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El BCRA proyecta desinflación y crecimiento: variante Delta, el principal riesgo

El principal driver es la vacunación, complementado con los estímulos preelectorales y un escenario global positivo. Los riesgos: la cepa Delta y un deterioro de la situación financiera global.

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24 agosto de 2021

La actividad económica retrocedió en el segundo trimestre de 2021 como consecuencia de la irrupción en el país de la segunda ola de contagios de Covid-19 desde fines de marzo. Así lo reconoce el último Informe de Política Monetaria (IPOM) del BCRA, difundido ayer. “Se interrumpió así una recuperación económica que había comenzado en el tercer trimestre de 2020”, reconoce el BCRA. Sin embargo, esa pausa fue “transitoria”.

Los datos disponibles del EMAE de junio permiten inferir que ya se habría recuperado un nivel de actividad similar al que se verificaba en marzo pasado mientras que, de acuerdo con la evolución de otros indicadores adelantados, en julio la actividad habría sostenido su recuperación.

Hacia adelante, anticipa el BCRA, “la mayor cobertura de la población con la aplicación de la primera dosis y el avance previsto en el proceso de vacunación con esquemas completos reduciría significativamente el posible impacto de la circulación de nuevas cepas del virus sobre el nivel de actividad”.

Sin embargo, advierte: tal como se observa en otros países, no puede descartarse que la circulación de nuevas variantes del virus pudiera postergar la conclusión del proceso de normalización económica.

El retroceso del segundo trimestre fue acotado. El EMAE del Indec registraría una caída transitoria de 1,6% trimestral en el segundo trimestre, dijo el BCRA. “Inferior a la prevista inicialmente por los analistas de mercado”, acotó en su IPOM. En junio, el EMAE rebotó 2,5% mensual. El Gobierno optó, sin mucho margen para otra cosa, por medidas restrictivas más quirúrgicas.

Además de los datos sectoriales individuales, el BCRA fundamenta su proyección en el Indicador Líder de la Actividad Económica (ILA-BCRA), que se mantiene en fase de recuperación. Otro indicador utilizado es uno desarrollado por la OCDE, en base a Google Trends. El indicador de la OCDE se ha desempeñado como un buen predictor del signo de la variación de la actividad económica de Argentina, dice el BCRA y registró una fuerte suba en junio, que se extendió durante julio.

Drivers y riesgos

Hacia adelante, el principal driver es la vacunación. Eso permitirá no solo contener una tercera ola sino, también, sumar a los sectores más rezagados (los que más sufrieron 2020 y el bimestre abril-mayo) a la recuperación.

“Partiendo de un amplio nivel de cobertura de la población vacunada con primeras dosis, gran parte de la población de riesgo y personal estratégico inoculados con esquemas completos, y dada la disponibilidad prevista de vacunas tanto de proveedores internacionales como locales para el resto del año, se espera que la actividad económica continúe transitando el sendero de recuperación hacia una nueva normalidad”, sentencia el IPOM.

La habilitación de las actividades económicas más rezagadas, en conjunto con el retorno progresivo a la presencialidad de diversos sectores tanto del ámbito público como privado, contribuirían a concluir el proceso de recuperación de la actividad en los próximos meses y a consolidar una nueva normalidad.

No obstante, advierte, el escenario de actividad presenta diversos riesgos entre los que se encuentra principalmente un eventual y aún incierto impacto de la circulación de la variante Delta del virus en el país, que pudiera ralentizar temporalmente el proceso de normalización económica, como ocurre en otros países.

Las otras variables en juego tienen, por ahora, sesgo positivo: el contexto internacional y una política económica con foco en bombear la actividad, vía consumo principalmente.

El contexto internacional continúa siendo favorable, aunque no está exento de riesgos”, dice el BCRA. Allí se destacan dos: por un lado, la variante Delta, que está generando problemas en Estados Unidos y podría afectar su tasa de crecimiento. Europa y China (los otros big players del crecimiento mundial), por ahora más protegidas, también podrían sentir el “efecto Delta”.

El otro nubarrón en el horizonte mundial es el “riesgo Powell”. Según el IPOM, “si bien las tasas de interés globales revirtieron las subas de inicio de año, existe el riesgo de que, por ejemplo, ante mayor inflación se produzcan nuevas subas en las tasas de interés de largo plazo que generen turbulencias financieras y salidas de capitales de países emergentes”. Ese proceso de normalización será gradual (sobre todo, en el principal banco central del mundo, que lidera Jerome Powell), pero ese camino podría generar algunos trastornos, sobre todo en los mercados emergentes.

