Por Pablo Varela
El precandidato a la presidencia del Frente de Todos, Alberto Fernández, encabezó ayer un encuentro junto a Axel Kicillof y Sergio Massa, recibiendo a 58 intendentes (del peronismo y del Frente Renovador) de la provincia de Buenos Aires en su búnker ubicado en el barrio de San Telmo.
El hombre que integra binomio junto a Cristina Kirchner, celebró una reunión de trabajo junto a jefes comunales y candidatos de las ocho secciones electorales, en la cual pudo exponer el trabajo que ha venido desarrollando desde el inicio de la campaña, aunque al mismo tiempo hubo espacio para que los intendentes puedan exponer sus preocupaciones. “Fue una reunión en la que escuchó más de lo que habló”, explicó un intendente que estuvo presente en la reunión, ponderando positivamente la capacidad de escucha de Fernández.
Según pudo reconstruir este diario, el hombre que encabeza la fórmula presidencial del Frente de Todos se mostró optimista respecto de los sondeos de opinión, dijo que están “arriba” en la provincia de Buenos Aires, aunque evitó mencionar los números finos e instó a los jefes comunales a seguir trabajando y a “no bajar los brazos”.
El objetivo primordial del encuentro fue el de aceitar los engranajes de la maquinaria electoral en el territorio que continúa siendo el principal bastión del kirchnerismo, y que a su vez es clave para el desarrollo de la elección nacional. “El que gana la provincia, gana la Nación”, razonó otro de los intendentes presentes.
Luego de la fusión de las distintas vertientes del peronismo bonaerense en un mismo frente electoral en el que conviven diversas cabezas a la hora de pensar la campaña, no termina de plasmarse una estrategia comunicacional unificada, ni una correcta coordinación en las bajadas a los territorios; algo de diversos actores del Frente de Todos dejan trascender.
El objetivo del encuentro fue aceitar el engranaje de la maquinaria electoral en el principal bastión del kirchnerismo.
Aunque todavía con una estrategia en construcción, en el FdT harán una campaña con actividades como “caminatas”, “actos austeros” y “un buen trabajo en redes sociales”. Por ahora, no hay en agenda un potente y multitudinario acto con la característica impronta peronista, aunque tampoco está descartado. La crisis económica y el malestar social, le impone austeridad a la campaña del peronismo.
Otro de los temas que se desarrolló fue la de poder compatibilizar la comunicación del candidato a la gobernación con la realidad local de cada uno de los distritos. Desde el FdT explicaron que Kicillof maneja al detalle los números macro de la provincia, pero en una elección en la que la pelea es voto a voto, el exministro y los jefes territoriales necesitan unificar sus estrategias de comunicación con la realidad de cada uno de los 135 municipios.
El FdT se sabe potente en el conurbano, donde la figura de Cristina mantiene una alta intención de voto, sobre todo en medio de una crisis económica que impacta de lleno en los sectores más vulnerables. El flanco débil, continúa siendo el interior bonaerense en donde se concentra el voto rural, históricamente refractario al peronismo. Es por eso que ayer conversó sobre la “buena distribución de los candidatos en el territorio”, explicó un intendente luego de la reunión. En concreto, con escasos días de campaña por delante, algunos jefes comunales del interior reclaman la presencia de los candidatos en las cabeceras más importante en cada una de las secciones.
La presencia de Fernández, Kicillof y Massa, podría ser importante para apuntalar a los candidatos locales, y reconquistar el voto rural. El martes Kicillof estuvo en San Nicolás, un enclave industrial importante de la segunda sección, en el cual también se destaca Pergamino.
En la cuarta hubo pedidos para que los candidatos recorran Chivilcoy, Chacabuco y Junín, todos distritos hoy gobernados por el oficialismo. En la quinta, General Pueyerredón (Mar del Plata), Fernández ya estuvo. En la sexta, Bahía Blanca (la ciudad más importante), la cual fue visitada pero por Kicillof. En la séptima Olavarría y Azul son las ciudades de mayor peso.
Por último, en el peronismo bonaerense ven de manera optimista el viraje discursivo que la gobernadora María Eugenia Vidal y distintos referentes del oficialismo han tenido en los últimos días, cuando atacaron directamente a Kicillof. “Eso muestra que están preocupados”, razonaron ayer luego de la reunión ante este diario.