2023

Larreta y la “silla eléctrica” para el próximo equipo económico mientras Guzmán juega a la grieta en el oficialismo

Guzmán juega su propio partido mientras los asesores de Larreta trazan un sombrío panorama en lo económico
Larreta está preocupado por la herencia que recibirá si gana
Leandro Gabin 26-05-2022
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La política sigue tiñendo la economía y las expectativas. La salida de Roberto Feletti con sus predecibles magros resultados en el control de precios potencia la fortaleza relativa que gana Martín Guzmán. 

Era un divorcio anunciado desde que Economía se quedó con Comercio Interior. No chistó nadie. Ni el kirchnerismo ultraduro: incluso aplaudió la carta de Feletti marcando las diferencias irreconciliables con el ministro. "No se puede hacer mucho si Guzmán es el que manda. Lo de Roberto habla de su honestidad intelectual. Que se hagan cargo ellos del fracaso de los precios", dicen personas cercanos a Máximo Kirchner. A todo esto, la inflación de mayo, que se conocerá en junio, estará cómodamente arriba del 5% y será otro mazazo para los bolsillos. 

La distancia entre los K más duros y el Gobierno de Alberto se manifestó también en la flexibilización del cepo a las petroleras. Guzmán juega un partido ya perdido: el de seducir al capital. Las empresas del sector, en off the record, ya le bajan el pulgar a la medida oficial. "Algo va a ayudar, pero nadie va a invertir en serio porque te dejen disponer de acceso al MULC, algo que debería ser obvio", dice un empresario petrolero. "Además hay que ver si lo hacen...Está bien la iniciativa, pero no creo que sea determinante", agregó.

Habla Fernández, y lo escuchan Guzmán y los ejecutivos de Oil & Gas

Los cristinistas, por su lado, acusan a Guzmán de fomentar la "fuga" en favor de las petroleras cuando precisamente no hay dólares

Miguel Pesce, un banquero central que le dedica más tiempo a la confección de los nuevos (y devaluados) billetes que a la lucha contra la inflación, acumula en el mejor mes del año en términos de la liquidación de divisas, alrededor de U$S 900 millones. Sabor a muy poco un profunza preocupación para el segundo semestre. 

La economista y exdiputada Fernanda Vallejos, aquella que acusó de “traidor” a Alberto, se encolumna con la idea de que la flexibilización al cepo de Guzmán es un escándalo: "¿Te parece que las petroleras multinacionales que están rebasadas de dólares merecen llevarse los dólares que escasean en la Argentina? Algunos dicen que porque no tenemos divisas no se pueden financiar políticas para garantizar la comida de los argentinos y privilegiamos a los exportadores. Es escandalosa esa política. Entre la mesa de los argentinos y la pretensión de un sector, el Gobierno tiene que priorizar lo primero. E hizo lo segundo".  

Guzmán juega su propio partido ahora empoderado a más no poder por el Presidente y sin tener que rendirle cuentas a Cristina. "Está haciendo algo más parecido a lo que quería hacer inicialmente cuando llegó al ministerio, y no pudo hacer por las piedras que ponía la vicepresidenta", dicen en su entorno. 

Mientras tanto, y sin estar en el minuto a minuto de la interna oficial, el jefe de Gobierno porteño mira con preocupación el futuro. Estuvo en la semana en el canal TN tirándole por elevación a Mauricio Macri, el árbitro de Juntos el Cambio. 

Asesores de Horacio Rodríguez Larreta trazan un sombrío panorama en lo económico si "el pelado" llega a ser presidente en el 2023. Si bien hay varios interlocutores y Larreta escucha a varios economistas, un asesor del alcalde porteño resume lo que se escucha por estos días. "El próximo equipo económico se tendrá que sentarse en la silla eléctrica. Lo que nos van a dejar es una bomba. Y no se podrá desactivar. El escenario es preocupante", dice. "Habrá que hacer cirugía mayor sin anestesia", se escucha cerca de Larreta, una referencia a la célebre frase a Carlos Saúl Menem. 

El temor no pasa por un desborde social que, calculan, el peronismo podrá controlar hasta que se vaya Alberto Fernández. Sino por la inflación que, en el peor de los escenarios, podría llegar a los tres dígitos. "En el mercado apuestan a que no explotará todo hasta antes las PASO del año próximo. Pero después de eso todo puede pasar. La deuda en pesos es un bomba que puede detonar una híper o un reperfilamiento a lo Lacunza", señalan. 

 

El dilema es qué pasará cuando se acerquen las PASO y los que tienen en la mano deuda en pesos quieran cobrar y no rollear. La gente de Larreta cree que Guzmán, ya para ese entonces de salida, no va a reperfilar y terminará emitiendo los pesos necesarios. "Van van a pagar y por eso emitir toneladas de pesos que vence antes de las PASO. La van a aguantar. Pero el Gobierno que venga va a tener millones de pesos en la calle que te tira a devaluar o reperfilar. Ese equipo económico se quema al primer minuto de gestión", conjeturan. 

Por eso todavía hay mucha gente trabajando con Larreta y el jefe del GCBA escuchó a todos. Sabe que tendrá que tener varios planes si es que el electorado lo elige. Pero el margen de maniobra es cada vez menor. Y la “herencia” será condicionante. Como todo Presidente que asume en Argentina.