Alamo

Sony compra una cadena de cines a contramano de la aparente crisis de las pantallas

Sony también compró Fantastic Fest además del Alamo. Ambos van a seguir manteniendo sus nombres para que la marca no se diluya y van a ser operados bajo una nueva división de Sony Pictures Entertainment (SPE).
Sony adquirió Alamo Drafthous Cinema, una cadena de cines con sede en Austin, Texas.
Sebastián Tabany 30-06-2024
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Sony adquirió Alamo Drafthous Cinema, una cadena de cines con sede en Austin, Texas. En lugar de lanzar una plataforma como los otros estudios, la empresa japonesa jugó conservadoramente hasta ahora cuando se volcó a la exhibición cinematográfica.

Alamo Drafthouse comenzó como un solo cine en Austin, antes de que la ciudad se volviera un hub artístico y cool, impulsado no solamente la propuesta cinematográfica de la sala que ofrecía contenido curado y también un festival, el Fantastic Fest, sino también por las ventajas impositivas que el estado de Texas ofrece a varias compañías que decidieron abandonar California e instalarse allí. 

El Alamo fue expandiéndose hasta convertirse en una marca de cine de calidad, ofreciendo no solamente estrenos sino retrospectivas y ciclos, siempre poniendo énfasis en la experiencia de ver cine en una sala. Lanzó una campaña viral hace unos años sobre la prohibición de usar el celular que tuvo mucho impacto en las redes. 

La cadena de cine que pasó a tener 35 ubicaciones en 25 ciudades de Estados Unidos es conocida también por Fantastic Fest, un festival de cine descontracturado enfocado en género como el terror, la acción, la ciencia ficción no solamente norteamericanos sino también de todo el mundo. Sony también compró Fantastic Fest además del Alamo. Ambos van a seguir manteniendo sus nombres para que la marca no se diluya y van a ser operados bajo una nueva división de Sony Pictures Entertainment (SPE). 

El comunicado de prensa de Sony dice que tiene "un compromiso de larga data de SPE con la exhibición teatral y las iniciativas continuas en entretenimiento experiencial". Hay que destacar que Sony es dueña de la plataforma de animé Crunchyroll y ser dueña de cines posiblemente le podría ser útil para proyectar las películas de ese género a un público fiel y numeroso. Una de las características de los cines de Alamo es que además de las proyecciones normales, al cine le gusta hacer maratones, eventos especiales con trivia de preguntas y respuestas, y eso es perfecto para los fanáticos del anime. 

En Estados Unidos las películas de animé han ido creciendo en popularidad en el cine. Cuando antes se estrenaban en unas cien salas ahora superan las 2000. 

Acá en Argentina, Sony (bajo la empresa UIP) también estrena regularmente los largometrajes japoneses como Haikyu! La Batalla del Basurero el mes pasado. 

 En Estados Unidos las películas de animé han ido creciendo en popularidad en el cine.

La razón por la que Sony hace esto tiene varias aristas. El estudio de Hollywood es el único que no tiene servicio de streaming a diferencia de sus competidores (Disney, Warner Bros., Universal y Paramount) y tener pantallas propias es una oportunidad para su relación DTC (Direct to Consumer/Directo al Consumidor). 

Algo sorprendente es que ahora un gran estudio es dueño de una cadena de cines, prohibido durante 70 años en Estados Unidos. Hubo excepciones como la misma Sony que fue propietaria de la cadena Loews durante un período en la década de 1990, que luego se fusionó con la entonces empresa matriz de AMC Universal, MCA, que también tenía una participación en los cines Cineplex entre finales de los '80 y los '90.

En 1948, año que se toma como el fin de la Era de los Estudios, un fallo de la Corte Suprema, llamado los Decretos Paramount, por el nombre de la compañía, obligaba a los estudios de Hollywood de esa época a desfinanciarse bajo el argumento de monopolizar toda la cadena de producción de una película, desde su génesis, rodaje y distribución hasta la exhibición en los mismos cines que poseían los estudios. Los estudios que vinieron después, como Sony que compró Columbia o el mismo Universal que no poseía pantallas en esos años no estaban alcanzados por el fallo supremo. 

Ese fallo se derogó en 2020 y algunas plataformas empezaron a comprar pantallas como Netflix como el Paris Theater y el Egyptian y Amazon con el Arclight, todas en Los Angeles. Pero esas adquisiciones están para proyectar las películas propias y también de paso justificar el estreno en cine para poder ser consideradas para los Oscar. El caso de Sony es el primero de un estudio comprando una cadena en todo el país, no un par de pantallas en una ciudad.

"Creemos firmemente en involucrar a los fanáticos del entretenimiento fuera del hogar de maneras divertidas y distintivas, como se vio más recientemente con nuestra gira itinerante Wheel of Fortune LIVE y la inauguración de Wonderverse en Chicago", sigue el comunicado. "La experiencia cinematográfica diferenciada de Alamo Drafthouse, su marca y la comunidad dedicada encajan bien con esta visión. Nuestro negocio Crunchyroll también se alinea bien con los intereses de su audiencia. Esperamos aprovechar las innovaciones que han hecho que Alamo Drafthouse sea exitoso y, por supuesto, continuaremos dando la bienvenida al contenido de todos los estudios y distribuidores", finaliza. 

Si bien los niveles de audiencia no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo no han llegado al que tenía el 2019 pre pandemia, Alamo ha tenido un desempeño sólido en la taquilla nacional, con un aumento de las ventas del 30% desde 2022 de US$ 134 millones.

 

La decisión conservadora de Sony no de abalanzarse y lanzar su propia plataforma, a priori un poco raro, quizás en el largo plazo le haya jugado a favor. Las plataformas están en crisis desde hace dos años. Un ejemplo de esto es el aumento sostenido que se está viendo en los abonos mensuales de todas y la segmentación en los precios con avisos o sin avisos. Sony la vio pasar sin que se le mueva un pelo y no está haciendo recortes como los otros estudios. 

De hecho, al día de hoy sigue en carrera para, junto con el fondo de inversión Apollo, comprar Paramount por US$ 26.000 millones. Ese acuerdo está flotando en el aire pero tomó más notoriedad cuando se cayó la fusión de Paramount con Skydance hace unas semanas. 

Quizás haya sido estrategia o una verdadera convicción por parte de Sony en no tener su propia plataforma sino en proveer a quien quiera sus productos, manteniendo la importancia de estrenar en cine. 

Tom Rothman, el presidente y director ejecutivo de Sony Pictures comentó sobre la compra de Alamo: "Siempre ha tenido en alta estima el oficio de hacer cine y la experiencia teatral, que son valores compartidos fundamentales entre nuestras empresas". 

Más allá de si amor por la pantalla es real o no, mientras los estudios hacen contorsiones para achicar gastos, Sony está con una billetera gorda comprando cines y quizás, alguna de sus competidoras. Por ahora, esa estrategia le sirvió. 

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