Los consumos de tarjetas de crédito empiezan a pagar 1,2% de impuesto en la Ciudad de Buenos Aires

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01-01-2021
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A partir del 1 de enero, los consumos con tarjetas de crédito en la Ciudad de Buenos Aires comenzarán a pagar una nueva alícuota de 1,2% por impuesto de sellos. Este nuevo tributo forma parte del Presupuesto 2021, que fue aprobado por la Legislatura porteña el 10 de diciembre pasado.

El Impuesto a los Sellos a las tarjetas de crédito fue incluido por el Gobierno de la Ciudad con el objetivo de recaudar $7.700 millones. Para ello, fijaron para el 2021 "la suspensión, ralentización y postergación" de obras, un mantenimiento "mínimo y esencial del espacio público” y la revisión de “los grandes contratos y servicios que brinda la Ciudad”, como el de la recolección de residuos.

La base imponible de este gravamen serán todas las tarjetas de crédito bancarias para todo consumo tanto en pesos como en dólares. Aplica a todas aquellas cuentas registradas con domicilio en la Ciudad de Buenos Aires, aunque su titular resida en otra jurisdicción.

También se determinaron cambios impositivos a partir de la eliminación de la exención sobre los Ingresos Brutos a las Letras de Liquidez (Leliq) y una modificación que consiste en incrementar del 7% al 8% la alícuota del Impuesto sobre los Ingresos Brutos al sector financiero.

El objetivo de estas medidas es equilibrar las cuentas que estaban planificadas previamente a la decisión del Gobierno nacional de redirigir un porcentaje de la partida de la coparticipación que percibía la Ciudad, que fue calculado en $52.000 millones. Al defender el proyecto, el ministro de Hacienda y Finanzas porteño, Martín Mura, explicó que "estos tributos no son un invento de la Ciudad, sino que se aplican en otras jurisdicciones".

Críticas contra los nuevos impuestos

Frente a estas iniciativas, entidades como la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), la Asamblea de los Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) de la Ciudad se manifestaron en contra de estas medidas. Entienden que el riesgo es la mayor informalidad en las ventas y el menor incentivo a la bancarización.

El vicepresidente de Apyme, Julián Moreno, manifestó que "los impuestos deberían gravar otras cuestiones, como los grandes patrimonios o las transacciones financieras especulativas" y lamentó que "en un país donde el consumo representa las dos terceras partes del producto, la Ciudad se da el lujo de gravar con un impuesto al motor de la recuperación pospandemia".

Por su lado, el presidente de la CAME, Gerardo Díaz Beltrán, sostuvo su "enfático rechazo" al nuevo tributo y consideró que "es insólito, porque quieren estimular la economía agobiando al que la pone en marcha; en lugar de generar más incentivos para movilizar las ventas y la actividad productiva, le pegan al cliente".