Entrevista a Eduardo Bucca, Intendente de Bolívar.
“Si este grupo de intendentes que nos juntamos el otro día, en Lobos, que representamos a ocho millones de bonaerenses, tenemos la capacidad de transmitir nuestras ideas, con una mirada constructiva, superadora y muy amplia, vamos a volver a ser un proyecto competitivo el año próximo”, dice Eduardo Bucca en una entrevista con El Economista. Conocido como Bali, el intendente de Bolivar (provincia de Buenos Aires) admite su cercanía al exministro del Interior, Florencio Randazzo, toma distancia de Sergio Massa (“Por el momento recorre un camino distinto”) y plantea el desafío de la renovación en el peronismo. “Es necesario el surgimiento de nuevos liderazgos para que el peronismo tenga la renovación necesaria, con el respeto que se merece la expresidenta”, señala cuando se le pregunta sobre Cristina Kirchner. Y también se muestra crítico con el Gobierno Nacional. “Hay medidas concretas que han impactado negativamente. Tampoco era la panacea hace uno o dos años, que quede claro. Pero nada se ha hecho ahora para mejorar la situación que teníamos. Todo lo contrario, estamos peor”, añade.
¿Cuál es la mayor preocupación para un intendente de la provincia de Buenos Aires?
Cuándo uno es parte de una mesa de intendentes de distintos lugares, escucha diferentes realidades. Por ejemplo en el Conurbano, sin lugar a dudas, el principal problema es la inseguridad. El incremento de los secuestros, entraderas y homicidios es grave. En segunda instancia, y eso se comparte también con los que estamos en el interior, la recesión económica que se vive. Me preocupa entrevistarme con Pymes, industriales, que lejos de hablar de inversión y crecimiento me plantean un estado de recesión importante, con perdidas de empleo, y esto es una preocupación. El desempleo y la seguridad serían los dos temas que más preocupan a los intendentes bonaerenses.
¿Qué provocaron esas situaciones? ¿Medidas del actual gobierno o situaciones que venían de años anteriores?
Claramente hay medidas que han impactado sobre la economía: la devaluación, la apertura de la importación sobre ciertos productos, que generó una competencia desleal con la industria nacional, la disminución del consumo por el incremento de la inflación, que generó una caída importante en el comercio. Creo que hay medidas concretas que han impactado negativamente. Tampoco era la panacea hace uno o dos años, que quede claro. Pero nada se ha hecho ahora para mejorar la situación que teníamos. Todo lo contrario. Estamos peor.
En los gobiernos nacional y provincial argumentan que las medidas tomadas eran necesarias por la herencia que se recibió. ¿Hasta qué punto comparte ese análisis?
Hemos sido absolutamente responsables y reconocimos desde un primer momento la derrota en la provincia y el país, al poner en disposición de la gobernadora (María Eugenia Vidal) y el presidente (Mauricio Macri) nuestra colaboración para que le vaya bien al país y a la provincia, y lo hemos demostrado en el tratamiento del Presupuesto y en cada una de las problemáticas que se han presentado en nuestros distritos. Deberíamos empezar a ver ese cambio. Estuve con Vidal el jueves pasado, se la nota convencida y firme en la posición de que se aproxima un año de crecimiento. Claramente tiene una información con la que no cuento. Aspiramos a que eso suceda porque si no, vamos a ver un 2017 complicado.
Gobernó cuatro años con Daniel Scioli como mandatario provincial, y diez meses con Vidal. ¿Qué diferencias rescata, tanto a favor como en contra, de la actual gobernadora?
Es prematuro. Sí debo destacar que la gobernadora se ha demostrado muy predispuesta a conversar y a dialogar. En cada uno de los proyectos que tengo en Bolívar ha colaborado para que sigan en marcha, y eso es muy importante. Creo, también, que Vidal ha abordado temáticas que tienen que ver con el juego clandestino, que uno comparte, y se habían dejado introducir fuertemente en distintos lugares de la provincia. Hemos podido hacer un trabajo en conjunto en ese sentido con resultados óptimos. Pero todavía hay cuestiones sin resolver, por ejemplo la inseguridad, en la que notamos un incremento. Pero no podría hacer una comparación entre Scioli y Vidal, porque son ocho años contra diez meses.
