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Un proyecto con ventajas y desventajas

21 diciembre de 2016

El acuerdo alcanzado entre el Gobierno Nacional, las provincias, la CGT y los principales bloques legislativos de la oposición para introducir modificaciones en el impuesto a las Ganancias es “notoriamente mejor” al proyecto opositor, aunque “no son tan nítidas las ventajas del nuevo proyecto respecto al originalmente enviado por el Gobierno”, según un informe del Iaraf dado a conocer ayer.

El proyecto que se encamina a ser sancionado esta semana, destaca, presentaría “importantes ventajas” ya que el que obtuvo media sanción de Diputados la semana pasada “suponía un costo fiscal muy elevado, contenía errores técnicos y generaba profundas distorsiones e inequidades que lo hacían prácticamente inaplicable”.

En cambio, el proyecto consensuado, advierte el informe, fija niveles de deducciones más generales, “eliminando la absurda y compleja 'fórmula progresiva' del proyecto aprobado”; elimina la existencia de deducciones decrecientes a medida que se incrementan los niveles de ingresos, evitando saltos en el cálculo del impuesto, reduce significativamente la batería de nuevas deducciones; le pone un tope a la existencia de remuneraciones no alcanzadas por el impuesto, limitando así las posibilidades de evasión; abandona la idea de reinstaurar impuestos y regímenes de retención recientemente eliminados, “lo que suponía una pésima señal de incertidumbre para futuros inversores”; y abandona (por ahora) la idea de gravar parcialmente la renta financiera, “situación que debería ser estudiada con más profundidad”.

Otros aspectos positivos, agrega el informe, son la actualización anual automática de los parámetros, que no estaba presente en el proyecto original, y la modificación en la forma de inclusión del aguinaldo en la base imponible del impuesto.

No obstante, en el plano del debe, el Iaraf sostiene que en el proyecto que se encamina a ser sancionado por el Congreso, “las modificaciones en los tramos de escala serán mucho más moderadas y, por el contrario, se producirá un aumento mayor en los mínimos y deducciones”.

El proyecto original, más allá de ser quizás “demasiado gradual”, evalúa, “hacía foco en la verdadera causa de la distorsión que presenta el impuesto: el atraso en los tramos de la escala que genera un esquema tributario muy diferente al resto de los países y le quita gran parte de la progresividad que debe caracterizar al impuesto a las ganancias”.

Mientras en el proyecto original el aumento en las deducciones era de solo el 15%, en el nuevo se han anunciado incrementos de alrededor del 25%. Así, se verán beneficiados los trabajadores con salarios brutos de entre $ 30.000 y $ 37.000 en el caso de los casados con dos hijos y de $ 26.000 y $ 28.000 en el caso de los solteros que ahora quedarán fuera del impuesto y en el proyecto original tributaban entre el 2% y 3% de su ingreso neto.

Por el contrario, los trabajadores que quedan alcanzados por el impuesto experimentarán (sobre todo en 2018 y 2019) una reducción de tasa efectiva mucho menor con los nuevos parámetros fruto de un ajuste de los tramos de escala notoriamente menores. “En este esquema los mayores perjudicados serán, una vez más, los trabajadores autónomos que, al tener deducciones mucho menos significativas que los empleados dependientes, se ven severamente afectados por la insuficiente actualización de los tramos de la escala”, señala. En resumen, concluye el informe, “más allá de innegables ventajas respecto al proyecto con media sanción de la Cámara de Diputados, la esencia del nuevo esquema implica una corrección de la distorsión que arrastra el impuesto a las Ganancias mucho menor que la que se hubiera verificado al tercer año de aplicación de los parámetros contemplados en el proyecto original, en un contexto de inflación decreciente”.

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