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Historia de la Copa América: 1935 hasta 1939

Un recorrido histórico por las ediciones del torneo continental de selecciones más antiguo del mundo.
La Copa América es organizada desde 1916 por la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) .
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En la década de 1930 se iniciaba una era de cambios fundamentales en el fútbol: se disputaba la primera Copa Mundial de la FIFA, mientras que en Sudamérica se imponía el profesionalismo, con una incontenible concurrencia del público a los estadios, que eran cada vez  más amplios.

Pero no todo era armonía y fiesta: fue también una época de huelgas, nuevas ligas paralelas, enemistades a nivel de asociaciones nacionales y desafiliaciones. Y de competencia, por supuesto: en los `30 se disputaron tres Sudamericanos, que fueron ganados por tres selecciones distintas -una de ellas, coronada por primera vez en su historia-.

El torneo de Selecciones de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) continuó su recorrido en 1935, seis años después de su edición anterior. Para inicios del decenio, el fútbol sudamericano y mundial tenía dos excluyentes dominadores: Uruguay y Argentina. La Celeste se había impuesto en los "clásicos del Río de la Plata" en las finales de los Juegos de Ámsterdam, en 1928 (también había ganado los de Paris 1924, al superar 3 a 0 a Suiza) y del primer Mundial de la historia, como local.

Un triunfo sudamericano inicial de cara a la primera Copa del Mundo fue obtener la plaza de 1930: también se habían postulado España, Holanda, Hungría, Italia y Suecia. Con el apoyo de Argentina, Uruguay ganó la sede. Esa amistad futbolística se vería alterada al poco tiempo.

El Crack de Wall Street de 1929 y La Gran Depresión pudieron, en parte, contra gobiernos democráticos, pero no pudieron detener el crecimiento del fútbol sudamericano, que organizó un Mundial y se profesionalizó en Argentina en 1931, con la Liga Argentina de Football (LAF, fundada el 19 de mayo), que se separó de la Asociación Argentina (AAF). Esta última mantuvo la afiliación en la FIFA y en la CSF. En Uruguay, el fútbol se profesionalizó en 1932.

Ya a finales de la década anterior se imponía blanquear que los futbolistas cobraban a cambio de representar a los clubes: era el falso amateurismo. Los jugadores eran las figuras excluyentes de un espectáculo que convocaba multitudes de decenas de miles de aficionados.

En Argentina el punto más álgido se alcanzó en marzo, abril y mayo de 1931: el capitán de Gimnasia y Esgrima La Plata, Héctor Arispe, se insoló en el partido ante Sportivo Barracas y falleció horas después, el 1° de marzo. Ese desgraciado hecho llevó a la Asociación Mutualista de Jugadores a declarar la primera huelga de futbolistas en Argentina.

Al mes siguiente, los jugadores, que seguían con la medida de fuerza, fueron recibidos en Casa de Gobierno por el dictador José Félix Uriburu, que un año antes había desalojado de la presidencia de la Nación a Hipólito Yrigoyen. El fútbol en la Casa Rosada.

Los futbolistas querían, esencialmente, que se pusiera fin a la cláusula "candado", que le suspendía la carrera por dos años a un jugador si quería pasar a otro club.

En lo político-institucional, era la Década Infame: con el "fraude patriótico", otro general y ministro de Uriburu, Agustín Pedro Justo, llegó a la presidencia para el período 1932-1938 . Su yerno, Eduardo Sánchez Terrero, fue designado presidente de la de Asociación del Football Argentino (AFA) en 1937 -luego fue presidente de Boca Juniors de 1939 a 1946-. La AFA se había fundado en 1934, cuando se fusionaron la AAF y la LAF (que le pagaba mucho más a sus futbolistas): ese año se alcanzó la unificación que continúa hasta estos días.

