En un tono amable pero que a la vez trasunta cierta incomodidad por la lentitud que tienen muchos proyectos de inversión, luego de insistir durante meses con lo mismo, el ministro de Producción Francisco, Cabrera, urgió ayer a una parte de los principales empresarios del país, a “ser audaces, generar proyectos e invertir” en el país, con el fin de crear “en el corto plazo empleos de calidad”. El escenario fue la Casa de Gobierno, donde se convocó a los hombres y mujeres de negocios a un foro sobre el rol del empresariado en el desarrollo nacional.
“El momento de los empresarios es ahora, necesitamos arrancar este proceso pero que sea serio, y podamos cumplir con el objetivo de derrotar la pobreza, cuya cifra es escandalosa”, destacó Cabrera. En rigor, desde principios de año el Gobierno Nacional viene pidiendo acompañamiento al sector privado, pero pese a algunos anuncios puntuales, aún no logra torcer una tendencia cautelosa a la hora de poner en marcha proyectos de inversión.
El titular de la cartera productiva recordó que la Agencia Argentina de Inversiones hasta ahora “ha contabilizado US$ 48.000 millones, sin contar las obras públicas, de inversiones latentes”, a las que definió como “inversiones que se habían pensado, evaluado y aprobado por las casas matrices o por los dueños en el caso de las empresas nacionales más grandes”.
Iniciativa privada
En el auditorio estaban sentadas las cabezas de las principales empresas, públicas y privadas, así como dirigentes de cámaras empresariales, a quienes Cabrera les recordó que el Gobierno quiere “que los empresarios se multipliquen en el país y que haya más”. En ese sentido, estimó que “lo principal” que puede hacer el sector “es la generación de empleo, que es lo pertinente al empresario, y que sea de calidad”.
Al respecto, puso nuevamente sobre la mesa las cifras oficiales, que dibujan una Argentina en la que hay “un problema estructural de demanda de empleo”, caracterizado por una población económicamente activa de “19,5 millones de personas”, con “sólo seis millones de personas que tienen un empleo privado formal”, mientras “cinco millones son absolutamente informales y 3,5 millones, son cuentapropistas”, indicó el ministro.
