Como de Gaulle, Macron quiere que Europa sea más independiente

Aunque Francia y EE.UU. son aliados históricos, han tenido discrepancias sobre el rol de la potencia transatlántica en Europa.
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29-09-2021
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La alianza AUKUS entre Estados Unidos, Reino Unido y Australia para proveerles a estos últimos submarinos de propulsión nuclear continúa generando tensiones con Francia, que perdió un contrato multimillonario con Canberra para proveerle sus propios submarinos.

Ayer, el presidente Emmanuel Macron, que la semana pasada se comunicó con su par norteamericano Joe Biden, selló con Grecia un acuerdo para proveerle tres fragatas por 3.000 millones de euros y se refirió al rol que debe asumir Europa ante el accionar de EE.UU.

"Los europeos deben dejar de ser ingenuos. Cuando estamos bajo presión (?) tenemos que reaccionar y demostrar que tenemos el poder y la capacidad para defendernos”, explicó Macron.

"Esta no es una alternativa a la alianza con EE.UU. No es una sustitución, sino asumir la responsabilidad de pilar europeo dentro de la OTAN”, agregó.

Aunque Macron destacó que EE.UU. es un “aliado histórico y lo seguirá siendo”, afirmó que "estamos obligados a constatar que desde hace algo más de diez años se concentran mucho en ellos mismos y tienen intereses estratégicos que se orientan hacia China y el Pacífico. Es su derecho, es una cuestión de soberanía. Y respeto la soberanía de los pueblos".

Aunque Francia y EE.UU. son aliados desde las guerras de independencia de este último, históricamente han tenido discrepancias en cuanto al rol que el gigante norteamericano debe desenvolver en Europa.

El mejor ejemplo de esto ocurrió en 1966, cuando el presidente Charles de Gaulle le anunciaba a su par norteamericano, Lyndon Johnson, que Francia se retiraba de la OTAN, ya que se negaba “a ver a Francia implicada automáticamente en una guerra, por decisión de otras naciones”.

Acto seguido, el ex general ordenó el desmantelamiento de las bases norteamericanas en Francia y el traslado del cuartel general de la OTAN desde París a Bruselas, mientras que el secretario de Estado de EE.UU., Dean Rusk, preguntaba: “¿También quieren que nos llevemos a nuestros soldados enterrados en los cementerios de Normandía?”.

Desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea, Francia es el único miembro del bloque comunitario con armamento nuclear y con capacidad de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU.

A esto hay que sumar que la canciller alemana Angela Merkel abandonará sus funciones a la brevedad, por lo que Europa necesitará un nuevo líder. En este sentido, Macron es el mayor candidato para sucederla y por ello, desde hace un tiempo, viene hablando de la “autonomía estratégica” del Viejo Continente, dejando en claro que sus ambiciones son mucho más grandes que las que tuvo su par alemana.

Preocupa la energía

Uno de los problemas que más preocupa a los líderes de la Unión Europea es el aumento de precios de la energía y por ello será uno de los principales temas a discutir cuando se reúnan entre el 21 y 22 de octubre.

En 2021, los precios de referencia europeos del gas se han disparado en más del 300% como consecuencia de los bajos niveles de almacenamiento, los cortes y la alta demanda a medida que las economías se recuperan de la pandemia del coronavirus.

Los países de la UE son responsables de sus políticas energéticas nacionales, lo que posibilitó que algunos gobiernos ya hayan intervenido. Por ejemplo, Francia ofreció un pago único a los hogares más pobres, mientras que Grecia está planificando subsidios para ayudar a los consumidores a afrontar las facturas más altas.

Sin embargo, algunos de los miembros del bloque comunitario están exigiendo una respuesta más coordinada de la UE. En esa línea, España está proponiendo reformas en el mercado de la electricidad del bloque, ya que las altas facturas de energía podrían dañar el apoyo público a las políticas de la UE contra el cambio climático.

Por su parte, Bruselas dijo que proporcionará una "caja de herramientas" de medidas para que los gobiernos nacionales puedan responder a los aumentos de precios, como ajustar el impuesto al valor agregado sobre la energía y así reducir los costos para los consumidores.

Además, la Comisión Europea ha dicho que esta tendencia debería ser interpretada por todos sus miembros como un incentivo para cambiar el uso de combustibles fósiles, incluido el gas, por energías renovables.

“Se acerca el invierno y es posible que no haya suficiente gas para mantener a todos bien iluminados y calientes a precios accesibles para las personas y las empresas. Si el invierno es frío, agárrate un buzo y prepárate para una creciente tensión política”, dijo Ian Bremmer de Eurasia Group.