Por Pablo Varela
El presidente Alberto Fernández dará, el próximo domingo, su discurso de apertura de sesiones ordinarias, el primero desde su asunción el pasado 10 de diciembre.
Con las energías puestas en la negociación de la deuda como telón de fondo, en Casa Rosada creen que la ponencia de Fernández ante la Asamblea Legislativa puede dar un impulso a la gestión. La mesa chica del Presidente, integrada por Santiago Cafiero, Gustavo Béliz y Julio Vitobello, es la encargada de pulir las palabras que Fernández lanzará ante la Asamblea. “Vilma Ibarra siempre da la mirada final”, razonó una fuente de Casa Rosada ante El Economista.
El Presidente apelará nuevamente en su discurso al “consenso”, a la “unidad” y al “diálogo” aunque procurará dar una diagnóstico “muy realista” de la situación económica heredada, y del “altísimo deterioro en términos macroeconómicos, económicos y sociales”, aunque evitará mencionar casos de corrupción o irregularidades que podrían haberse encontrado de la gestión de Cambiemos.
En materia económica, Fernández volverá a hacer hincapié en la importancia de la renegociación de los pasivos externos y de la obtención de un acuerdo positivo tanto con el Fondo Monetario como con los privados para reactivar la economía y “activar la segunda fase” del plan económico que buscará cambiar “programas sociales por trabajo genuino”.
El Presidente a su vez destinará un párrafo de su discurso al funcionamiento de la coalición que lidera, con el objetivo de apaciguar las tensiones internas que se suscitaron en las últimas semanas.
En materia económica, Fernández volverá a hacer hincapié en la importancia de la renegociación de los pasivos externos.
En el discurso que dará inicio al año legislativo, el Jefe de Estado anunciará la creación de un Consejo que buscará la redacción de una ley previsional, la que tendrá como principal objetivo redactar una nueva fórmula de actualización de los haberes previsionales.
La idea en el oficialismo, es que el proyecto baje al recinto con “consenso” y bien trabajada previamente, para minimizar los eventuales costos políticos.
También formarán parte de los anuncios la reforma judicial, en la cual han trabajado Béliz y la ministra de Justicia, Marcela Losardo. Fernández hará especial énfasis en los criterios para la selección de los jueces, sobre todo luego de la tensa sesión de ayer en Diputados, y la amenaza por parte de las asociaciones de jueces por eventuales renuncias masivas.
En principio, el Consejo Social y Económico, no saldrá por ley y también será anunciado el próximo domingo. Fernández tiene la certeza de que Roberto Lavagna no lo presidirá. El exministro de Economía no quiere “ocupar cargos”, aunque abre el juego a los pesos pesados de la coalición a que propongan nombres. Cristina Kirchner, Sergio Massa y los gobernadores buscan tallar en la definición. En principio a los mandatarios provinciales se les otorgaría la conducción del Partido Justicialista mediante del chaqueño Jorge Capitanich. Por ahora, hay hermetismo respecto del eventual nombre que lo encabezaría. Para el Presidente, Lavagna reúne un reconocimiento en todo el arco político lo que es difícil de encontrar en otra figura.
El aumento retenciones al agro serán también parte de los anuncios. El ministro del área, Luis Basterra, mantuvo una extensa reunión con las asociaciones de productores ayer, aunque no serán publicadas en el Boletín Oficial, sino hasta después del domingo.
Otro proyecto importante que anunciará el Presidente será el de la “despenalización y legalización” del aborto. Así lo detallaron fuentes en casa de Gobierno. El anuncio incluirá el programa “1000 días”, el cual estará a carago del ministro de Salud, Ginés González. En esencia se trata de un subsidio para acompañar a las madres que en situaciones de extrema vulnerabilidad decidan seguir adelante con el embarazo, hasta los dos años del niño. El programa, es un guiño a la Iglesia y fue conversada con la misma antes de su inclusión en el proyecto.