Por ahora, sin embargo, son riesgos latentes, que no se han materializado.

Bombeo estatal

Por el lado interno, el Gobierno continuará llevando a cabo las políticas necesarias para sostener los ingresos de las familias que más lo necesitan, asistiendo a los sectores productivos estratégicos o que quedaron más rezagados por las características de la recuperación económica y estimulando la inversión pública y privada, sin descuidar la sostenibilidad de las cuentas públicas.

Entre las principales medidas de apoyo a las familias que continuaron vigentes se encuentran un bono extraordinario de $5.000 para las personas jubiladas y pensionadas que cobren hasta dos haberes mínimos y el reconocimiento de un año de aportes por cada hijo/a para las mujeres que no cumplen con los requisitos para jubilarse.

También se estableció un bono de $6.000 para las y los titulares del Programa Potenciar Trabajo que alcanzará cerca de un millón de personas. Por su parte la AFIP, estableció la ampliación del reintegro del 15% para compras para personas jubiladas y pensionadas que cobran el haber mínimo, titulares de la Asignación Universal por hijo/a (AUH) y de la asignación por embarazo (AUE), al mismo tiempo que prorrogó la suspensión de exclusiones y bajas de oficio de monotributistas y pequeños/as contribuyentes.

Entre las medidas de apoyo a sectores estratégicos se encuentran el Plan de Desarrollo Productivo Verde (conjunto de iniciativas para implementar en los sistemas productivos con un nuevo paradigma sostenible, inclusivo y ambientalmente responsable); el Programa “Te sumo”, que tiene como fin de fomentar la inclusión laboral y la formación profesional de jóvenes en pymes; el plan “Argentina Programa” que incluye capacitación y financiamiento para el desarrollo de profesionales de la industria del Software y la segunda edición del plan “Previaje”, con el fin de incentivar el turismo interno.

Los datos

La última edición disponible del REM, correspondiente a julio de 2021, indica una expectativa de recuperación del PIB de 0,5% trimestral sin estacionalidad para el tercer trimestre y de 6,8% anual en 2021 (+0,5 puntos respecto del mes anterior). El Fondo Monetario Internacional (FMI) también mejoró en julio las proyecciones de crecimiento de nuestro país para 2021 hasta 6,4% interanual (+0,4 puntos respecto del informe de evolución económica mundial publicado en el mes de abril), en tanto que el Ministerio de Economía prevé una suba del PIB de 7% anual.

La inflación

El BCRA también sentó su posición sobre la marcha de la inflación. Para lo que resta de 2021, señaló, “se espera que continúe el descenso gradual en las tasas mensuales de inflación a partir de una reducción en el ritmo de aumento de los servicios regulados y de los bienes, mientras que se prevén subas de los precios relativos de los servicios privados, tal como sucedió en julio”.

Como consecuencia de las bajas bases de comparación, la desaceleración mensual del nivel general de precios se reflejaría en una estabilización de la tasa de inflación interanual desde julio mientras que descendería recién en los últimos meses del año.

Sobre el “ancla cambiaria”, el IPOM señala: “El BCRA decidió acotar la suba del tipo de cambio nominal desde el mes de febrero induciendo una gradual desaceleración del ritmo de crecimiento de los precios de los bienes. Se espera que esta política continúe contribuyendo con el proceso de paulatina moderación en el incremento de los precios de los bienes en lo que resta del año, en especial en los que acumularon fuertes aumentos desde mediados de 2020”.

Respecto a las tarifas de servicios públicos, luego de las actualizaciones autorizadas durante la primera mitad de 2021, el Gobierno profundizaría su política de contención en los próximos meses, siendo un segundo factor explicativo de la reducción de la inflación mensual esperada para lo que resta del año.

Por su parte, las actualizaciones de las paritarias salariales y la paulatina recuperación de la demanda, a medida que avanza el proceso de vacunación, generarían una recomposición de los precios relativos de los servicios privados. Es decir, sería un factor inflacionario.

“La evolución futura de los precios internacionales constituye un factor que podría incidir en forma adversa en el caso de que retomen el ritmo de crecimiento que registraron desde mediados de 2020 o, por el contrario, si dicha tendencia se revierte, contribuiría al proceso de desinflación”, concluyó el BCRA.

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