El Gobierno ratifica que las retenciones se eliminarán en 2020

22-03-2019
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Se dice (y la realidad no lo desmiente) que los impuestos que vienen a paliar situaciones de emergencia fiscal y que se dicen temporarios terminan manteniéndose en el tiempo. ¿Pasará lo mismo con las retenciones generalizadas a las exportaciones, que instauró el Gobierno a fines de 2018? El Gobierno asegura que no y así lo manifestó en una nueva Carta de Jefatura, difundida hoy.

La carta dice, además, que en 2018, la presión tributaria del Estado (a nivel nacional) fue de 24,1% del PIB, dos puntos menos que el récord de 2015 y la cifra más baja desde 2008. “Sabemos que la presión tributaria sigue siendo alta y que ese es uno de los principales obstáculos que encuentran las empresas para crecer y generar más trabajo, pero en estos años dimos pasos concretos para reducirla, y los dimos en condiciones adversas, con un déficit fiscal inicial récord y su consecuente impacto en la economía”, admite el trabajo de Jefatura.

Entre esos avances se destaca la caída de cuatro puntos del gasto primario. “Entre 2004 y 2015, el gasto público nacional pasó del 12% al 22% del PIB. Entre 2015 y lo proyectado para 2019 bajará del 22% a 18%. Esta reducción se hizo sin afectar el presupuesto de jubilaciones y asignaciones sociales, que no sólo no cayó sino que aumentó casi 5% en términos reales. Una parte muy importante de la baja del gasto se explica por la reducción de subsidios a la energía y el transporte, que iban desproporcionadamente a la población de mayores ingresos. También redujimos el gasto político: el gasto en personal cayó 17% en términos reales”, agrega el trabajo.

Sobre los impuestos, dice: “Estamos avanzando más lento de lo que hubiéramos deseado. Gracias a la reforma impositiva, las contribuciones patronales ya bajaron para la gran mayoría de las empresas. El impuesto a las ganancias no distribuidas ya bajó de 35% a 30% y baja 5 puntos porcentuales más (en 2020) y la alícuota promedio de Ingresos Brutos ya bajó de 4,2% en 2015 a 3% en 2019 y sigue la baja hasta 2,1% en 2022”, señala el trabajo.

“A pesar de estos avances, en 2019 la presión tributaria puede volver a aumentar por las retenciones anunciadas en el segundo semestre de 2018”, dice. Es algo que en el sector privado dan por hecho. Por ejemplo, el Iaraf la estima en 26,2% del PIB para 2019 a nivel nacional. Por encima, incluso, que la de 2015. En 2019, los gravámenes del comercio exterior serán de 3,4% del PIB.

Sin embargo, en Jefatura aseguran que “ese aumento es transitorio” y que las retenciones “están diseñadas para que su impacto sea cada vez menor y en 2020 se eliminan”. El motivo es que “con equilibrio fiscal y una economía en crecimiento, vamos a poder acelerar el camino iniciado con la reforma tributaria y el pacto fiscal”.

Aún así, hay grandes dudas sobre si eso será posible dado que se espera que las retenciones aporten nada menos que $280.000 millones en 2019. Un botín preciado para un Tesoro extenuado que, aun si cumple el déficit primario 0% (en rigor, -0,3% dado que el FMI habilitó un "waiver social"), tendrá un rojo "all-inclusive" (esto es, con intereses de la deuda) en la zona de 3% del PIB mientras que hay varios imponderables. Primero, si se reabrirán los mercados voluntarios de deuda (porque ya no estarán los dólares del FMI) y, segundo, quién gobernará el país.