Informe de Ecolatina

La torta crece, pero hay más bocas y las porciones son menores

La actividad y el empleo vuelven a niveles de 2017, pero los ingresos siguen muy rezagados
Los ingresos de los hogares aún acumulan un deterioro marcado a pesar de que el nivel de actividad agregado está mejorando.
06-05-2022
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Más allá de las variaciones mensuales y cierta volatilidad, el nivel de actividad agregado está volviendo a los niveles previos a la crisis. No la del Covid sino la cambiaria, que arrancó hace algo más de cuatro años. 

Más allá de eso, la sensación “en la calle” es otra y parte de la interna en el Gobierno se puede atribuir a la falta de derrame de la recuperación en el nivel de actividad. Los números avalan esa tesitura.

Un informe de Ecolatina busca, precisamente, explicar porque “cómo es posible que en 2021, con un PIB que ya estaba volviendo a los niveles absolutos de 2017 (en el tercer trimestre de 2021 fue sólo 4,7% menor), el deterioro socioeconómico haya alcanzado semejante escala respecto del punto de partida”. Y la respuesta a este interrogante tiene varias aristas, dice Ecolatina.

En primer lugar, más allá de los niveles absolutos, el PIB per cápita en 2021 mostró un deterioro superior al 8% respecto del valor alcanzado en 2017. Es decir, Argentina en su totalidad está tendiendo a volver a generar el mismo valor absoluto de PIB, pero una parte de esa mejora se explica por el crecimiento poblacional, “por lo que en términos de producto por habitante la brecha es mayor y todavía queda camino por recorrer”, dice el informe. Más bocas para una torta similar.

Por otro lado, aun cuando en cantidad de ocupados y nivel absoluto de actividad se vuelva al punto de partida, “los ingresos de los hogares aún acumulan un deterioro marcado, siendo este uno de los principales factores que explican el empeoramiento de la situación socioeconómica”.

Esto puede verse claramente con el cambio que se observó en la retribución de los factores: la remuneración al trabajo asalariado participó con 43% del valor agregado bruto en el tercer trimestre de 2021, cuando esa fracción alcanzó el 50% en igual período de 2017. “Este deterioro es significativo considerando que los ingresos provenientes del mercado de trabajo son tres cuartas partes del presupuesto de los hogares y que 7 de cada 10 trabajos son en relación de dependencia (formales e informales)”, dice el informe.

Además, esta pérdida de participación se evidencia aun cuando la cantidad de puestos asalariados totales entre esos dos lapsos es similar, por lo que el gran factor explicativo fue la dinámica de los ingresos reales. 

“Si los salarios estuvieron lejos de empatar a la inflación, aún más lejos estuvieron de alinearse con la CBT, que aumentó 8 puntos porcentuales más que el IPC entre los terceros trimestres de 2017 y 2021 (con una diferencia que se extiende a 28 puntos porcentuales si hacemos la comparación con la canasta básica alimentaria)”, agrega el informe.

“En resumen, los sucesivos shocks de 2018-2020 golpearon la dinámica de la economía argentina, deprimiendo los niveles de actividad e impulsando la inflación, generando un impacto sobre el mercado laboral tanto por el lado de los precios (pérdida de salario real) como de cantidades (caída en la cantidad de ocupados), y redundando en un deterioro de las condiciones socioeconómicas que fue transversal en todas las dimensiones analizadas”, concluye Ecolatina.

Hacia adelante, la tendencia es diversa. La “buena” es que se prevé que las tasas de crecimiento del PIB (y el empleo) continuarían en 2022 y quizás en 2023. La “mala” es que la persistencia de la inflación elevada constituye “el principal riesgo en materia del factor primordial que hoy explica el deterioro de las condiciones socioeconómicas, que es el deprimido nivel de los ingresos reales de los hogares”.