Déficit, crecimiento e inflación: cómo ven la economía desde la casa matriz de un banco local

"La visión del grupo es que esperábamos que las mejoras se vieran en forma más rápida, pero creemos que de todas formas se ha hecho bastante", dicen
19-01-2018
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Por Leandro Gabin 

"Lo que le preocupa a nuestra casa matriz sobre la Argentina es si el menor crecimiento de la economía pondrá el peligro la licuación del déficit fiscal. Porque esta baja gradualista del déficit cierra si crece el PIB. Si se estanca la actividad van a estar en serios problemas". Sin medias tintas, un gerente de un banco extranjero que opera activamente en el país, enfocado en el segmento retail, resume la visión que tienen los bancos y las empresas del exterior sobre la economía local en 2018.

Si bien admite que recortaron "un poquito" el pronóstico del PIB de este año (desde 3,5% a 3,2% "por ahora"), afirma que la discusión económica pasará por la tasa de crecimiento. "Creemos que este año podríamos ver una película similar a la del 2017, cuando el nivel de actividad arrancó tarde", agrega. Y señala que en la multinacional piensan que podría haber un impulso adicional más adelante en el año, teniendo en cuenta que podrían empezar a aparecer encuestas favorables (de cara a las elecciones 2019) para el Gobierno en el último trimestre del año que potencie un boom de consumo e inversiones. "Seguimos siendo optimistas. Claramente la visión del grupo es que esperábamos que las mejoras se vieran en forma más rápida, pero creemos que de todas formas se ha hecho bastante", dice confiado.

Para esa entidad líder, en el país la inflación rondará el 19%, pero ese guarismo será "el techo" para 2018. No creen que sea grave el cambio en las metas de inflación, más aún porque sería una mayor pérdida de credibilidad quedar cortos dos años consecutivos. "Quizás fue un error plantear metas de inflación viniendo de tasas de inflación tan elevadas. Si se mira lo que pasó en otros países cuando pusieron esas metas, partían de tasas de inflación más bajas", recuerda. Y dice que el BCRA "igual hace un gran trabajo" porque tiene que "pegarle a target muy difícil" que se mueve todo el tiempo. "Le corren el arco (por los aumentos de tarifas y el impacto no calculado en la economía) y ellos están ahí tratando de pegarle al número de la meta. Hacen lo que pueden", recuerda.

Para este gerente, de todas formas, el problema de Argentina (mirada que comparten desde la casa matriz del banco) no es la inflación sino el déficit fiscal y la forma de financiarlo. "Hoy no hay cisnes negros que pongan en peligro que (Luis) Caputo consiga dólares para financiar el bache fiscal. Pero los riesgos geopolíticos son incalculables. Mañana nos podemos despertar con la noticia de que uno le envió un misil al otro y se acabó el dinero barato. Y en un escenario de incertidumbre, la Argentina está muy vulnerable", recuerda el ejecutivo desde sus oficinas en el microcentro.

Hay crecimiento

¿Cuánto crecerá Argentina en 2018? Los organismos internacionales de crédito, léase el FMI, Banco Mundial y la CEPAL lo ven en torno a 2,5% y 3%. El consenso entre el sector privado indica que el PIB crecerá 3% este año, así surge de la última encuesta de LatinFocus. Itaú, Goldman Sachs y Standard Chartered están en la lista de los más "bullish" con el país gobernado por Cambiemos. Piensan que la economía crecerá hasta 3,6%. Desde los "bearish", se puede nombrar a Barclays Capital (2,3%), EcoGo (ex Estudio Bein & Asociados) con 2,1%, y Ecolatina y OJF & Asociados con una estimación de 2,5%. Incluso los industriales son más optimistas que estas consultoras: la Unión Industrial Argentina (UIA) mantiene su pronósticos de 3% para la economía este 2018.

La otra meta

La meta fiscal para el 2018, después del sobrecumplimiento de la del año pasado, es un déficit primario de 3,2% del PIB, y las metas intermedias en cada trimestre son 0,6% en el primer trimestre, 1,6% en el segundo, 2,2% en el tercero y 3,2% en el cuarto. "Podemos decir que vemos la meta fiscal de 2018 como alcanzable debido al crecimiento de la actividad y el compromiso del gobierno con el sendero descendente del déficit, esencial para la sostenibilidad de las cuentas públicas", dice la consultora ACM.

Para LCG, el gasto primario deberá ajustarse 1,8 puntos porcentuales para cumplir la meta. "Todo un desafío. Y por eso el Gobierno intentará atacar también este año la dinámica del gasto automático", dice. "La reforma previsional fue en ese sentido, modificando el esquema de movilidad; los anuncios de recorte en la planta estatal apuntan a reducir el gasto operativo. Aun así, será necesario mantener el ajuste en subsidios (vía nuevos aumentos de tarifas), obra pública y giros a las provincias", afirma LCG.

La saga sigue

Para el "ala política" del Gobierno, el crecimiento de la economía estará ligado a qué tan rápido el BCRA termina bajando las tasas. El pedido de Nicolás Dujovne y la Jefatura de Gabinete, que terminó en una virtual intervención de Casa Rosada en el BCRA, tiene que ver con la idea de que al nivel de tasas que mantenía Federico Sturzenegger, se ponía en peligro la reactivación de la economía. Al equipo económico lo asustó los últimos datos en donde se mostró estancamiento del nivel de actividad, justo cuando el Central avisaba en cuanto foro hubiere que la restricción monetaria seguiría todo el verano. Eso rebalsó el vaso y propinó el operativo de Jefatura de Gabinete para convencer a Mauricio Macri de que había que ponerle coto a la independencia ultranza del Central. Y así fue.

"Federico es demasiado obstinado, algo había que hacer", explicó una fuente oficial anoche. Para el Gobierno, Sturzenegger deberá animarse a bajar más la tasa de interés para que florezca el crédito. ¿Qué pasará con la liquidez de los bancos? Desde otra entidad líder decían que a mediados de año, algunos bancos (no todos claro) empezarán a tener problemas de liquidez y necesitarán salir a pagar más por sus depósitos. "Es natural que el sistema vaya a tasas pasivas (las que paga el banco) más altas porque el spread se va a achicar. Es, además, lo que quiere el BCRA", resumía la fuente. Esto no quiere decir que las tasas de los préstamos vaya a encarecerse. Pero sí explicaría que, para los bancos, captar dinero a tasas reales negativas y prestar a tasas altamente positivas desaparecerá. "Habrá más competencia, eso es claro", admitían en un banco.

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