Congreso

Tras la media sanción de la Ley Bases, la oposición se prepara para el reordenamiento interno

La victoria legislativa de La Libertad Avanza abrió fisuras en el interior de los bloques de la oposición y dio paso a nuevas alianzas con el oficialismo en un clima de incertidumbre.
La Cámara de Diputados.
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El Gobierno vivió como un triunfo político la media sanción en Diputados de la Ley Bases y de la Ley de Medidas Fiscales. El presidente Javier Milei celebró el respaldo legislativo y agradeció el apoyo de los jefes del PRO, Hacemos Coalición Federal, Unión Cívica Radical. 

Se trató de un punto de inflexión en la retórica confrontativa que caracteriza al Gobierno y que había llevado al jefe de Estado a llamar "nido de ratas" al Congreso

Si bien la confrontación le sirve a La Libertad Avanza para consolidar su núcleo duro, el perfil de diálogo y negociación le funcionan para alcanzar las victorias políticas y conseguir las herramientas necesarias para llevar a cabo la administración del Estado. 

En tanto, la sesión maratónica del martes no fue una jornada legislativa más, sino que abrió una discusión puertas adentro respecto al posicionamiento que cada bloque adoptará frente al Gobierno. 

Es que sin el aporte de los diputados cooperativos, Milei no hubiera logrado la media sanción de los proyectos que forman el corazón de la estrategia del Gobierno. El PRO, la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal son, además, los espacios que pueden evitar la caída del DNU que desregula la economía y que pende de un hilo tras el rechazo del Senado.

A diferencia de lo que ocurrió en febrero, cuando la Ley Ómnibus cayó debido a la falta de consenso, esta vez las bancadas de la oposición respaldaron las reformas de Milei. Así, los diputados dialoguistas pasaron de ser "casta" y "traidores" a ejecutar una "labor patriótica", según las declaraciones del Presidente. 

En ese marco, Milei construye alianzas parlamentarias en un clima de desconfianza e incertidumbre, mientras que en las bancadas de la oposición cooperativa no se logra conciliar la uniformidad. 

Los diputados Miguel Ángel Pichetto, Cristian Ritondo y Florencio Randazzo dialogan durante el tratamiento en particular de la Ley Bases.

Los aliados de LLA

Para la Casa Rosada era imposible imaginar la victoria legislativa sin el apoyo del PRO. El bloque presidido por Cristian Ritondo votó todos y cada uno de los artículos de ambas leyes en sintonía con el oficialismo. El espacio actuó como partido de Gobierno, aunque hay legisladores del bloque que rechazan esa etiqueta.

El PRO mantuvo un alineamiento total al oficialismo: el bloque se mantuvo unido, salvo contadas excepciones, disimulando los matices entre macristas, bullrichistas y larretistas. 

Meses atrás, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, había llamado a la formación de una coalición política entre el partido amarillo y La Libertad Avanza. Lo cierto es que la alianza informal ya existe, y fue el motivo de quiebre de Juntos por el Cambio: mientras que el PRO decidió plegarse al oficialismo, el radicalismo prefirió mantener cierta distancia. 

Por su parte, pese al clima de internas que se instaló tras la ruptura entre el exjefe de La Libertad Avanza, Oscar Zago, y el presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, los libertarios lograron mantener la cohesión interna en las votaciones. 

En tanto, el MID, el bloque que armó Zago tras su salida de La Libertad Avanza, mantuvo su lealtad al oficialismo y aportó 3 diputados al apoyo de las reformas del Gobierno. 

Disidencias en la UCR

Desde el balotaje de noviembre, las diferencias internas en la Unión Cívica Radical se hacen evidentes en cada oportunidad que el espacio tiene de expresarse. 

En la sesión del martes, el jefe de la bancada, Rodrigo de Loredo, mantuvo un tono crítico sobre el manejo político de Milei, pero logró que la mayoría de su bancada acompañara la Ley Bases y el paquete fiscal. Los gobernadores radicales colaboraron en la consolidación de esos apoyos, ya que tienen intereses en mantener una relación positiva con el Presidente a fin de evitar mayores dificultades en las gestiones locales. 

En tanto, Facundo Manes y Pablo Juliano se posicionan como los disidentes dentro del bloque radical. En febrero, habían votado en contra de la Ley Ómnibus, pero esta vez decidieron abstenerse bajo el argumento de que la Casa Rosada decidió acotar el paquete. 

En ese panorama, especulan con que se acelerará la reconfiguración de alianzas en Diputados, y estos radicales se consolidan como los más combativos del espacio. A ellos se sumaron Marcela Coli, aliada de Manes, y Fernando Carbajal

UCR

Reinvención de Hacemos

El bloque liderado por Miguel Ángel Pichetto también comenzó a reconfigurarse. La bancada de Hacemos Coalición Federal tuvo que enfrentar a una de la dificultad de adoptar una postura común entre 23 legisladores de una amplia diversidad ideológica. 

El espacio incluye al peronismo cordobés, aliado del presidente; tanto como al radicalismo y el socialismo santafesino, abiertamente críticos de Milei desde antes de que el libertario ganara las elecciones.

Esa heterogeneidad produjo el desprendimiento de los diputados de Elisa Carrió, ya que no se pudieron suplir las diferencias en torno a la reforma laboral y la exclusión del artículo que tocaba los recursos sindicales. 

De esa manera, la Coalición Cívica recupera su autonomía y apuesta a reforzar su identidad con un perfil más distante para con el Presidente. 

¿Nuevo perfil del Gobierno?

