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Guzmán busca su “fifty-fifty”: hoy arranca (otra) semana clave

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08 junio de 2020

Fifty-fifty. En valores de US$ 50 de Valor Presente Neto y con esa pátina peronista de equidad, Martín Guzmán trabaja para llegar a un “deal” con los  tenedores de bonos bajo Ley Extranjera. A trazo grueso, el Gobierno   ofrece US$ 48 y los acreedores piden US$ 61. “La diferencia real pública de   la segunda etapa fue US$ 13”, dice Fernando Marull (FMYA) en su reporte  semanal. “Es esperable que el Gobierno mejore por tercer vez (¿a US$ 50  con el OK del FMI?) para achicar la diferencia, mientras los trascendidos  (los medios y rumores) siguen afirmando que los bonistas bajarían de US$   61 a US$ 54”, agrega Marull.

Precisamente, esta semana el Gobierno presentará su propuesta  “enmendada” (prefieren el término a “mejorada”). “Eso requiere un DNU a  publicar en el Boletín Oficial y más o menos en simultáneo la presentación  ante la SEC, lo que disparará una prórroga de otros diez días a partir de  entonces. En parte del proceso se renovarán las NDA (Nota del Redactor:  cláusulas de confidencialidad) con los grupos de bonistas. Se supone que en   ese lapso, siempre dentro del mínimo posible, se intentará llegar al acuerdo   de partes. Las negociaciones, mientras tanto, continúan”, detallan a El Economista desde el entorno de Martín Guzmán.

“Será difícil para el  Gobierno seguir dilatando otras semanas el canje de  deuda y en algún momento deberá cerrarlo y aceptar un 'canje parcial'. Si las partes siguen lejos será difícil llegar a las mayorías totales (85% en  bonos del canje y 66% en los Globales) para que el canje sea un éxito. Ahí el Gobierno deberá decidir si sigue intentando o lo da por cerrado. Con la primera oferta (US$ 40 al 10%), logró sólo 13% de adhesión. Al mejorar la oferta a US$ 48 (al 10%), la adhesión debiera haber mejorado. Con una   diferencia de US$ 13 o menor, igual no hay garantía de que se logre las  mayorías para un canje exitoso. la semana pasada los bonos subieron fuerte  por el impulso global y las paridades llegan a US$ 40. Este precio reflejaría que los 'nuevos bonos' deberán descontarse a una tasa cercana a 12%”,  agrega Marull.

En Grupo SBS también creen que el acuerdo está cerca. “El Gobierno cambió   de estrategia y decidió entablar negociaciones con los principales  comités antes de realizar una adenda a su oferta, abriendo un proceso de  intercambio de propuestas. Las propuestas todavía están lejos de lo  necesario para un acuerdo, pero el tono de las conversaciones cambió y la  distancia no es irreconciliable. Un acuerdo parece lo más probable, pero elfinal está abierto”, dijeron desde el Area de Research.

Otros, en cambio, son algo más escépticos. “Argentina ya está endefault. Ahora hay que evitar que se vaya rápidamente a la etapa de litigio en los  tribunales de New York. El Gobierno ha intentado mostrar buena fe  prorrogando ya tres veces el plazo de aceptación de una propuesta de canje.  Sin embargo, algunos grupos de acreedores parecen descreer de esa buena predisposición, mientras todavía las pretensiones de unos y otros difieren  de manera no trivial”, dijo Luis Secco en un reportaje publicado por PPI.

En diálogo con Télam, el economista Eduardo Levy Yeyati dijo: “Creo que  desde un principio el Presidente entendió el costo socioeconómico y político  de un default en este contexto, y la oportunidad de la crisis de sellar  un acuerdo conveniente. Están dadas las condiciones para un acuerdo  que genere las mayorías necesarias para ejecutar las cláusulas de  acción colectivas de los bonos emitidos desde 2016, cerrándole el camino a  los holdouts. Me queda la duda de si se alcanzará un acuerdo similar con los   bonos de los canjes de 2005 y 2010, que tenían cláusulas más favorables  a los holdouts. Un punto a destacar es que, a pesar de que la quita  de capital de la próxima oferta oficial será muy pequeña, esto no   implica que no haya quita: el recorte de cupones también es una quita     nominal, y estimo que será alto. Los valores a los finalmente están  convergiendo las partes son razonables, sobre todo en el contexto de la  pandemia”.

Por último, están quienes creen que habrá arreglo, pero que se perdió  mucho tiempo. “(El proceso) es innecesariamente lento, y con un default que pudo evitarse. Mi escenario base es que el Presidente se inclina por   llegar rápidamente a un acuerdo. Pero se perdieron meses valiosos, y   Argentina fue débil a la negociación. Sin programa y refinanciación de la  deuda con el FMI, sin revisión del artículo IV, sin mostrar un programa   económico de estabilización y crecimiento, aun prepandemia. Y con una    propuesta inicial muy baja y desprolija, que tuvo un rechazo mayoritario    previsible”, dijo Julio Piekarz ante Infobae.

Con las definiciones por la deuda y, quizás, por la cuarentena, junio se asoma como un posible punto de inflexión hacia la “nueva normalidad” económica. Esperemos que el segundo semestre esté a la altura esta vez y  nos encuentre sanos y sin default.

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