El XIII Sudamericano se jugó un año después del segundo Mundial -disputado en 1934 en Italia, que ganó el torneo-, por lo que desde la Copa América anterior se habían celebrado los dos primeros mundiales.

La edición fue el segundo torneo "extraordinario" (como el de 1916, sin el trofeo de la Copa América en disputa), celebrado en Perú, que invitó a Argentina, Chile y Uruguay para celebrar el cuarto Centenario de la fundación de Lima, que albergó la cita en el Stadium Nacional. En 1931 Brasil se había reafiliado a la CSF, pero no participó del torneo.

Las crónicas dan cuenta de que a la federación peruana no le fue simple realizar el torneo: en parte, porque tras la final del Mundial de 1930, argentinos y uruguayos estuvieron casi dos años sin enfrentarse. Argentina había denunciado presiones y rompió relaciones futbolísticas con Uruguay. Tal era aún el resentimiento que las dos selecciones jugaron sin sus camisetas habituales el encuentro definitorio: la celeste fue reemplazada por casacas rojas, y unas blancas sustituyeron a las albicicelestes.

Uno de los puntos positivos del "Extra", disputado del 6 al 27 de enero, fue la alta difusión que tuvo en la radiofonía: fue el primer torneo que pudo ser seguido casi al instante de manera masiva.

El cuadrangular contó con los previsibles seis partidos, y la selección uruguaya ganó un nuevo título. Esta fue la última copa que jugó, y ganó, José Nasazzi, que a sus 34 años de edad, fue elegido como mejor jugador de la Copa, según el criterio de los periodistas acreditados.

El goleador fue, con 4 tantos, el argentino Herminio Masantonio, delantero que jugó en el club Huracán del barrio de Parque Patricios de Buenos Aires desde 1931 a 1943. Allí convirtió 254 goles en 379 partidos.

Como ocurrió en la mayoría de los torneos previos, el último encuentro programado y a la vez, final virtual del cuadrangular, fue entre uruguayos y argentinos. Los charrúas ganaron 3 a 0 y sumaron su séptimo Sudamericano. Este fue el último torneo que disputó la "Generación de Oro" uruguaya. Ballestrero; Nasazzi, Muñiz; Zunino (ingresó Denis), L. Fernández,  Pérez; Taboada, Ciocca, H. Castro (estos tres delanteros hicieron los goles), E. Fernández y B. Castro lograron el triunfo Celeste. 

El director técnico uruguayo fue Raúl Blanco, que ganó así los tres únicos partidos que dirigió en la Selección Celeste.

*Uruguay, campeón del torneo Sudamericano "Extra" de 1935 en Lima*: con camiseta roja ante Argentina (que utilizó casaca blanca), obtuvo su séptimo título. El director técnico fue Raúl Blanco, que en el torneo ganó los tres únicos partidos en los que dirigió a su Selección. Fuente: auf.org.uy

El año anterior, Italia había ganado el Mundial con Luis Monti, Raimundo Orsi (ambos jugadores de Juventus), Atilio Demaría (Inter de Milan) y Enrique Guaita (Roma), los cuatro argentinos: el "fútbol del Río de la Plata" era el mejor del mundo.

Pese a ello, las potencias sudamericanas no priorizaron el torneo italiano: Uruguay declinó participar porque consideró que la representación europea en 1930 en Montevideo había sido mínima (asistieron solamente Bélgica, Francia, Rumania y Yugoslavia). Argentina y Brasil fueron con equipos que no incluyeron a los mejores futbolistas. Los brasileños acudieron con la mayoría de los integrantes de un solo club, Botafogo de Río de Janeiro.

La unificación en Argentina llegó de hecho después del Mundial de 1934, por lo que los jugadores de Boca Juniors, Independiene, Racing Club y River Plate, entre otros, no podían participar de la Copa del Mundo. Los clubes que aportaron más de un jugador para el Mundial fueron Barracas Central (el equipo que llevó en 2017 a Claudio Chiqui Tapia a la presidencia de la AFA), Estudiantil Porteño (que no se dedica más al fútbol), Defensores del Belgrano y Unión de Santa Fe.

