El anti-aviso que publicó la ciudad de Oslo para atraer turistas: "Honestamente, yo no vendría acá"
En un momento en el que la publicidad cobra cada vez mayor importancia, la empresa Visit Oslo, que promueve el turismo en la capital de Noruega, ha presentado uno de los comerciales más innovadores de los últimos años.
El nuevo anuncio comienza con la llamativa frase "Yo no vendría aquí", de un lugareño de 31 años.
A continuación, el hombre dice que "todo está muy disponible", mientras comparte que no hay colas en los museos, ni esperas en los restaurantes.
Además, comenta todo lo que está mal en Oslo, al tiempo que comparte exactamente lo que la hace única y hermosa.
Sin dudas, el anuncio es más que extraño, aunque Anne-Signe Fagereng, directora de Marketing de Visit Oslo, explicó que "la inspiración para el anuncio es la posición de Oslo como un país desvalido en lo que respecta a los destinos de escapadas urbanas, tanto en Europa como en los países nórdicos".
"El hecho de que no sea tan famosa y concurrida como otras capitales es algo que deberíamos empezar a destacar como un beneficio", agregó Fagereng.
De esta forma, en un momento en el que los destinos turísticos más populares del mundo están experimentando actualmente un auge y se han visto afectados por el exceso de turismo, la propuesta noruega cobra relevancia.
Algunas de las atracciones más famosas de la capital noruega son la fortaleza de Akershus, el Centro Nobel de la Paz y el Museo Marítimo.
"Oslo ha pasado por una transformación increíblemente positiva en las últimas décadas, por lo que es hora de que nuestra confianza en nuestra capital se ponga al día con la realidad", consideró Fagereng.
El trimestre pasado, la capital noruega experimentó un aumento en las llegadas de visitantes internacionales, que han aumentado 26 % con respecto a los niveles de 2019.
Para Fagereng, "hay tantos destinos maravillosos en el mundo y muchos anuncios bonitos para ellos, pero para destacarnos realmente necesitábamos un enfoque diferente y más creativo".
Por ello, la clave fue incorporar el humor seco por el que son conocidos los países nórdicos.