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Alberto Fernández sacó una gran ventaja y quedó a un paso del gobierno

12 agosto de 2019

Por Néstor Leone

El precandidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, y Cristina Kirchner, su compañera de fórmula, se impusieron ayer en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias al binomio de Juntos por el Cambio integrado por Mauricio Macri y Miguel Angel Pichetto. Y quedaron a un paso de ser electos. La diferencia holgada obtenida (47% a 32%) marca el camino a las generales, sin que el Gobierno tenga margen, en un contexto de inestabilidad cambiaria y crisis económica, de revertir la situación. “Gracias a todos los que confiaron. Estábamos seguros de que Argentina necesitaba terminar con este tiempo y construir otra historia. Le quiero dar las gracias a cada uno y cada una de los argentinos que nos dieron el voto”, sostuvo Fernández al empezar su discurso.

El resultado fue sorpresa. Incluso para el Frente de Todos. En la semana previa, la principal fuerza opositora había advertido cierto aire en su favor, pero sin que semejante brecha estuviese en sus cálculos. La fórmula ganó en 22 de los 24 distritos del país. Las excepciones fueron la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, donde las diferencias a favor del oficialismo fueron mucho más escuetas de lo previsto. Incluso varias de las provincias donde Juntos por el Cambio tenía pretensiones, quedó muy abajo. Santa Fe y Entre Ríos fueron ejemplos de esto. También Mendoza.

Otro dato destacado de la jornada fue la victoria, también holgada de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires sobre la gobernadora María Eugenia Vidal. Vidal necesitaba un alto nivel de corte de boleta en su favor para salir ilesa. Nada de eso ocurrió, de modo que la gobernadora, estrella en ascenso del universo PRO, también queda muy complicada para intentar siquiera revertir.

La decisión de Cristina de ceder el primer lugar en la fórmula como forma de ampliar los acuerdos posibles fue clave para la victoria. Mostró, de algún modo, sus capacidades intactas como conductora política. El Frente de Todos incorporó al Frente Renovador, a los gobernadores peronistas que se sentían distantes de la senadora nacional y construyó una alianza política que supo interpelar a los sectores disconformes o golpeados por la política del Gobierno. Eso especialmente pasó con los sectores medios urbanos que torcieron el sentido de sus preferencias respecto de elecciones anteriores.

“La Argentina se dio cuenta de que nosotros éramos el cambio, no ellos. Vamos a trabajar todo lo que haga falta. Para que todos entendamos que debemos abrazarnos para hacer el país que debemos. Y no le vamos preguntar a quien votó, si sueña con ese país abracémonos y veamos a construir ese país”, sostuvo Alberto. “No sólo porque ganamos una elección, sino porque nos pone optimistas y alegres que muchas argentinas y argentinos decidan que las cosas deben cambiar en la Argentina. Porque así como estamos, no estamos viviendo bien. No estamos tranquilos”, sostuvo la exmandataria.

En el oficialismo hubo sorpresa y sensaciones de congoja. El presidente Mauricio Macri reconoció la derrota cerca de las 22 horas y que la suya había sido una mala elección. Fue escueto en sus palabras. Al rato subió Elisa Carrió al escenario Costa Salguero con un discurso más confrontativo y para levantar los ánimos. Dos maneras muy diferentes de procesar la derrota. Sobre todo teniendo en cuenta la necesidad del Gobierno de replantear la campaña. No ya para revertir, sino para que el timón no se les vaya de las manos, desafío que hoy tiene el Gobierno a partir de hoy. Más acá o más allá del precio del dólar o la tasa de interés que elija el Banco Central para enfrentar el temporal.

“Reconocer que hemos tenido una mala elección y eso nos obliga a partir de mañana a redoblar los esfuerzos para que en octubre logremos el apoyo que se necesita para continuar con el cambio”, sostuvo el Presidente. “La mayoría se siente más cómodo con autoritarios y faraones. Le pasó a Moisés cruzando el desierto que algunos del pueblo judío querían volver a Egipto. No vamos a volver a Egipto, vamos a ir a una Argentina republicana”, señaló Carrió.

El jefe de Gobierno porteño fue uno de los pocos que tuvo algo para festejar. Ganó las PASO porteñas y quedó cerca de evitar el balotaje, si repite una buena performance en las elecciones de octubre. Pero la reversión de la marea amarilla puede complicar también sus chances. El candidato del Frente de Todos, Matías Lammens, quedó con 33%, pero expectante. “En la Ciudad volvimos a demostrar que sí se puede”, sostuvo Rodríguez Larreta, uno de los primeros que habló.

El nivel de participación llegó al 75%. Con los votos escrutados, cuatro fuerzas quedaron afuera de las generales para disputar las presidenciales de octubre. Tercero quedó Roberto Lavagna, con Consenso Federal, con 8%. El cuarto lugar quedó para Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y los Trabajadores, con 2,9%, que relegó al economista José Luis Espert. Espert tenía pretensiones más altas y, a pesar de superar el piso de 1,5% previsto por la ley, quedó muy dejado de lo que esperaba.

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