El segundo torneo de la década se jugó en Buenos Aires en 1937, en los estadios de Boca Juniors y San Lorenzo de Almagro. Esta fue la primera Copa América jugada con iluminación artificial. El campeonato se inició el 27 de diciembre de 1936 y finalizó el 1° de febrero.

También fue la primera vez en la que participaron seis equipos: Brasil (retornó luego de ausentarse en 4 torneos), Chile, Paraguay, Perú, Uruguay y los locales. A los 15 partidos previstos del hexagonal se sumó el desempate por la igualdad en 8 puntos entre Argentina y Brasil (ambos perdieron un partido: Argentina ante Uruguay, por 3 a 2).

El campeón fue Argentina, tras el suplementario en ese último encuentro, gracias a los dos goles convertidos por Vicente de la Mata, "Capote" que tenía 19 años de edad. Surgido de Central Córdoba de Rosario, De la Mata sería uno de los mejores jugadores de la historia de Independiente de Avellanada, donde con Arsenio Erico formó una de las grandes duplas de la historia del fútbol sudamericano. Capote fue elegido por los periodistas como el mejor jugador del torneo.

*Vicente de la Mata* (Rosario, 1918 - 1980), "Capote", uno de los más notables centrodelanteros argentinos de la primera mitad del siglo XX. Figura durante 13 años de Independiente, campeón mejor jugador de la edición de 1937, también ganó dos Sudamericanos en la década siguiente. Fuente: soydelrojo.com

Párrafo aparte merece Arsenio Erico:  es considerado el más grande futbolista paraguayo de todas las épocas. En Independiente convirtió 47 goles en 1937 y 43 en 1938. Es -y seguirá siendo- el máximo goleador en la historia de las ligas argentinas. Ágil y técnico como pocos, de muy buen cabezazo, pese a sus sobradas cualidades, no jugó nunca en la selección paraguaya: la liga de su país no convocaba a la selección a los jugadores que militaban en el extranjero. Un suicidio futbolístico.

Chile tuvo al goleador de la edición: Raúl Toro (delantero de Santiago Morning), que festejó siete veces. También, si se habla de goles, hay que resaltar el encuentro entre brasileños y chilenos: la Verdeamarelha ganó por 6 a 4.

En el último partido del hexagonal, Argentina superó 1 a 0 a Brasil y lo alcanzó en la punta, por lo que debió recurrirse al desempate. Argentina formó con Bello; Tarrío, Iribarren (ingresó Lazio); Sastre, Minella (Lazzatti), Martínez; Enrique Guaita, Varallo, Zozaya, Scopelli (Cherro) y Enrique García, autor del gol.

El calendario no daba respiro ya en 1937, y el desempate se jugó dos días después en el mismo estadio (San Lorenzo). En el encuentro definitorio, Argentina alineó a Bello; Tarrío, Fazio; Sastre, Lazzatti, Martínez; Guaita, Varallo (ingresó De la Mata), Zozaya (Ferreyra), Cherro (Peucelle) y García.

*Argentina, campeón de la Copa América 1937*: esta es la formación que venció 1 a 0 a Brasil, en el último partido programado del hexagonal. Al igualar en 8 puntos, las dos selecciones jugaron el desempate dos días después. En ese encuentro, que finalizó casi a las 2 de la madrugada tras incidentes entre los jugadores, Argentina se impuso en el suplementario 2 a 0 con tantos de Vicente Capote De la Mata. En la foto, de blanco en la fila inferiror, la delantera argentina: Guaita, Varallo, Zozaya, Scopelli y García, autor del gol. Fuente: wikipedia.com

Claro es que Tarrío, Sastre, Martínez, Guaita, García y el arquero Bello jugaron en 48 horas dos partidos completos más el suplementario, que terminó casi a las 2 de la madrugada del 2 de febrero, después de dos parates por peleas entre los jugadores.

