Fortalecimiento

Las razones detrás del resurgimiento de los Brics

Fernández propuso a Argentina como un “proveedor seguro” de energía y alimentos. ¿Sin gasoducto y con cepo a la carne?
Mandatarios de los países que componen el bloque de los BRICS. Archivo.
Patricio Giusto 27-06-2022
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Debido a una invitación especial del presidente Xi Jinping, con China oficiando de anfitrión, la Argentina fue uno de los invitados especiales a la última cumbre del grupo Brics, que ahora experimenta un notable resurgimiento y se proyecta para ser ampliado bajo el acrónimo de “Brics+”. 

Además de nuestro país, hubo otros asistentes especiales destacados, como ser: Kazajistán, Arabia Saudita, Irán, Egipto, Indonesia, Nigeria, Senegal, Emiratos Árabes Unidos y Tailandia.

La cumbre se dio en el marco de un claro intento de relanzamiento por parte de China y Rusia de esta plataforma de cooperación, en el contexto de la guerra en Ucrania. Beijing apuesta a promover una mayor injerencia de los Brics en la agenda de los temas globales, algo que en este momento resulta muy funcional a la aislada Rusia. 

No obstante, las intenciones de ampliar el grupo y darle un renovado protagonismo como alternativa al multilateralismo occidental se siguen topando, por ahora, con las dudas e indiferencia de los otros dos miembros de peso del Brics: la India y Brasil

De todas formas, el hecho de que el bloque Brics experimente este protagonismo en la escena internacional, a pesar de las tensiones militares entre China e India, así como otras diferencias entre los estados miembros, da la pauta de que se trata de una plataforma de cooperación global que sigue sirviendo a los intereses de sus miembros y de otros actores internacionales, que ahora muestran interés en sumarse.

El Brics desde el punto de vista de Beijing

Desde la perspectiva estratégica de Beijing, el Brics es un instrumento muy útil para atacar las políticas de EE.UU. y sus aliados contrarias a los intereses chinos, desde una plataforma multilateral compuesta por pesos pesados de cada continente. 

Lógicamente, mientras que este uso chino es celebrado por Rusia, incomoda a su vez a otros miembros, particularmente a la India. China busca demostrar que es posible la existencia de un orden mundial alternativo, bajo preceptos más equitativos y cooperativos que son parte del “Sur Global” que componen los países en desarrollo. 

En ese sentido, un Brics fortalecido serviría también como una suerte de sello de calidad que China pretende adosar a su iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda.

Con las inéditas invitaciones a países externos al Brics en la cumbre de este año, China está tratando de probar su liderazgo en el Sur Global, aunque sin necesariamente desafiar abiertamente el orden internacional liberal. 

  • China se ha beneficiado mucho de ese orden y no pretende ponerlo en cuestión (China no es Rusia). Lo que China disputa en este plano es la búsqueda de una posición de mayor liderazgo, de características benignas y cooperativas, frente al bullying y el unilateralismo que históricamente ha practicado EE.UU. en los foros que lidera. De nuevo, esto no convence a India y genera algunas dudas también en Brasil.

No obstante, los miembros actuales y potenciales del Brics son conscientes que esta China ya no es la mera potencia en ascenso de 2006, cuando se creó el grupo. 

  • En 2022, China ya es una superpotencia que da la talla para disputar de igual a igual el liderazgo global con un declinante EE.UU., desprestigiado en la escena internacional y acuciado por serios problemas políticos y económicos domésticos. Además, la agenda del BRICS se ha ampliado a temas estratégicos que exceden lo económico.

Si hay un actor que comprende esta creciente asimetría con China, es precisamente Rusia. Vladimir Putin valora a los BRICS por permitirle no sólo alzar la voz desde un atril de primer nivel mundial, sino por servir como canal para diversificar sus asociaciones con otros actores de peso y no depender únicamente de China. Aunque eso es algo inevitablemente sucederá a partir de la guerra en Ucrania. 

Para Brasil y Sudáfrica, en tanto, puede decirse que la cooperación dentro de los Brics es sumamente beneficiosa en términos de status internacional y beneficios económicos.

Pese a las diferencias políticas e ideológicas que puedan existir dentro del bloque, hoy más que nunca el BRICS sigue satisfaciendo intereses específicos muy relevantes de cada estado miembro. Por eso, los BRICS seguirán siendo funcionales y, muy probablemente, continuarán ganando más volumen y protagonismo.

¿Para qué quiere Alberto Fernández ingresar al Brics? 

Ingresar al Brics es una vieja obsesión del kirchnerismo, desde la presidencia de Néstor Kirchner. 

  • Siendo mandatario de Brasil, Lula da Silva varias veces prometió al matrimonio Kirchner oficiar de puente para facilitar el ingreso de Argentina al grupo. Sin embargo, en los hechos Brasil nunca activó ninguna gestión concreta, privilegiando su lugar de exclusividad por parte de América Latina en los Brics. Si bien el contexto internacional es diferente, nada indica que ahora Brasil cambiaría de posición para definitivamente favorecer a la Argentina. Incluso si se diese el retorno al poder de Lula en octubre próximo, algo que el kirchnerismo espera ansioso.

El presidente Fernández elogió durante su discurso el modelo de multilateralismo de los Brics, criticó la desigualdad en el mundo y, curiosamente, propuso a la Argentina como un “proveedor seguro” de energía y alimentos. 

Algo que efectivamente podría ser así, de no ser porque el país está hundido en la pobreza, somos incapaces de construir un gasoducto y, hasta hemos cerrado las exportaciones de carne vacuna, una de las potenciales mayores fuentes de riqueza genuina de la Argentina. Por eso, ni energía, ni alimentos… ni nada que ofrecer al mundo, por ahora, de nuestra parte. Sólo politiquería barata exportable a los foros globales.

  • En este contexto, no queda claro para qué queremos ingresar al Brics, más allá de que la aceptación de nuestro país por todos sus miembros todavía sea incierta. 
  • No damos la talla y, primeramente, Argentina debe con urgencia abocarse a resolver sus gravísimos problemas económicos y sociales domésticos. Luego de eso podremos ser creíbles como grandes proveedores globales. Y así quizás tengamos ciertamente algo para decir en un foro de primer nivel, como es el grupo Brics. Pero no será mientras Argentina esté gobernada por el kirchnerismo, eso por seguro.