Ecuador

Ex vicepresidente de Ecuador: "El asilo es una figura sagrada y no se puede permitir que esta institución sea estropeada"

En el marco de la crisis diplomática entre Ecuador y México, El Economista dialogó con el ex vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenholzner
"El asilo es una figura sagrada. En Argentina el asilo ha salvado miles de vidas. Y no se debe estropear", dice Otto Sonnenholzner.
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Los países, por más fuertes y dominantes que sean, saben que no podrán mantener esa posición por la eternidad y, a lo largo de la historia, toda potencia y todo imperio han caído. 

Es por esto que surge el derecho internacional, que se diferencia del derecho interno de cada país en que no busca la justicia, sino el mejor medio para alcanzar la paz. 

El derecho internacional no es más que una abstracción del poder dominante plasmada en papel; las potencias comprenden que, para asegurar su bienestar futuro, deben establecer parámetros que fomenten costumbres que, a su vez, protejan esos intereses. 

Es por eso que las potencias del pasado transformaron su fuerza en derecho y la obediencia en deber, no porque sea justo, sino porque garantiza y crea un cierto marco de paz y respeto entre las naciones. Vivimos en un sistema internacional que no tiene un supraestado que gobierne, sino un sistema anárquico con ciertas costumbres y normas básicas.

Pero ahora vemos que una de estas normas básicas se ve amenazada, como es el caso de la inmunidad diplomática, que se remonta a la antigua Grecia y fue tipificada por primera vez en 1709 por el Parlamento británico en Londres.

Esta misma ciudad sería testigo un par de cientos de años después de cómo el estado ecuatoriano ponía a prueba las normas internacionales cuando refugió a Julian Assange en su embajada, haciendo uso del asilo diplomático y la extraterritorialidad de su sede diplomática, garantizada en el artículo 22 de la Convención de Viena de 1961.

Pero Ecuador no es ajeno a poner a prueba los límites de la Convención: en 2012, el entonces canciller de la administración de Rafael Correa informó al mundo que las autoridades de control migratorio italiano habían encontrado 40 kilos de cocaína en la valija diplomática ecuatoriana, que goza de inmunidad según la Convención de Viena.

Pero este 5 de abril, una nueva controversia diplomática surgió cuando el presidente ecuatoriano ordenó a un grupo de policías entrar en la embajada de México para arrestar a Jorge Glas Espinel, ex vicepresidente del correísmo, condenado por malversación de fondos. 

Esto llevó a una ruptura inmediata de relaciones entre ambos países y a un juicio en la Corte Internacional de Justicia. El incidente no solo provocó la reacción unánime e inequívoca de la comunidad internacional, condenando la violación de esta norma básica de convivencia por parte de Ecuador, sino que también suscitó interrogantes sobre hasta qué punto se puede utilizar el asilo diplomático.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, con su afinidad ideológica hacia el ex vicepresidente Glas, realizó comentarios durante las semanas anteriores que llevaron a que Ecuador declarase persona non grata a la embajadora mexicana en Quito, aumentando las tensiones entre ambos países y generando la sospecha real de una posible fuga del expresidente ecuatoriano, como había ocurrido durante el gobierno de Lasso, cuando funcionarios diplomáticos del gobierno de Alberto Fernández ayudaron a que la ex ministra de transporte Ángeles Duarte, condenada por corrupción, escapara del país.

Las consecuencias que sufrirá Ecuador por esta acción son inciertas. Sin embargo, el gobierno recién inaugurado de Daniel Noboa busca obtener un impulso de popularidad y apoyo frente a una consulta popular que se celebrará el 21 de abril, así como las elecciones presidenciales de 2025. 

Para entender mejor la compleja situación que atraviesa Ecuador, El Economista dialogó en exclusiva con el exvicepresidente (2018-2020) y ex candidato a la presidencia Otto Sonnenholzner, quien estuvo dentro del gobierno que decidió retirar el asilo a Julian Assange el 11 de abril de 2019.

-La comunidad internacional claramente condenó esta violación a la convención de Viena. Sin duda esto va a tener un efecto en el país pero, por ahora, es incierto.  En su opinión, ¿qué posición debería tomar el Ecuador para poder reducir las posibles consecuencia?

