Las provincias ya aumentaron 50% su deuda en 2016

Desde el acuerdo con los holdouts, colocaron US$ 5.850 M, más de la mitad del stock de pasivos en moneda extranjera o dollar linked que tenían a fines de 2015.
12-08-2016
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En lo que va del año, la deuda en dólares acumulada de las provincias creció más de 50%, y todavía resta que salgan al mercado varias jurisdicciones, por alrededor de US$ 2.000 M. Así, para cuando termine 2016, las provincias casi habrán duplicado el stock de pasivos que tenían en moneda extranjera o títulos dollar-linked (cerca de US$18.000 M contra US$ 10.200 M), una situación que aunque todavía no es alarmante, empieza a convocar a algunos economistas a advertir sobre los riesgos de un eventual sobreendeudamiento a mediano plazo.

Desde enero, cuando las 24 provincias sumaban una deuda agregada de $ 259.000 M, según la consultora NOAnomics, ocho jurisdicciones salieron al mercado internacional por una suma de US$ 5.850 M, lo que significó un aumento de 34% del total. Sin embargo, al contabilizar solo las deudas en moneda extranjera o a través de títulos dollar-linked, la variación es aún más importante: las provincias ya aumentaron más de 50% su deuda, al sumar US$ 5.850 M a los US$ 10.200 M que registraban a principios de año las colocaciones no denominadas en pesos.

“Como recién las provincias vuelven a tener la posibilidad de conseguir financiamiento por ahora no hay mucho riesgo de sobreendeudamiento pero el ritmo de las colocaciones debería atenuarse en el mediano plazo”, describe Félix Piacentini, de la consultora NOAnomics. “Está bien que muchas estén resolviendo primero problemas financieros graves, rolleando con mejores tasas y plazos, y recibiendo herencias pesadas, pero si pensás que a fin de 2015 el stock de títulos en dólares, euros y dollar-linked de las 24 provincias era de unos US$ 10.200 millones, y en lo que va del año ya se colocaron más de US$ 5.000 M, un poco te asustás. En teoría, habría interés de las provincias en colocar casi unos US$ 2.000 M más para lo que resta del año. Si eso se concreta tendrías emisiones por unos US$ 7.000 M en 2016. Es un riesgo que a pesar de que en el corto plazo no es fuerte, en el mediano no puede descartarse”, advierte.

En efecto, la mayoría de las provincias contrajo considerablemente el peso de la deuda en sus economías gracias a los programas de asistencia financiera y desendeudamiento del Gobierno Nacional, a un menor acceso al crédito externo y al atraso del tipo de cambio, que redujo el peso de la deuda medida en pesos, entre otros factores.

Sin embargo, ya en 2016, ávidas de recursos ante un déficit fiscal agregado que según CIPPEC sumaba 1% del PIB a fines de 2015 y favorecidas por un escenario de creciente interés por parte de los inversores y de caída de tasas tras el acuerdo alcanzado por el Gobierno Nacional con los holdouts, las provincias se lanzaron desde marzo a una colocación masiva de títulos por una suma que ya alcanza los US$ 5.850 M (1,1% del PIB esperado por Consultora Ledesma para 2016) y que seguirá creciendo en lo que queda del año.

Hasta ahora, las ocho provincias que salieron al mercado fueron Buenos Aires ?en dos oportunidades, con tres títulos diferentes?, Chubut ?en dos oportunidades?, Córdoba, Mendoza, la Ciudad de Buenos Aires, Neuquén, Salta y esta semana, Chaco. Con plazos que oscilaron entre tres y doce años (con un promedio en su mayoría, de ocho años), los títulos salieron al mercado con tasas que fueron de 7,6% para la Ciudad de Buenos Aires -a once años por US$ 890 M- a Chaco, que anteayer colocó a 9,37% títulos a ocho años por US$ 250 M.

No obstante, todavía resta que salgan al mercado otras, como Santa Fe, La Rioja, Entre Ríos, Tierra del Fuego y Corrientes, por una suma que rondaría los US$ 2.000 M. Además, podría volver a colocar la provincia de Buenos Aires ?que tiene un endeudamiento avalado por la Legislatura de $ 60.000 M (US$ 4.000 M) y lleva emitidos solo US$ 2.250 M?, y también podrían volver a hacerlo Mendoza y Neuquén.

Así, si bien el margen para endeudarse todavía existe y las provincias se verían favorecidas por mayores ingresos ante una eventual reactivación de la economía en 2017, varios economistas advirtieron en el último tiempo acerca de los riesgos de no controlar el peso de la deuda a tiempo. “Margen existe; el nivel de endeudamiento argentino es bajo, tanto a nivel nacional como subnacional. Lo que pasa es que no podés esperar a llegar cerca del margen para poner algún tipo de regulación o acuerdo sobre la forma de endeudarte, eso tenés que hacerlo cuando las cosas están bien”, planteaba Oscar Cetrángolo, exsubsecretario de Relación con las provincias, en una edición reciente de El Economista.

En ese sentido, la Secretaría de Provincias del Ministerio del Interior y la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Hacienda y Finanzas, bajo la órbita de Rogelio Frigerio y Alfonso Prat-Gay vienen autorizando y coordinando el endeudamiento de las provincias. No obstante, desde el Gobierno Nacional no ven todavía un escenario preocupante. Desde su óptica, el margen que tienen las provincias para endeudarse todavía es grande (en la mayoría de las provincias, el peso de los servicios de la deuda no alcanza el 15% impuesto como techo por la Ley de Responsabilidad Fiscal, sostienen), y por otra parte, la necesidad de tomar deuda será solo “provisoria” si los gobernadores reducen sus déficit fiscales y la reactivación económica que el Gobierno espera para 2017 se traduce en una mejoría de las actividades provinciales.

En esa línea, lo que Frigerio y Prat-Gay le pidieron a los mandatarios provinciales en la última reunión con gobernadores en Casa de Gobierno fue mayor disciplina fiscal y el compromiso de alcanzar el equilibrio fiscal para 2019.

No obstante, advierte Gabriel Caamaño Gómez, socio de Consultora Ledesma, al endeudarse en dólares, las provincias también se verán perjudicadas por el “efecto descalce” si la deuda en moneda extranjera crecer a un ritmo mayor que la variación de la porción del PIB que produce bienes exportables o importa. “Ante un ajuste más o menos significativo del tipo de cambio nominal, el stock de deuda crece más rápido que el PIB, salta el ratio de deuda/PIB y por lo tanto, se dispara el riesgo de insolvencia. Eso impacta sobre la tasa a la que te podés refinanciar y puede dar pie a un círculo vicioso”, advierte.