El gobernador deberá contraponerse ideológicamente al nuevo presidente, pero también presentar una línea estratégica que le permita bloquear las medidas y consolidar al justicialismo como la oposición más firme, frente al quiebre y titubeos de Juntos por el Cambio.