Estamos atrapados en una vorágine política, México en elecciones, AMLO quiere impulsar su candidata. En ambos países, tanto para Noboa como para AMLO, su comportamiento es bien visto. Yo no justifico lo que Ecuador ha hecho, pero tampoco justifico que el presidente mexicano haga provocaciones permanentes metiéndose en asuntos internos y abusando de la figura del asilo. Celebro que la OEA de forma correcta sancione a Ecuador, pero también incluye 2 puntos llamando a no interferirse en asuntos internos de otros países y no abusar de la figura del asilo.

El asilo es una figura sagrada. En Argentina el asilo ha salvado miles de vidas. Y no se puede permitir que esta institución sea estropeada. Creo que Ecuador, al haber introducido esos 2 puntos en la resolución, no le fue tan mal como le pudo haber ido.

México ha pedido que se expulse a Ecuador de la ONU. Esto no es viable porque en el artículo 6 de la regulación de las Naciones Unidas se habla de que para expulsiones tiene que ser una falta reiterativa. Yo espero que esta sea la primera y última vez. Creo que el problema más serio para Ecuador será la Corte Internacional de Justicia en La Haya. Allí veremos el trabajo de la Procuraduría General del Estado y la defensa de Ecuador. La sanción va a darse, pero ahora nuestro esfuerzo es que sea lo menor posible.

Fuerzas de Ecuador ingresando en la embajada de México

-Usted menciona el abuso de la figura legal del asilo. ¿Es buen momento para se replantear esta figura?

No es la primera vez que se discute; Ecuador ya elevó este tema cuando le dio asilo por más de 7 años a Julian Assange, quien era buscado por la Justicia muy seria como la sueca por violación. Sin embargo, decide darle asilo. 

Ecuador en ese momento hace una consulta a la Corte Interamericana de Justicia preguntando si había un argumento posible para que permitiera al gobierno británico entrar a la embajada por la fuerza, y ahí en el 2016 la corte sentó precedente de que no había argumento alguno posible.

Es cierto que se ha violado la figura del asilo, pero atropellar la autonomía de cada estado para otorgarla pone en riesgo a futuro la seguridad de las personas que realmente están siendo perseguidas o están huyendo de regímenes autoritarios. Entonces, desafortunadamente, este es el costo que tenemos que pagar por proteger a miles de personas que encuentran en el asilo un refugio para salvar su vida y la de su familia.

-En general, los exmandatarios tienen una posición a favor de la defensa de los intereses nacionales. Sin embargo, en estos días hemos visto a un expresidente ecuatoriano hablar a favor de sanciones para su propio país. ¿Qué opinión le merece esta postura?

Públicamente he reclamado esta actitud. Yo entiendo que el expresidente Correa, quizás porque vive fuera del país, no siente las repercusiones que una de estas sanciones puede tener en los ecuatorianos. 

Desde hace rato he denunciado que su proyecto político le importa más que el bienestar de los ecuatorianos, pero ningún proyecto político puede estar por encima del interés nacional. 

Cuando uno es exmandatario, y lo digo porque también tengo esta condición, uno por el resto de la vida tiene la obligación de representar los intereses del país al más alto nivel. Considero que fue un error y espero que sea corregido sin mayores repercusiones. Para él, esto es algo personal y lamento que para el presidente AMLO esto sea un tema de afinidad política o personal en lugar de un verdadero análisis serio de cuándo otorgar el asilo. No se puede seguir actuando así.

-¿Ve la consulta popular propuesta por el actual gobierno como una acción positiva para la lucha contra el narcotráfico o es simplemente una encuesta de popularidad?

Es un poco de las dos. El gobierno la está utilizando como una plataforma política, sin duda. Pero hay un par de preguntas que vienen de la consulta anterior que perdió el presidente Lasso, que el gobierno rescata y pueden ayudar en la extradición. 

Una de esas preguntas es sobre la extradición. Esto no resuelve el problema de seguridad. Esto es un tema complejo que requiere mucho más esfuerzo. Pero la pregunta sobre la extradición ayuda, y la pregunta sobre la cooperación entre las fuerzas armadas y la policía nacional, bien manejada, puede ayudar. Entonces, sí, es un poco de los dos.

El actual presidente Daniel Noboa

-Las elecciones de 2025 están a la vuelta de la esquina. ¿Ve como posible escenario ser presidente de la República? 

No es una decisión que vamos a informar todavía. La vamos a informar oportunamente cuando la fecha esté más cerca, pero yo estoy siempre al servicio del país, ya sea desde dentro o fuera del ejercicio del sector público.