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Funes de Rioja: “Debemos centrarnos en la propuesta y no en la protesta”

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Agustín Maza 17 mayo de 2021

Por Agustín Maza

El próximo presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) será Daniel Funes de Rioja, que además se desempeña como titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal). Finalmente, en la última Junta Directiva de la entidad fabril se decidió una lista de unidad, dejando de lado la postulación de Miguel Angel Rodríguez, titular de Sinteplast, que pasará a ocupar el cargo de secretario.

Para Funes de Rioja, el desarrollo industrial argentino debe centrarse en una visión productivista, proiniciativa privada y defendiendo la producción nacional. “Debemos centrarnos en la propuesta y no en la protesta”, consideró el futuro presidente de la UIA.

Habrá una lista de unidad en las próximas elecciones de la UIA. ¿Se definieron ya los nombres que estarán dentro del Comité Ejecutivo?

Hubo un acuerdo de unidad para una lista que encabezaré yo como presidente y el ingeniero Miguel Angel Rodriguez como secretario. La cúpula está definida, faltan algunos cargos. Hasta el 8 de junio Miguel Acevedo es el presidente y yo soy muy respetuoso de eso. Quiero resaltar que las transformaciones que hagamos en estos dos años de mandato serán con visión de futuro. Cuando concluya mi mandato, me iré y no me interesa una reelección porque siento que se necesita una renovación para afrontar los desafíos que vengan de aquí en adelante.

¿Cuál debería ser el foco del desarrollo industrial en el corto, mediano y largo plazo?

En el corto plazo obviamente siempre hay cuestiones para resolver en el día a día, y la pandemia es lo más preocupante actualmente. En el mediano y largo plazo, hay que tener una visión federal porque la industria está en todo el país. Argentina necesita integrarse mediante una visión productivista, con una visión pro iniciativa privada y una importante defensa de la producción nacional. Debemos centrarnos en la propuesta y no en la protesta.

Dentro de ese proyecto, ¿qué lugar ocupan las pymes?

Necesitamos una especial atención al desarrollo pyme. Es evidente que este fue el sector más afectado por la pandemia y por las sucesivas crisis de nuestro país, además integra todas las cadenas de valor, representan la mayor cantidad de empleos y son un vínculo entre lo más desarrollado y lo más marginado. Independientemente del rol propio de las pymes, hoy no hay ninguna cadena de valor que no tenga este tipo de firmas hacia adentro. Otra cuestión es fomentar la formalidad, porque de lo contrario estaríamos viendo la mitad de la película.

Teniendo en cuenta que son insumos clave, ¿cúal debería ser la política en cuanto a las tarifas de electricidad y gas?

Evidentemente la política energética tiene que ver directamente con la viabilidad de las actividades y de las empresas. Creo que en este sentido hay mucho consenso entre los dirigentes industriales, las tarifas deberían permitir mantener una rentabilidad lógica, porque de lo contrario puede tener un impacto directo en los precios.

¿Considera necesario una mayor participación de las mujeres y los jóvenes en la dirigencia industrial?

Hasta ahora había algunas dirigentes en la Junta Directiva. Nuestra aspiración común con Rodríguez es que haya participación de mujeres en el Comité Ejecutivo. No es solamente una cuestión de cupos, sino que hay idoneidad para esos cargos. Por el lado de los jóvenes, ya tenemos la UIA Joven en la que sus miembros son menores a 40 años y queremos que se acoplen a la agenda de diseño de futuro, con cuestiones como el medio ambiente, y los problemas del día a día. Es indispensable que preparemos a los dirigentes del mañana, porque el desarrollo industrial es central para mejorar las condiciones de nuestro país.

¿Cuál debería ser el rol de las nuevas tecnologías en la producción industrial?

Obviamente el mundo va muy rápido, aunque creo que el Covid nos ha acercado mucho a las tecnologías a través de la conectividad y el teletrabajo. A su vez, el desafío tecnológico también está atado a la competitividad y la productividad. Por eso hay que hacer, principalmente, dos cosas: preparar a los emprendedores para utilizar la tecnología y capacitar a los trabajadores mediante modelos de educación dual que fomenten una integración al mundo del trabajo. Las herramientas y el recurso humano están, a nuestro país no le es muy distante ese desarrollo.

