La relación del papa Francisco con las organizaciones sociales ha sido pródiga en gestos concretos y simbólicos. Desde su asunción misma como pontífice. Los ha considerado interlocutores válidos y se ha mostrado cercano. La experiencia de las Schollas Ocurrentes tiene en ellos a actores necesarios. Y varios de sus dirigentes se convirtieron en actores de ese diálogo. Que el argentino Juan Grabois, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), haya sido designado, en junio pasado, como consultor del Pontificio Consejo Justicia y Paz habla de ello. Lo mismo que la realización del III Encuentro Mundial de Movimientos Populares, que tiene a Grabois como uno de sus organizadores y al Vaticano por primera vez como sede.
Más de doscientos dirigentes de casi cien organizaciones de los cinco continente forma parte de la lista de invitados. Heterogénea, por cierto. Pero con relación de afinidad previa con Francisco como punto de encuentro. Allí debatirán las formas de avanzar en el reclamo por las denominadas “3-T” (Tierra, techo y Trabajo), un emblema del papado de Francisco, y cuestiones ligadas al medio ambiente y los refugiados, otras preocupaciones sostenidas del pontífice.
Los documentos de trabajo centrales serán los escritos papales Evangelii Gaudium (“La alegría del Evangelio”, 2014) y Laudato Si' (“Alabado seas”, 2015), y habrá también una delegación de observadores, con representantes legislativos argentinos sub35, entre ellos los diputados Nicolás Massot, jefe del Bloque de Cambiemos; Leonardo Grosso, del Movimiento Evita; y el dirigente porteño de izquierda Itai Hagman. El primer encuentro, el de hoy, lleva por nombre “Pueblo y democracia” y será coordinado por el obispo argentino Marcelo Sánchez Sorondo.
Objetivos
La intención del evento, según Grabois, es preguntarse entre los miembros de organizaciones de los cinco continentes “cuál es la responsabilidad de los países centrales en estas situaciones de informalidad en un tercio de la población mundial que se han generado”. Durante la audiencia final con Francisco, el próximo sábado, los participantes dialogarán con el Pontífice sobre “la necesidad de un proceso de cambio que tenga a los movimientos populares como protagonistas en la lucha por la justicia social”, para lo que le entregarán un documento con sus propuestas “con las medidas más urgentes que hay que tomar” en esa dirección. Junto a Grabois y Stedile, mañana estarán en el panel de apertura el cardenal Peter Turkson, del Consejo Pontificio de Justicia y Paz; Jockin Arputham, del National Slum Dwellers Federation de India; y Xaro Castelló, del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos (MMTC) de España. Los participantes argentinos del evento serán, por Trabajo, Mónica Crespo, de Carrera Rosario; por Techo, Daniela Mérida, dirigente de la villa Fátima-Soldati; por Tierra, Miguel Humbert, del Movimiento Campesino Indígena; el emprendedor popular Gildo Onorato, y los dirigentes de la Corriente Clasista y Combativa Gumersindo Segundo, y de Barrios de Pie Daniel Menéndez.
