Informe

El mayor ajuste fiscal en décadas y por menor gasto

Lo que hace más notorio el ajuste del primer semestre de 2024 es que toda la mejora en el resultado financiero se debe adjudicar a una baja del gasto público.
El presidente Javier Milei.
Marcelo Capello 12-08-2024
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Si se revisa la historia económica de Argentina en su período de declive ocurrido desde algún momento del siglo XX, cuyo inicio algunos identifican en la década del '30, otros a mediados de la década del '40 y muchos a mediados de la década de 1970, seguramente el desorden fiscal, el déficit en las cuentas del Estado y la consecuente acumulación de deuda y/o emisión espuria de dinero, ocuparían el podio de los mayores responsables de esa decadencia en la economía.

Por ende, resulta interesante repasar la evolución fiscal de las últimas décadas para detectar los casos en que, por factores exógenos o endógenos, mejoró en forma relevante el resultado fiscal, ya sea pasar de déficit a superávit, disminuir el déficit o aumentar el superávit fiscal. 

En este sentido, si se consideran los últimos 64 años, la mejora más importante en el resultado financiero del sector público nacional (SPN), se dio en el primer semestre de 2024, con un ajuste equivalente a 5,6 puntos del PIB.

Así, si sólo se tienen en cuenta las mejoras en el resultado financiero de 1% del PIB o superiores, se trata de 8 casos en 6 décadas y media, encabezados por el mencionado primer semestre de 2024, seguido por el año 1985, cuando con el Plan Austral ocurrió una mejora de 4,6 puntos del PIB en el resultado fiscal, ubicándose luego los ajustes fiscales de los años 2003 (1,8 puntos del PIB), 2002 (1,7), 1977 (1,7), 1967 (1,5), 1984 (1,4) y 1991 (1,0).   

Milei está haciendo el mayor ajuste fiscal en décadas.

Adicionalmente, debe remarcarse que lo que hace más notorio el ajuste del primer semestre de 2024 es que toda la mejora en el resultado financiero se debe adjudicar a una baja del gasto público, cuando en 1985, año en que también se registró una fuerte mejora, todo el aporte lo hizo la suba de los recursos (+6,2% del PIB), por cuanto el gasto subió 1,6 puntos del PIB ese año. En realidad, en las ocho ocasiones en que se observaron mejoras importantes en el resultado financiero del SPN entre 1961 y 2024, sólo en 3 ocasiones el ajuste en el gasto aportó más que la suba de los ingresos, siendo el caso más destacado el del primer semestre de 2024.   

Milei está haciendo el mayor ajuste fiscal en décadas.

En 2024, el ajuste de 5,4 puntos del PIB en el gasto se explica por la reducción en las erogaciones en transferencias (jubilaciones, subsidios por tarifas, transferencias corrientes a provincias, etc.), por 3,7 puntos del PIB, seguido por menor gasto de capital (1,4), y disminución en el gasto en personal (0,3). En el año 2002, en que las erogaciones bajaron 1,6 puntos del PIB, el mayor aporte lo había hecho el menor gasto en intereses (1,5 puntos), seguramente como consecuencia del default de la deuda, y adicionalmente se había observado una baja en el gasto de capital (0,2) y en personal (0,2).

Milei está haciendo el mayor ajuste fiscal en décadas.

Si bien está claro que en gran medida el ajuste fiscal de 2024 se dio en lo que va de este año por licuación del gasto en salarios, jubilaciones y transferencias a provincias y empresas, además de la fuerte baja en la inversión pública, no menos cierto es que para eliminar en un año un déficit financiero de cerca de 6% del PIB, como se había observado en 2023, no quedan muchas chances que licuar salarios y transferencias, máxime si se tiene en cuenta que en las últimas dos décadas se produjo un aumento desmedido en el empleo público, las jubilaciones sin o con escasos aportes y los subsidios en las tarifas de los servicios públicos. 

Una vez alcanzado el equilibro fiscal, aún cuando se lo haya logrado en gran medida con licuación, lo importante es no perderlo, garantizando el déficit cero hacia adelante, de modo que cualquier propuesta de mayor gasto, provenga ya sea del oficialismo o de la oposición, deba venir acompañada de la fuente de los recursos para financiarla, ya sea con menor gasto en otras partidas, aumento de impuestos o eliminando alguna exención impositiva. 

Es hora que Argentina cuente con una regla fiscal para asegurar el equilibrio fiscal y la solvencia estatal a largo plazo. 

Mientras tanto, trabajar en mejorar la calidad del ajuste, con menor licuación y más reforma del estado, eliminado impuestos muy distorsivos. Ahora que se ha logrado el equilibrio, es el momento indicado para acordar esa regla como política de estado. 

 

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