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Semejanzas y diferencias, a 29 años

El recuerdo de Antonio Cafiero y una apelación con resonancias históricas mirando a 2017.

07 septiembre de 2016

por Juan Radonjic

Un sector del peronismo, todavía difuso, sin contornos ni liderazgos claros, está convocando a una nueva renovación. Por eso ayer se recordó con tanto énfasis el triunfo de Antonio Cafiero en la provincia de Buenos Aires el 6 de septiembre de 1987 que fue el momento de mayor poder de la llamada Renovación Peronista.

Como en aquellos años, el PJ viene de dos derrotas electorales consecutivas. Antes fueron en 1983 y 1985 y en esta época en 2013 y 2015. Pero la historia no se repite y las diferencias son muchas.

La mayor, es que ahora el peronismo perdió luego de ejercer el poder durante 12 años seguidos en el país y 28 en la provincia de Buenos Aires. Había liderazgos claros, y un sector interno, el de la Renovación que había despertado entusiasmo en la sociedad. Nada de eso está presente ahora.

Pero más allá del aporte que significó la Renovación, hubo un contexto que favoreció su éxito electoral en 1987 y que fue el deterioro de la situación económica del país que era incompatible con las aspiraciones del oficialismo.

Por otra parte, la lucha interna dentro del peronismo ahora es entre distintas líneas políticas, mientras que la posterior a 1983 fue consecuencia de la intención del sector político de restarle protagonismo a las organizaciones sindicales en la conducción del partido.

En 1987 el peronismo recuperó su condición de partido mayoritario que mantendría hasta las elecciones de 2015 con la breve interrupción de la Alianza. En aquella oportunidad, ganó 17 gobernaciones (en 1983 había logrado 12) y fue el partido con más votos en las elecciones de diputados. Dos años después volvería a la Casa Rosada.

El escenario ahora es distinto. Los que quieren retomar ahora el espíritu de la Renovación no podrán lograr cosas que aquel movimiento sí obtuvo. Y también habrá otras que no querrá lograr porque la gesta renovadora no supo computar la fuerza que conservaban otros sectores del peronismo y concluyó en la presidencia de Carlos Menem. Y el peronismo, en los próximos años, necesita encontrar un liderazgo surgido del centro del país, allí donde se ganan y se pierden las elecciones.

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