Tensión

"Máximo nivel de alerta" argentino en la frontera con Bolivia: estos son los motivos

Mientras Israel e Irán se enfrentan en Medio Oriente, Patricia Bullrich expresó su inquietud por la actividad de Hezbollah y de efectivos de las fuerzas Al Quds iraníes en la región
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Recientemente, Irán lanzó una ofensiva sin precedentes contra Israel, en represalia por el ataque israelí a su consulado en Damasco, Siria. 

Pero, si bien el conflicto en Medio Oriente se desarrolla a miles de kilómetros de distancia, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, expresó su inquietud por la actividad de Hezbollah y de efectivos de las fuerzas Al Quds iraníes en la región

Su preocupación se centra en la presencia de estos grupos en países vecinos como Chile y Bolivia, así como en la zona de la triple frontera que une Argentina, Brasil y Paraguay.

Pese a que los gobiernos de Chile y Bolivia han rechazado enérgicamente sus declaraciones, es evidente que en los últimos años Irán ha intensificado su presencia en América Latina y ha establecido alianzas con países ideológicamente afines. Sus socios más cercanos han sido Cuba y Venezuela, quienes facilitaron el acercamiento a otros países, como Bolivia.

Las relaciones bilaterales entre Bolivia e Irán comenzaron en 2006, con la llegada de Evo Morales al poder, pero se afianzaron en julio de 2023, cuando ambos países firmaron un memorándum de entendimiento para ampliar la cooperación bilateral en el campo de la seguridad y la defensa. Esto generó intranquilidad entre sus vecinos y, de hecho, el entonces canciller argentino Santiago Cafiero solicitó precisiones sobre los "alcances" del acuerdo. 

El contenido del memorándum nunca se difundió y las partes se limitaron a informar que está dirigido a ayudar a Bolivia en su lucha contra el narcotráfico y a reforzar la vigilancia de sus fronteras mediante la colaboración en equipos y conocimiento. Según dejaron trascender autoridades iraníes, los países de América del Sur "tienen un lugar especial en la política exterior y de defensa de Irán debido a ubicarse en una zona muy sensible".

Fuentes militares y oficialistas habrían afirmado que el convenio suscrito abarca acuerdos sobre el litio, la venta a Bolivia de misiles tierra-aire para reponer los cohetes chinos que fueron desactivados en 2005, armamento y el montaje de un aparato de Inteligencia en el ciberespacio.

Por ello, para comprender por qué el Gobierno de Javier Milei mantiene el "máximo nivel de alerta y seguridad del país" en la frontera con Bolivia, debemos analizar los intereses iraníes.

En primer lugar, tanto Bolivia como Cuba y Venezuela han permitido a Irán tejer nuevas alianzas luego del aislamiento que se le impuso por el descubrimiento de su programa nuclear. En este sentido, Irán busca desafiar a Estados Unidos en su propio "patio trasero". Dicho objetivo fue sin dudas beneficiado por el giro a la izquierda que sufrió la región a principios de siglo y que hizo de América Latina terreno fértil para alianzas contra el "Imperio de Occidente".

El país persa posee también particular interés por el litio presente en la región. Bolivia, que pertenece al "Triángulo del Litio" junto con Chile y Argentina, es el país con mayores reservas de ese metal blando en el mundo. 

Justamente, en 2010, Morales anunció que Irán sería "socio" en la industrialización de las reservas de litio bolivianas. A Irán le interesa la utilización del litio para el desarrollo de armas nucleares, pues, con el adecuado proceso, este material puede generar una explosión termonuclear. 

Por otro lado, la venta de misiles y drones favorece a Irán, que encuentra en su industria militar un buen ingreso económico para contrarrestar los bloqueos occidentales. Ya son 22 los países en los que operan aviones no tripulados persas, entre ellos Venezuela. 

Esta comercialización no está libre de cuestionamientos, ya que se acusa a Irán de transferir municiones guiadas de precisión para estos drones de vigilancia.

