La agonía de la universidad
Acabo de ver en Youtube una charla espectacular entre Andy Kusnetzoff y Mario Pergolini. En un momento hablan sobre el futuro de la radio y Pergolini dice que la radio está agonizando, camino a la muerte.
Las mediciones de audiencia muestran que la gente migró a nuevos formatos, consumiendo contenido de streamers, podcasters y youtubers. Es data objetiva, no hay nada que hacerle. Andy, por el contrario, se apasiona y defiende que la radio sigue viva, diciendo que él “siente” que la gente todavía escucha.
Lo de Andy es un típico caso de miopía, como lo describe Theodore Levitt: pensar en el producto, en vez de en la necesidad del usuario. El se aferra al producto radio, un barco que claramente se está hundiendo, en vez de enfocarse en la necesidad insaciable del ser humano de escuchar buenas historias, independientemente del medio.
El hecho de que yo haya escuchado la charla en Youtube, semanas después de que ocurriera en el programa (y me haya salteado la tanda publicitaria), es evidencia de que Pergolini tiene razón.
Esto me llevó a pensar en la universidad, otra institución avejentada que, en mi visión, tiende a la muerte en el largo plazo. Quiero ser claro: la necesidad de adquirir conocimiento es más urgente que nunca. Educar más y mejor es extremadamente importante, pero hay una miopía generalizada respecto de la universidad.
En vez de pensar en cómo buscamos mejores formas de enseñar, cómo generamos más conocimiento y lo distribuimos a más gente, se defiende emocionalmente un formato desactualizado, lleno de arbitrariedades y barreras de todo tipo, en vez de pensar en cómo mejorarlo. La universidad es como una vaca sagrada, criticar sus formas actuales está mal visto, pero es urgente adaptarla a los tiempos actuales.
Para cerrar con algo concreto, estas son algunas cosas que hay que actualizar en la universidad:
- Carreras orientadas a temas puntuales que despierten pasión.
- Que no obliguen a los alumnos a estudiar mil cosas que no interesan ni les sirven para lo que quieren hacer al egresar.
- Carreras más cortas con foco en habilidades concretas.
- Contenidos modulares: poder armar un camino más personalizado.
- Poder estudiar cuando y donde se quiera, con más y mejor contenido multimedia y dinámicas flexibles.
- Poder empezar a cursar en (casi) cualquier momento.
- Muchísima menos burocracia y digitalización total de los trámites.