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¿A qué puede aspirar el Gobierno en octubre?

O Retener la Presidencia es un objetivo muy difícil de lograr pero Juntos por el Cambio puede plantearse otras metas posibles que le permitan mantener peso institucional

28 agosto de 2019

La presencia de miles de personas en la Plaza de Mayo el sábado para apoyar al Presidente mejoró el ánimo en la Casa Rosada, aunque casi nadie en el oficialismo que cree que el resultado de las primarias pueda revertirse.

De todas maneras, hay un proceso electoral en marcha en el cual el Gobierno puede plantearse algunos objetivos alcanzables aunque termine perdiendo la elección presidencial y la de la gobernación de Buenos Aires como sugiere el resultado de las primarias.

Un primer objetivo debería ser retener los 7.824.000 votos obtenidos el 11 de agosto y mostrar un importante nivel de apoyo pese al difícil contexto económico. Eventualmente, puede sumar algunos votos provenientes de los que apoyaron a candidatos que no superaron el umbral del 1,5% o que respaldaron a Juan José Gómez Centurión, José Luis Espert, y en menor medida, a Roberto Lavagna. Si a ello se suma que los votos en blanco no se cuentan, el porcentaje de Mauricio Macri puede trepar con relación a las primarias aunque perdería por mayor diferencia contra Fernández cuyo porcentaje también subiría. Si los dos primeros llegaron al 80% de los votos en las PASO, cabe esperar que en la generales la polarización sea aún mayor y estén en torno al 90%.

Un primer objetivo debería ser retener los 7.824.000 votos obtenidos el 11 de agosto y mostrar un importante nivel de apoyo pese al difícil contexto económico.

Otro objetivo clave, y cumplible, es retener dos distritos de los tres que hoy gobierna y que aún no eligieron sus autoridades: la CABA y Mendoza. El triunfo parece bastante seguro en el primer caso pero es más complicado en el segundo.

En la provincia de Buenos Aires, los objetivos de María Eugenia Vidal son similares a los de Macri pero, además, el oficialismo tiene el desafío de retener algunas intendencias grandes como las de La Plata, Bahía Blanca y está el caso especial de Mar del Plata. Pero corre el riesgo de perder las intendencias del conurbano que ganó en 2015 con la excepción de San Miguel, y tal vez, de Tres de Febrero.

También es posible para el oficialismo defender su presencia en el Congreso. De repetirse los resultados de las primarias, podría ganar tres bancas en el Senado y llegaría a 27, aunque el peronismo tendría quórum propio. A su vez, en Diputados, perdería algo de espacio pero mantendría un bloque importante.

El camino

El oficialismo no tiene muchas herramientas para lograr sus objetivos. La gestión no aportará votos porque la inflación subirá hasta las elecciones y lo máximo a lo que puede aspirar el Gobierno, que no es poco teniendo en cuenta la historia del país, es que el dólar no se dispare antes del el 27 de octubre. En el caso específico de la campaña, Macri podrá aprovechar los debates presidenciales en los cuales recibirá fuertes críticas pero que también le darán la oportunidad de defender muchos aspectos de su gestión.

Otra pregunta asociada a este proceso electoral es lo que ocurrirá con el actual oficialismo si se confirman los resultados de las primarias.

Juntos por el Cambio dejará de ser una fuerza con una fuerte organización nacional porque eso sólo es posible si se controla la Presidencia que es de donde se ordena políticamente al oficialismo. Ya no habrá un Marcos Peña armando una estrategia nacional y, como siempre ocurre, la fragmentación tiende a ser mayor en la oposición. También, sin Macri en la Casa Rosada ni Vidal en La Plata, Cambiemos será una estructura más horizontal. Podrán sobresalir algunas figuras, Horacio Rodríguez Larreta en primer lugar, Gerardo Morales, Alfredo Cornejo, Marín Lousteau y no mucho más. Habrá un reparto de fuerzas distinto, más equilibrado, en la coalición porque la UCR tendrá más gobernadores y senadores mientras que el PRO tendría el gobierno de la CABA y algunos diputados más Los interbloques en el Congreso Nacional seguirán funcionando y lo mismo ocurrirá en la mayoría de las legislaturas provinciales. Habrá pases de factura abundantes pero prevalecerá la idea de sostener una coalición porque es la única forma de que el espacio no peronista puede ganar elecciones en Argentina. De la misma manera que el peronismo necesitó unirse para ganar las primarias.

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