El empleo industrial está 170.000 puestos de trabajo por debajo del pico de 2013. ¿Mejorar esa situación es una misión del Estado o del sector privado?

Lo único que creció es el empleo público. El dinamizador del trabajo debe ser el sector privado. Sin embargo, el Estado debe garantizar las condiciones necesarias para hacerlo posible. Estamos en una emergencia ocupacional, hay que buscar un modelo de contratación que genere condiciones necesarias de contratación. Desde septiembre crece el empleo pero muy tímidamente, pero las horas extras crecen al 35%. Eso quiere decir que los empresarios no toman gente aunque necesitan cubrir horas y eso sucede por el triple cepo de suspensión de despidos, suspensiones e indemnización agravada.

De todas formas, ese “triple cepo” aplica para trabajadores que fueron contratados antes de la pandemia.

Cualquier comerciante o empresario te dice que no contrataría, ya sea porque el sindicato se opone o por el miedo a los juicios laborales. Yo considero que el sindicalismo tiene y tendrá un papel importantísimo para que nos convirtamos en una economía más desarrollada. Todos tenemos que adecuarnos a los cambios que vienen, trabajar juntos entendiendo las dificultades que existen y cómo afrontarlas.

La recuperación industrial se ha frenado un poco en marzo y abril, ¿a qué lo atribuye?

Principalmente este fenómeno tiene que ver con la segunda ola. Vale decir que en 2018 y 2019 la recesión pegó mucho en la industria y sobre todo en las pymes que por las altas tasas de interés de aquel momento quedaron muy endeudadas. Por otro lado, existe la necesidad de mejorar el acceso al crédito para que las empresas puedan renovar maquinarias y mejorar las líneas de producción, eso pone cierto freno. Considero que este último punto podría mejorar con un posible arreglo del Gobierno con los organismos internacionales de crédito, principalmente el FMI.

¿Cómo ve la situación de la industria con la segunda ola?

Esta segunda ola nos perjudica, ojalá sea lo menos posible pero nadie puede asegurarlo. Tenemos protocolos de prevención, de transporte y testeos, pero no estamos exentos de la coyuntura. Hemos ofrecido al Gobierno intentar conseguir vacunas, sin interferir en los grupos de riesgo que están definidos, sino cubrir a empleados que entren en esa clasificación. Actualmente tenemos niveles de ausentismo de entre 25% y 30% entre contactos estrechos y contagiados, la única solución es vacunar, vacunar y vacunar.

En mayo, tal como anunció el Gobierno, llegarían a Argentina alrededor de 5 millones de dosis de vacunas. ¿Qué expectativa le genera eso y cómo evalúa la política sanitaria de nuestro país?

Lo importante es que esas dosis lleguen y que la aplicación se haga con buena logística. Es muy importante, me ilusiona porque sería un paso importante para salir de esta pandemia. Creo que las medidas tomadas a raíz de la pandemia hay que mirarlas en perspectiva, lo importante es que todo salga bien y que las políticas públicas acompañen para que eso suceda.

¿Cómo imagina que será la relación con el Gobierno en su gestión al frente de la UIA es cierto que se buscó una opción más beligerante en su designación?

Yo soy un dialoguista. Tengo 40 años de experiencia en organismos internacionales, ahí aprendí lo que es la concertación. Para mí hay tres C: certidumbre, confianza y concertación, todas están ligadas. Hay que trabajar con convicciones, vamos a defender el interés industrial pero eso no significa tener una actitud meramente confrontativa. Desde hace 50 años que me reúno con los sindicatos, hemos tenido desacuerdos, pero eso nunca se tradujo en batallas campales o destrucción. Tengo diálogo con el ministro de Producción, el de Economía, con todo el Gobierno. Nadie sale solo de la crisis, concertar no significa claudicar. Nos eligen para representar intereses legítimamente y dentro de la ley.

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