 Firma del memorándum de entendimiento entre Bolivia e Irán en 2023

Amenazas del avance iraní en la región

A los ojos del Gobierno argentino, la intensificación de la presencia iraní en la región, con el establecimiento de alianzas y acuerdos bilaterales, prende alarmas para la seguridad regional. Estas preocupaciones cobran aún más relevancia tras la reciente sentencia de la justicia argentina, que determinó que el ataque contra la embajada de Israel en 1992 y el atentado contra la sede de la AMIA en 1994 fueron ejecutados por la organización terrorista Hezbollah, en coordinación con la República Islámica de Irán.

Sin ir más lejos, en junio de 2022 aterrizó en el Aeropuerto de Ezeiza un avión de la aerolínea venezolana Emtrasur, que, a solicitud de Estados Unidos, fue inmovilizado debido a las sospechas de su participación en operaciones encubiertas de agentes venezolanos e iraníes en toda América Latina.

A nivel regional, la alianza Irán-Bolivia también presenta amenazas, no solo por la militarización de nuestro país vecino, sino también por la llegada de grupos terroristas que reciben equipamiento, armas, entrenamiento y protección por parte del Gobierno iraní. 

Un ejemplo de esto es Hezbollah, organización que en los últimos años habría montado una red con cárteles de la droga que operan en América Latina. Un documento clasificado de inteligencia internacional que circuló el año pasado reveló que "el uso de elementos criminales para promover el terrorismo es un nuevo Modus Operandi de Hezbollah".

Aunque el Gobierno chileno haya negado la presencia iraní en su país, el diario Bio Bio reveló esta semana que hace casi un año fueron detenidos en el aeropuerto Nuevo Pudahuel dos iraníes que portaban documentos de identidad inglesa robados y luego falsificados. El caso se mantuvo reservado, pero aún queda por saber qué hacían en el país, a dónde se dirigían y qué relación tenían con Irán o Hezbollah. También en 2015 diez iraníes ingresaron con pasaportes falsos a Uruguay.

Sumado a esto, el medio francés Le Point planteó la posibilidad de que una mezquita situada en Bogotá esté siendo utilizada como "vector de la influencia iraní en América Latina, e incluso como un centro de reclutamiento de Hezbollah en Colombia".

Por otro lado, preocupa el posible apoyo iraní al proyecto geopolítico del expresidente Morales, conocido como Runasur, que se trata de una organización que facilita movimientos sociales para "articular una América plurinacional".

Opositores bolivianos denuncian que el ex mandatario y sus operadores politicos estarian detras del envio de armamento de contrabando a grupos secesionistas en el sur de Perú, el norte de Chile y el oeste de Paraguay.

Finalmente, el acceso de Irán a recursos naturales bolivianos despierta alertas del pasado en diversos países occidentales que consideran a Irán una "amenaza latente" y temen que Bolivia apoye su programa nuclear. No es exagerado pensar en este riesgo. Ya el director general del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, advirtió que "Irán tiene una gran cantidad de uranio enriquecido a un nivel que se utiliza prácticamente sólo en armas nucleares".

¿Existen riesgos para la estabilidad de la región?

El incremento en capacidades militares de Bolivia y la presencia iraní en la región ya son dos hechos innegables. Es probable que sigamos viendo colaboraciones en equipos y conocimientos especializados entre Irán y Bolivia. En este contexto, el estado de "máximo nivel de alerta" de la ministra de Seguridad no parece injustificado, especialmente si se tiene en cuenta los lazos iraníes con Hezbollah y la presunta presencia de células iraníes en Chile, Bolivia y la Triple Frontera.

La articulación iraní de relaciones económicas y militares en América Latina no es inocente. Aunque el país persa, recientemente calificado como "Estado terrorista" por la justicia argentina, trate de justificar sus avances con una narrativa anti imperialista, la realidad es que todas sus acciones obedecen a intereses geopolíticos y estratégicos.

No solo la Argentina debe estar atenta a la actividad iraní, sino que aquellos países latinoamericanos que se alineen con Occidente deben mantenerse en cautela y prevenir la infiltración en sus propios territorios y la posible colaboración del narcotráfico con grupos terroristas patrocinados por el país persa. La combinación de ambos podría ser letal para la región, como también podría serlo el avance de Runasur en Perú, Chile y Paraguay. 

Irán encontró una puerta de entrada al continente y son los propios países latinoamericanos quienes deben controlar su avance.