Congreso

El Gobierno enfrenta un nuevo traspié en el tratamiento de la Ley Bases y el paquete fiscal

La Libertad Avanza no alcanzó las firmas para dictaminar en los tiempos que había establecido, y todo apunta a que el Senado devolverá los proyectos a Diputados con correcciones.
La Ley Bases es debatida en un plenario de comisiones del Senado.
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El primer triunfo legislativo del Gobierno de La Libertad Avanza generó optimismo en el oficialismo en torno al futuro de la Ley Bases y el paquete fiscal, que ya cuenta con la media sanción de Diputados. Pero el camino de los proyectos impulsados por el Poder Ejecutivo encontró un escenario más complejo en la Cámara Alta.

La expectativa del oficialismo era apurar el dictamen de las iniciativas para llegar al recinto del Senado, con suficiente margen de tiempo para lograr las aprobaciones definitivas antes del Pacto de Mayo, a firmarse el 25 de ese mes. Sin embargo, La Libertad Avanza no pudo juntar las firmas necesarias y tuvo que pasar a un cuarto intermedio el plenario de comisiones hasta el lunes 13. 

De esta manera, el nuevo escenario patea la discusión en el recinto para el 23 de mayo, a solo dos días del pacto con los gobernadores, convocado por el presidente Javier Milei, en Córdoba. 

En el Gobierno aún prima la esperanza de que las leyes saldrán a tiempo para la reunión del Presidente con los mandatarios provinciales, bajo el argumento de que "no hay diferencias sustanciales", según las palabras del secretario de Hacienda, Carlos Guberman

Lo cierto es que, en el caso de que haya modificaciones en los textos, entonces volverán a la Cámara de Diputados, donde se deberá discutir la aprobación de los cambios. 

Desorden político

La llegada de Milei al poder convulsionó el escenario político. Por un lado, se formaron nuevas alianzas; y por el otro, las internas brotaron en los bloques y generaron el quiebre de algunos de ellos. 

En Diputados, se estableció una coalición informal entre el PRO y el oficialismo, sin la cual los libertarios no hubieran logrado avanzar con sus reformas. Sin embargo, esa alianza no es tan segura en la Cámara Alta. 

Guadalupe Tagliaferri (PRO) cuestionó varios artículos de la Ley Bases, y apuntó a los ejes centrales de las Medidas Fiscales. Por eso, no está garantizado que la senadora que responde al exalcalde, Horacio Rodríguez Larreta, acompañe los proyectos del Gobierno, en un escenario en el que cada voto es fundamental para el éxito de La Libertad Avanza. 

También en el radicalismo priman las diferencias. Las grandes incógnitas giran en torno a Martín Lousteau, Pablo Blanco y Maximiliano Abad, ya que los primeros dos votaron en contra del DNU 70/2023, mientras que el último se abstuvo. 

Si bien el apoyo de los radicales parece estar garantizado en la votación en general, las disidencias aparecen en torno a algunos artículos específicos, como el que promueve las grandes inversiones, algunas modificaciones tributarias y la reforma laboral, entre otros. 

El rol de cámara revisora

En ese escenario, es muy factible que ambos proyectos de ley reciban cambios en la sesión del Senado. Entonces, aparecen dos hipótesis: 

  1. Diputados puede optar por insistir con la media sanción original.
  2. Diputados acepta los cambios realizados en revisión del Senado.  

El apoyo que las iniciativas obtuvieron en la Cámara Baja anuncia que el oficialismo tendría grandes dificultades en lograr los números para insistir con la redacción original. Por lo tanto, el Gobierno deberá profundizar las negociaciones hasta alcanzar el aval de los gobernadores y bloques dialoguistas, para que entonces, si los proyectos vuelven a Diputados, puedan ser aprobados por esta cámara sin grandes esfuerzos. 

"No hay nadie que gestione las leyes", resumió un referente radical que podría acompañar en general las iniciativas. "Cuando te cruzan te dicen 'hoy dictaminamos', pero ningún referente del oficialismo se sentó con la oposición para cerrar los acuerdos", sumó.

La debilidad parlamentaria de La Libertad Avanza quedó al expuesto nuevamente, en un tablero en el que el oficialismo apura los debates, a pesar de no haber generado los consensos necesarios para evitar la devolución de los proyectos a Diputados. 

Por muchos años, el Congreso había perdido de la bicameralidad, siendo que la cámara revisora funcionaba como una mera escribanía que ratificaba los textos aprobados por la de origen. Ahora, quedó en evidencia que cada cuerpo tiene distintas lógicas y tiempos, y el Senado parece haber recuperado su rol revisor, ya que los dialoguistas siguen esbozando críticas a los textos del oficialismo. 

Un Pacto de palabra

La aprobación de la Ley Bases y el paquete fiscal había sido establecido como condición para la firma del Pacto de Mayo. Dado que la agenda del Gobierno se ajustó mucho más de lo previsto, el vocero presidencial, Manuel Adorni, prometió que el acuerdo se firmará "con o sin ley". 

El gran desafío del oficialismo era generar las condiciones para que los objetivos propuestos en el Pacto se vuelvan realizables y así evitar que el acto se limite al plano simbólico de la política. 

Debido a los retrasos que sufrieron los proyectos, la convocatoria, que antes ejercía presión sobre las negociaciones, ahora no parece ser más que un mero acuerdo de palabra que muestra la disposición al diálogo tanto del Presidente como de los jefes locales. 

Se tratará, entonces, de generar los arreglos necesarios para garantizar que los proyectos sean sancionados en el momento en el que los legisladores lo consideren oportuno. Tal como sucedió en Diputados, una vez más triunfa la política de negociación, que rechaza las imposiciones del oficialismo y premia los acuerdos con la oposición.