El equipo argentino fue dirigido por el ex delantero Manuel Seoane, el mismo que había sido elegido mejor jugador de la Copa América en 1925 y 1927.

Pese al éxito deportivo, la AFA se desafilió de la Confederación Sudamericana al poco tiempo. El conflicto se mantuvo hasta el año 1940, cuando se retomó la membresía. De todos modos, la FIFA invitó a Argentina a participar de las eliminatorias del Mundial de 1938, pero la AFA declinó participar, especialmente porque había habido una supuesta promesa de Jules Rimet para que el Mundial se disputara en el país. Finalmente hubo  un intento por disputar la eliminatoria, pero los clubes no cedieron a sus mejores futbolistas. El fútbol argentino, con o sin liga unificada, con o sin profesionalismo, con o sin huelgas, siempre puede exhibir problemas.

La XV edición del Campeonato Sudamericano de Selecciones se jugó en 1939, en el estadio Nacional de Lima, Perú, que recibía al torneo por tercera vez en las últimas cinco versiones, incluida esta.

Y la tercera, precisamente, fue la vencida para la selección peruana, que ganó su primera Copa Américatras superar a Uruguay por 2 a 1 en el último partido programado.

Esta fue la primera edición que no fue ganada por Argentina, Brasil o Uruguya. Perú rompió la tendencia, tras los 10 partidos jugados del 15 de enero al 12 de febrero también por Chile, Ecuador (debutante en la Copa) y Paraguay.

Para este torneo, el tercero y último de la década, Perú presentó la base del equipo de 1935, y que había demostrado buen fútbol en los Juegos de la Olimpíada de Berlín, en 1936 (superó 7 a 3 a Finlandia y se retiró en cuartos de final luego de un escándalo tras superar a Austria por 4 a 2 en tiempo suplementario). Antes de la Copa América, Perú también había ganado la I Juegos Bolivarianos en Bogotá.

En Perú se destacaron el goleador del torneo, Teodoro Lolo Fernández (convirtió 7 goles), el arquero Juan Honores y Jorge Alcalde.

Lolo jugó toda su carrera en Universitario de Deportes de Lima, donde convirtió 161 goles en 180 partidos. En la selección peruana celebró 24 veces en 32 encuentros. Hombre de gol, Fernández fue elegido el mejor jugador del Sudamericano.

El director técnico de los campeones fue el inglés John Jack Greenwell, que había dirigido antes a varios clubes de España. Ante los 25 mil hinchas que desbordaron el Nacional, Greenweel alistó ante Uruguay a Honores; A. Fernández, Chapel; Tovar, Pasache, Castillo; T. Alcalde, Bielich, Lolo Fernández, J. Alcalde y Paredes.

*Perú, campeón por primera vez de la Copa América, en 1939*: Chapell, Fernández, Tovar, Honores, Pasache y Castillo. Abajo: Teodoro Alcalde, Teodoro Fernández (goleador y figura del torneo), Jorge Alcalde, Bielich y Paredes. Fuente: Wikipedia.com

Con el debut ecuatoriano (todos sus jugadores eran amateurs), tras esta edición quedaba pendiente la participación en la Copa América de la selección de Colombia. Venezuela aún no se había afiliado a la CSF.

Para esta edición, los uruguayos presentaron un equipo semiprofesional, debido a una huelga de jugadores, y Brasil declinó participar.

El agitado decenio había terminado. Tras 15 Sudamericanos, Uruguay seguía dominando el escenario con 7 títulos. Argentina le seguía con 5, mientras que Brasil se mantenía con 2 coronas, a las que se debe sumar el título de Perú. La siguiente década sería la primera época dorada de la Selección Argentina y de sus futbolistas, algunos de ellos figuras descollantes en la historia del fútbol sudamericano.