España

Los hermanos eran unidos

Javier Milei decidió confrontar con el Presidente de Gobierno de España, en un contexto de relativa convulsión en el país iberico.
Enfrentamiento inédito entre los mandatarios. .
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En una inédita embestida comunicacional, Javier Milei acusó al Presidente del Gobierno español de estar atentando contra la unidad nacional.

"Pedro Sánchez ha puesto en peligro la unidad del Reino, pactando con separatistas y llevando a la disolución de España"

La carta de Milei no tiene ningúna proporcionalidad con el ataque que, alega, motivó el comunicado. Replicando el discurso de la derecha española, el presidente argentino se inmiscuye de lleno en asuntos internos españoles, a días de las elecciones catalanas y en el comienzo de las campaña para los comicios europeos.

El comunicado replica con exactitud los conceptos de VOX, partido con el cual el Milei compartirá un evento en el lanzamiento de la campaña europea. El partido de derecha español aprovecha la relevancia del fenómeno libertario americano para sus propios fines electorales. 

En este contexto, el mandatario argentino lanza una carta funcional a un partido minoritario a nivel español y europeo, cosechando mucho más rechazo que apoyo. Sin dudas logró el objetivo de seguir ganando visibilidad en el exterior, pero a costa de seguir limando las posibilidades de alianzas funcionales, tanto en el plano interno como en el internacional.

El próximo domingo tendrán lugar unos de los comicios subnacionales más relevantes de la Unión Europea por su simbolismo e implicancias para la armonía territorial de uno de los estados miembros. Cataluña se enfrenta a la posibilidad de comenzar a saldar las heridas abiertas desde el 2014, donde el proceso independentista comenzó su etapa más confrontativa. Desde el 2010 que el poder ejecutivo catalán es dirigido por formaciones independentistas, y por primera vez luego de casi 15 años hay posibilidades ciertas de la victoria de un espacio nacional por sobre los autonomistas.

El mensaje de Milei recuerda a Sánchez que usó los votos de los representantes nacionales del independentismo catalán para su investidura al frente del Gobierno de España. Esta dependencia a los separatistas está condicionada a la aprobación de una amnistía para los políticos condenados por el intento de secesión de octubre del 2017. 

Este pacto avivó a la oposición, dando más espacio discursivo a VOX, única formación que puede afirmar nunca haber estado dispuesta a negociar con separatistas. La fragmentación del sistema de partidos español y catalán imposibilitan un gobierno unipartidario. Para la Comunidad Autónoma en cuestión, la posibilidad de que los socialistas (oficialismo nacional) queden primeros en cantidad de votos para el Parlament, no los exime de tener que negociar con los separatistas su apoyo para la investidura autonómica. 

En el ámbito nacional, la oposición le reclama al oficialismo haber claudicado a la defensa irrestricta de la integridad territorial y que esto hoy los tenga condicionados a responder a cualquier demanda de las formaciones independentistas, sean estas votar la investidura de un representante separatista (aunque no haya obtenido la primera minoría) o hasta tener que aceptar un referéndum legal.

Sánchez, casualmente en la previa de las elecciones catalanas, anunció que se tomaba unos días para decidir si continuaba en el cargo, puesto que su esposa comenzaba a recibir denuncias de tráfico de influencias por parte de agrupaciones de derecha, asociadas a la oposición. Mientras Sánchez hacía un llamado a la moderación y a mantener las disputas políticas dentro de los ámbitos institucionales, Milei enarbola el discurso más agresivo del extremismo español.

La repercusión del amague de Sánchez en Cataluña ayudó a instalar en la agenda una nueva polarización, más importante que el elemento plebiscitario sobre la gestión local del autonomismo y la cuestión de la independencia. La carta de Milei, con cierto impacto mediático en la península, contribuyó a esta agenda, que en última instancia fortalece la posición del socialismo en las elecciones autonómicas, y puede aumentar la polarización ideológica a nivel nacional, perjudicando a los sectores más moderados de la oposición en beneficio de VOX.