"En materia energética el Gobierno sabe adónde llegar, pero se está retrasando el cómo"
Daniel Dreizzen, director de la consultora Aleph Energy y ex secretario de Planeamiento Energético, habló sobre la necesidad de diseñar un plan de trabajo para implementar los principios de la Ley de Bases en el mercado energético local.
"Las empresas privadas tienen mucho músculo, capacidad operativa y experiencia técnica para ayudar al Gobierno nacional a llevar adelante un plan estratégico, en especial en el sector eléctrico tan regulado, para hacerlo más competitivo. Se sabe adónde llegar, que es el RIGI, pero aún falta la ingeniería legal y financiera para llegar al cómo vamos hacerlo", explicó.
Dreizzen señaló que el nuevo Gobierno se planteó desde un primer momento cuatro lineamientos.
- Libre mercado.
- En precios regulados por situación monopólica, que estos reflejen los costos.
- El rol del Estado como controlador pero no como inversor o competidor.
- Por último, la competencia y quita de beneficios para sectores particulares.
"Estos vectores fueron volcados en la famosa Ley de Bases y en el RIGI. Pero la aplicación de estos principios en los mercados eléctricos y de hidrocarburos no es tan sencilla", manifestó.
Y aclaró que "a diferencia de los años '90, aquí no está solo el sector público en actividad sino que ya hay gran cantidad de contratos y compromisos entre el Estado y el privado".
"Creemos que es necesario un plan preciso, integral y articulado para poder cambiar del sistema actual al deseado por el gobierno. Para esto hace falta un equipo con gran capacidad de análisis de los diversas variables e ingeniería de negocios y legal. Creemos que el sector privado, con sus amplios recursos y conocimientos especializados, tiene la oportunidad de ser un socio estratégico en este proceso. Empresas con experiencia en el mercado energético internacional podrían aportar las mejores prácticas y lecciones aprendidas de otros países que han realizado transiciones similares", agregó.
En opinión del director de Aleph Energy, las empresas podrían ayudar a identificar y mitigar riesgos, tanto técnicos como financieros, y proponer soluciones innovadoras que faciliten la transición hacia un mercado más competitivo y menos dependiente de subsidios estatales.
No obstante, comentó que la participación del sector privado debe estar enmarcada en principios claros de transparencia y responsabilidad social.
"Esto implica que las empresas no sólo busquen maximizar sus beneficios, sino que también contribuyan al desarrollo del mercado energético y al bienestar de la sociedad en su conjunto. Es momento de que el gobierno, las empresas y la sociedad civil se unan en un esfuerzo conjunto para construir un sistema energético robusto, transparente y sostenible", dijo.
Hacia adelante la mirada de Dreizzen apunta a que la Ley de Bases y el RIGI son marcos que pueden guiar esta transformación, pero su éxito dependerá de la voluntad política, la capacidad técnica y el compromiso ético de todos los actores involucrados.
"Si logramos superar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presentan, Argentina podrá contar con un sector energético que no sólo garantice el suministro a precios justos, sino que también impulse el desarrollo económico y social del país", finalizó.