Escenario

Argentina ante la incertidumbre global y el desafío de siempre

Argentina no disfrutará de un viento de cola en los próximos meses, pero tampoco sufrirá un escenario muy negativo
La situación global se complicó desde la invasión de Ucrania
12-10-2022
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Para un país con una economía relativamente pequeña, con una participación marginal en el comercio global y que no produce ningún bien estratégico, todo lo que ocurre fuera de sus fronteras es determinante para su desempeño. 

Y esa descripción se ajusta perfectamente a la Argentina de hoy. 

Puede decirse que un buen gobierno es aquel que aprovecha al máximo los ciclos favorables de la economía internacional y minimiza los costos para el país de las etapas favorables.

En este momento el contexto global presenta datos positivos junto a otros preocupantes.

Ayer, el FMI recortó las proyecciones de crecimiento de la economía global para este año y el próximo. 

Pocos días atrás, la Organización Mundial del Comercio anticipó una desaceleración en los flujos de intercambio global.  Está claro que, para Argentina, esas no son buenas noticias, porque como cualquier otro país se beneficia con la expansión de la actividad global, y en particular con la expansión del  multilateralismo ya que tiene pocos acuerdos bilaterales o regionales relevantes. 

Dada la invasión de Rusia a Ucrania, la suba de las tasas interés y la aceleración de la inflación las perspectivas del nivel de actividad a nivel mundial no son alentadoras. En 2023 habrá menos inflación, pero también de desacelerará la producción. Las que mostrarán el mayor deterioro según el FMI serán las economías desarrolladas, que solo crecerían 1,1% en 2023. 

Estados Unidos anotará una expansión de 1% y la zona euro de 0,5%. Eso significará que, por primera vez en muchos años, América Latina no será la región del mundo que crezca menos ya que en 2023 lo haría al 1,7%. 

Para Argentina, es clave el desempeño de China porque es el que le fija el precio a muchas de las commodities que exporta y su PIB sólo subiría 3,2% este año y 4,4% el próximo, lejos de los registros de otras épocas. 

De todas maneras, los analistas estiman que si bien las commodities ya dejaron atrás el pico de sus cotizaciones, se mantendrán en buenos niveles en los próximos años.          

Una fuente de buenas noticias para Argentina será Brasil que es su principal socio comercial. El FMI proyecta una suba del PIB de 2,8% en 2022 mientras que en la anterior estimación apuntaba al 1,1% y de esa manera se alinea con las proyecciones de los analistas del mercado. 

Además, el real tendría un comportamiento estable o una leve revaluación frente al dólar. Ambos datos constituyen una buena noticia para Argentina porque Brasil ayudaría a sostener el nivel de actividad local.

El dato global más preocupante es la persistente suba de la tasa de interés en Estados Unidos que todavía tiene varios capítulos por delante en la medida en que la tasa de inflación se está reduciendo muy lentamente  y esta semana se informará que continúa en torno al 8%. 

El endurecimiento de la política monetaria por parte de la Reserva Federal frena el nivel de actividad y es un foco de atracción para los capitales de todo el mundo. Esa situación se mantendrá hasta tanto otros países suban las tasas al mismo ritmo que la Fed. 

En el caso de Argentina, genera presiones adicionales en el mercado cambiario y los desenlaces de la épocas de superdólar como las de principios de los '80 o mediados de los '90 no constituyen un buen recuerdo. 

La economía argentina también sufrió con el ciclo alcista de la moneda estadounidense que se desencadenó a mediados de abril de 2018. El precio de las commodities se mueve en sentido inverso al del dólar, que es la moneda en la que se cotizan, y por eso afecta a los países que las exportan aunque en esta oportunidad la invasión de Rusia a Ucrania hizo que ambos subiesen. 

A Argentina la favorece el incremento de las commodities agrícolas aunque se vio perjudicada por el aumento de la energía que importa aunque, luego de un pico elevado, comenzó a bajar en las últimas semanas. 

En definitiva, Argentina no disfrutará de un viento de cola en los próximos meses, pero tampoco sufrirá por un escenario económico mundial muy negativo. Aprovechar las oportunidades y minimizar costos exigirá mucha pericia por parte de las autoridades.