Tras esta primera victoria legislativa, cabe la posibilidad de que el Gobierno decida revisar su perfil confrontativo con la oposición. Las negociaciones sobre el articulado de la Ley de Bases y el paquete fiscal permitieron la media sanción, incluso cuando aún había disidencias en torno a la letra chica de los proyectos. 

Ahora, el oficialismo deberá construir alianzas parlamentarias sólidas y promover consensos que le permitan fortalecer la gobernabilidad. A través de los diálogos y las concesiones que hoy están a cargo del ministro del Interior, Guillermo Francos, La Libertad Avanza podría tratar la diversidad de temas incluidos en su agenda.

El bloque comandado por Ritondo, el de Pichetto y gran parte del de De Loredo mostraron que el oficialismo no está tan solo en el camino de reformas que propone el Ejecutivo. 

En tanto, los disidentes radicales y la Coalición Cívica podrían funcionar como eventuales aliados de Unión por la Patria, en donde también comienzan a vislumbrarse algunas fugas. Tanto es así que seis diputados del espacio votaron a favor del régimen de incentivo para grandes inversiones (RIGI), fuertemente cuestionado por la mayor parte de los miembros de ese bloque.

La sesión del martes dejó un clima de reordenamiento interno en Diputados, que le dio un respiro al Gobierno y que lo incentivará a continuar tejiendo vínculos con la oposición dialoguista, a fin continuar cosechando victorias en el Congreso.

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Reportaje a Santiago Alles

Es doctor en Ciencia Política por Rice University y master en Estudios Latinoamericanos por la Universidad de Salamanca.

-¿Considera posible la formalización de una alianza entre el PRO y LLA?

LLA-PRO son ya una alianza bajo muchos parámetros: 1) tienen un programa político compartido; 2) se repartieron las carteras ministeriales, aunque LLA conserve el predominio; 3) votan disciplinadamente juntos en el Congreso. Incluso, durante el debate parlamentario, se veía a legisladores del PRO defendiendo la posición del gobierno como propia. Por más que no le hayan puesto un título a la relación, ellos se comportan como una alianza y los demás asumen que el PRO va a apoyar sea lo que sea que mande el Ejecutivo al Congreso.

Diría que el formato actual les sirve a los dos. Quizás desde el PRO esperan más espacios a cambio de su apoyo, pero no parece que romper sea una opción realista, en especial cuando las encuestas indican que LLA cuenta con un sólido apoyo entre los votantes del PRO. Y si romper no es una opción, ¿por qué le darían más espacios?

Después, si por formalización lo que imaginamos es poner un nombre, el límite inmediato es la conformación de listas del año que viene. Imagino que ambos deben calcular que acordar una lista común es resignar algo: desde LLA (en ascenso), darle lugares al PRO, sería dejar pasar la oportunidad de quedarse con sus votantes y absorberlo; y desde el PRO significaría perder la oportunidad de recuperar terreno, en especial en distritos donde cuentan con una importante infraestructura ya establecida.

-¿Y un quiebre en la UCR?

La UCR está partida en dos. Al menos en la Cámara de Diputados, esas partes tienen un tamaño muy desigual. La mayoría está alineada con el Gobierno, mientras que una parte minoritaria (cercana a Manes y Lousteau) va en otra dirección. De todos modos, y esto es una conjetura, no creo que el bloque se divida. Seguramente pese la "tradición centenaria" y prefieran seguir siendo una familia disfuncional antes que divorciarse.

-Los apoyos que brindaron los bloques dialoguistas, ¿prometen un vínculo más sólido con el oficialismo en torno a futuros proyectos? ¿O se trata más bien de una cooperación circunstancial?

Esta es la pregunta clave en este contexto, para la que creo no hay aún una respuesta. Yo tiendo a pensar que la clave es cómo lidere el proceso legislativo el gobierno de acá en adelante, aunque no sé qué camino va a elegir seguir. 

Si el Ejecutivo vuelve al estilo que intentó durante el verano, tratando de imponerse en forma unilateral, yo creo que este episodio será simplemente el cierre de una etapa. Los bloques de centro (como HCF o Innovacion Federal, quizás también algunxs radicales) pueden considerar que ya le dieron suficiente apoyo, y adoptar posturas más intransigentes. En el verano ya demostraron que pueden imponerle muy altos costos al gobierno si intenta arrollarlos.

Si en cambio, el Ejecutivo conserva este espíritu transaccional, donde incluyo también una menor pirotecnia verbal, tiendo a pensar que esos bloques de centro seguirán siendo socios disponibles. Sin embargo, acceder a esas transacciones tiene costos fiscales, tales como activar la obra pública, garantizar los fondos para el pago a docentes, etc. Y además, implica renunciar a una agenda maximalista. No se trata sólo de maneras.

-La disposición del oficialismo a negociar, ¿tuvo un impacto en las internas de los bloques dialoguistas? 

Yo diría que no, y que esas internas ya estaban ahi cuando el Ejecutivo intentó imponerse unilateralmente durante el verano. Dentro de la UCR y dentro de HCF, los legisladores que menos apoyaron al gobierno son más o menos los mismos ahora que entonces.

Ese gráfico representa el porcentaje de veces que lxs diputadxs votaron con el Gobierno en febrero.

Mientras LLA y PRO apoyaron en forma monolítica, la UCR y HCF estuvieron muy divididos internamente: ambos tenían legisladores que votaron siempre o casi siempre con el gobierno y tenían también legisladores que no votaron casi nunca con el gobierno. Innovacion Federal, en cambio, estuvo muy unido pero dando poco apoyo.

Creo que esas internas reflejan en el caso del radicalismo bases electorales muy diferentes en el interior y en áreas urbanas, mientras que en el caso de HCF, reflejan su propia conformación circunstancial, de actores programáticamente muy heterogéneos.