Vidal cautivó y negó aspiración presidencial
Cuando el plato principal del evento es un discurso de María Eugenia Vidal, como fue el caso del almuerzo que realizó ayer el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), el Círculo Rojo dice presente. Políticos y, sobre todo, empresarios, entre ellos, los principales del país, acompañaron ayer a Adrián Werthein, Nº1 del CICyP, en un nuevo encuentro. Vidal, la niña mimada del Círculo Rojo (ver recuadro), convoca desde la matancera y precaria villa de Puerta de Hierro hasta el lujoso Hotel Alvear. No casualmente es la dirigente con mejor aprobación del país, muy por delante del Presidente y el resto.
Luego de las elogiosas (y hasta emotivas) palabras de Werthein, que incluyeron un video con clips de Vidal en diversas intervenciones, la gobernadora subió al estrado y cautivó a su auditorio con un discurso de 12 minutos. Lo que importa no es solo lo que ya cambiamos sino el camino, y ese camino ya empezó, dijo y mencionó algunos de los brotes verdes, y tímidos, que se empiezan a ver. Frente a la ansiedad de todos de que hay resultados rápidos, yo les diría que eso me preocuparía: eso ya no pasó. Antes tuvimos resultados intensos y rápidos, e intensa y rápidamente los perdimos, agregó. Muchas veces pensamos que habíamos empezado a crecer de verdad y que esa vez sería en serio, y nos volvimos a desilusionar.
La diferencia es que, esta vez, los resultados van a ser menos espectaculares y rápidos, pero van a llegar para quedarse, y van a necesitar a muchos de nosotros trabajando durante muchos años, dijo Vidal.
Hoy, por primera vez, el Presidente y la gobernadora trabajan juntos en la provincia de Buenos Aires. Parece una obviedad, pero hace 30 años que no pasaba. Somos parte de un mismo equipo, y no de un mismo equipo partidario, que es lo de menos, sino de un mismo equipo de trabajo, agregó, y dijo que empiezan a verse las señales de ese camino, y mencionó los diversos brotes verdes que hay en la economía.
Asimismo, dijo Vidal que se están emprolijando las cuentas públicas: en 2015, 109 municipios (sobre 135) estaban en rojo y hoy hay 121 con superávit. La provincia tomó deuda a la tasa más baja desde 1880 y el mundo nos vuelve a creer, y dijo que la inflación va a ser la más baja de los últimos años.
Además, hizo eje en la obra pública. No hay un distrito de la provincia que no tenga una obra en desarrollo, expresó. Y dijo que hay que poner prioridades, y no pueden ser muchas porque cuatro años pasan muy rápido. La gobernadora dijo que hay un plan de 2.000 obras y más de 1.000 están en ejecución. La discrecionalidad se acabó y los fondos se reparten por coparticipación, y no por amiguismo, añadió. Aplausos. Y no son obras estéticas, dijo y remató: No vamos a hacer obras faraónicas. Nos van a ver haciendo lo que hay que priorizar primero y es que funcione bien lo que ya está hecho.
Por último, Vidal hizo eje en los avances logrados en salud y seguridad.
Hay 16 millones de bonaerenses y varios aún no vieron el cambio, admitió Vidal. Y en 2015 votaron, más que por Mauricio o por mí, por un cambio en el sistema, que gobernó la provincia de manera mafiosa durante décadas. Eso no se negocia y nuestro compromiso es ser fieles a ese voto.
Antes de terminar, vino el clásico pongui pongui. Las oportunidades, claro, hay que aprovecharlas. Ante los empresarios, casi todos hombres, dijo: Necesito que se sumen y sé que muchos ya lo han hecho, pero necesitamos más. La provincia los espera con los brazos abiertos.
Luego, llegaron las preguntas. Y la primera, casi de manual, fue sobre sus eventuales aspiraciones presidenciales. Allí Vidal, como corresponde, puso paños fríos. Los gobernadores que quisieron ser presidentes le hicieron un enorme daño a la provincia porque sus decisiones se vieron condicionadas por ese objetivo y yo, primero, quiero que la vaya bien a la provincia, dijo. ¿Se acuerdan de Daniel Scioli?