mie 24 Abr
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El viernes hubo una gran entrada de inversores. Lo hicieron por dos factores. Uno, la aparición de dos encuestas que dieron mejor al Gobierno. Dos, se piensa que esta pelea política total puso a los valores argentinos con cotizaciones deprimidas, que pueden estar en zona de piso.
En línea con lo que pasa a nivel internacional, los tenedores de fondos empiezan a tomar posiciones cautelosas. Por eso la semana pasada las bolsas cayeron en todas partes y los bonos estuvieron firmes, con algunos papeles mostrando incluso rendimientos negativos.
Con la mirada en la tensión comercial entre China y Estados Unidos, los inversores fueron hacia la calidad: aumentaron posiciones dólar y la tasa a 10 años del bono estadounidense bajó. Wall Street y casi todas las bolsas sufrieron bajas de hasta el 2%. La de Buenos Aires cedió menos.
Tanto el dólar como el riesgo país (945 puntos básicos) pegaron un salto ayer y, más allá de que las monedas de los emergentes se movieron casi todas para el mismo lado, el peso lideró las pérdidas y la dinámica de la prima de riesgo local estuvo desacoplada una vez más.
El mensaje de la fuerte huida de deuda argentina de ayer es muy claro: los inversores no confían en el programa económico del FMI y siguen sin tener claro si Argentina podrá o tendrá voluntad de pagar sus deudas con el organismo y, además, con los bonistas.
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