¿No destaca el anuncio de la semana pasada con respecto al Servicio Penitenciario Bonaerense?
Si, pero todavía falta. Uno valora los anuncios, el posicionamiento de la gobernadora respecto al combate al narcotráfico. Pero de la palabra al hecho es necesario un tiempo. Me gustaría poder hacer el análisis a dos años de gestión, para ver los efectos de las medidas y los anuncios.
¿Y entre Vidal y Macri, nota diferencias?
Se la nota más cercana (a Vidal), más parecida a nosotros. Hablábamos con Vidal lo importante que es cumplir un proyecto generacional, encontrarnos los próximos quince años haciendo política, y esto es interesante. No veo en el Presidente la posibilidad de coincidir en ese sentido, nos pone en lugar distinto.
¿Cuál es la mayor preocupación, en este caso, de un dirigente peronista?
Lo social, los sectores que menos tienen, los jubilados, que les cuesta muchísimo llegar a fin de mes. La clase media. Esos son los sectores que se sienten más desfavorecidos por las medidas que se han tomado. Como dirigente peronista, esto es lo que más nos duele.
A pocos días de haberse cumplido un año de la derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires, ¿cuál es la principal autocrítica?
Creo que ya pasó el tiempo de autocrítica. Se aceptó rápidamente la derrota, y creo que hay que escuchar. Escuchar al pueblo, lo que eligió. Y nos ponen en una posición que nos desafía a ser más creativos que nunca, no tenerle miedo al debate, mirar hacia adentro y tratar de interpelar a la sociedad para crear una plataforma para el próximo año. Si este grupo de intendentes que nos juntamos el otro día en Lobos, que representamos a 8 millones de bonaerenses, tenemos la capacidad de transmitir nuestras ideas, con una mirada constructiva, superadora y muy amplia, vamos a volver a ser un proyecto competitivo el próximo.
En ese sentido, se queda con los más de cuarenta intendentes que participaron del encuentro, antes de hablar de Grupo Esmeralda, Fenix, Patria, Establo.
Claro. Creo que es normal y está bien que se generen distintas agrupaciones, siempre en cuando tengan el mismo denominador, que es la unidad que nos piden los bonaerenses.
A modo ping pong, con la noticia de una nueva visita de Cristina Fernández de Kirchner a los tribunales de Comodoro Py. ¿Qué le sugiere la figura de la expresidenta como posible candidata en el 2017?
Independientemente de esta situación, creo que el peronismo debe vivir un proceso de restructuración y renovación, y con el máximo respeto hacia cualquier figura que además tiene el derecho a seguir militando. Estoy dentro de los dirigentes del peronismo que creemos que debemos renovarnos para ser una nueva alternativa de cara al futuro. De no lograr una unidad, existen las primarias para lograr una lista única. Es necesario el surgimiento de nuevos liderazgos para que el peronismo tenga la renovación necesaria, con el respeto que se merece la expresidenta.
¿Estamos cerca de ver nuevamente, en el ruedo político y mediático, al exministro Florencio Randazzo?
Creo que sí. Está mucho más cerca. He conversado mucho desde principios de año, y la semana pasada estuvimos con un grupo de intendentes, lo veo muy activo y con muchas ganas, pero con gran responsabilidad de darle a los intendentes el rol que requiere. Y sin hablar de candidaturas, porque reiteraríamos errores. Sin duda que Florencio activo va a ser un dirigente con gran protagonismo en 2017.
¿Sergio Massa recorre un camino diferente, o es bienvenido en el debate de la renovación peronista?
Por el momento recorre un camino distinto. Encabeza un partido que no es parte del peronismo, caminamos por diferentes sendas.
¿No está la puerta abierta para un futuro?
Eso pasa a ser decisión de Massa. Si hablamos de ser amplios y no ser sectarios, queda claro que el peronismo tiene el gran desafío de construir mayorías.
