El Economista - 70 años
Versión digital

vie 29 Sep

BUE 18°C

Propuestas para reducir el desempleo joven

La mayoría de los jóvenes quiere trabajar, pero no encuentra oportunidades en una sociedad que desconectó la educación del mercado.

01 septiembre de 2016

por Guido Lorenzo (*)

La publicación de la EPH por parte del Indec ha puesto en claro la manipulación de las estadísticas laborales, una sospecha que se tenía pero que era difícil de corroborar. Un dato que preocupa en la publicación de la EPH es la tasa de desempleo en la franja etaria más joven, es decir, hasta los 29 años. La misma más que duplica la tasa de desempleo del país y alcanza el 18,9%.

Mucho se ha demonizado a la nueva generación como un gran grupo de ni-ni. La publicación de la EPH demuestra lo contrario: los jóvenes en el país, al contar como desocupados, expresan que están buscando activamente trabajo. Quieren trabajar, pero no encuentran oportunidades en una sociedad que parece haber desconectado el sistema educativo y las necesidades del mercado laboral.

Uno de cada cinco jóvenes no encuentra hoy en día una demanda para sus cualificaciones sin incluir en esa cuenta a los jóvenes desalentados por el intento frustrado en la búsqueda de un empleo.

Estos jóvenes representan aproximadamente 500.000 desocupados y explican un tercio del desempleo a nivel nacional. La incapacidad de los jóvenes de insertarse en el mundo laboral es preocupante para toda la sociedad, dado que estos jóvenes que no trabajan hoy en día son vulnerables a caer en situaciones de pobreza y eso afecta las cualidades que deben desarrollar para ingresar al sistema.

Es necesario tomar nota de ese dato que sus aportes al sistema jubilatorio serán los que garanticen la sustentabilidad del sistema previsional en un futuro cercano.

La deserción escolar es uno de los primeros obstáculos a superar para corregir esta problemática. Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la tasa de deserción escolar se incrementa del 12% en los 16 años al 20% en los 17 años. Lo cual impide que los jóvenes tengan las cualificaciones mínimas para atender la demanda laboral que es escasa, e incluso favorece la precariedad laboral y bajas remuneraciones. Esto incentiva la deserción laboral generando un círculo del cual es difícil escapar.

Según el mismo estudio de la OIT, 34% de los jóvenes entre 15 y 29 años dedican en promedio 56 horas semanales al cuidado de niños en el hogar, quitando margen para asignar tiempo a un trabajo full time, más aún si al mismo tiempo están vinculados a actividades de capacitación en simultáneo.

Brindar acceso a servicios sociales básicos para la construcción de cimientos de protección social, particularmente para remover obstáculos que dificultan la participación de jóvenes en acciones de formación y en el mercado de trabajo, debería estar dentro de las prioridades de la agenda pública.

Las políticas dirigidas a la formación de la trayectoria laboral no sólo beneficia a los jóvenes de hoy sino a los del mañana que, observando la situación actual, se ven tan desalentados como los que hoy mismo tienen problemas para construir su vida laboral.

Es momento de dejar de echar culpas a las características socioculturales de las generaciones más tempranas y abrir la agenda social vinculando a distintos actores tales como el sistema educativo, las empresas, los gobiernos provinciales y municipales y, sin dudas, el Gobierno Nacional.

(*) Economista.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés