Mañana será un día decisivo en las primarias republicanas. Se votará en Indiana y el que gane se adjudicará los 57 delegados que le corresponden al Estado en la convención partidaria.
Es, tal vez, la última oportunidad que le queda a la dirigencia republicana para lograr su objetivo: evitar que Donald Trump obtenga los 1.237 delegados que necesita para obtener la candidatura. Si gana Indiana, superaría los 1.000 y le sacaría a Ted Cruz una ventaja de 500. Además, extendería la tendencia electoral favorable que lo acompaña y eso seguramente le significaría varios triunfos en las primarias que faltan.
Si el que gana Indiana es Ted Cruz, existe la posibilidad de que Trump no reúna los 1.237 delgados aunque quede muy cerca de esa cifra. En ese caso habrá una convención abierta pero que planteará una situación de difícil resolución. ¿Se le puede negar la candidatura a Trump, que reunirá muchos más delegados y habiendo obtenido varios millones de votos más que sus competidores sólo porque le falten unos pocos delegados para llegar a los 1.237? En ese caso el establishment partidario pagaría un costo muy alto por desoír el pronunciamiento de las bases republicanas.
Por otro lado, si existiese un resquicio legal para evitar la candidatura de Trump, ¿cómo no aprovecharlo sabiendo el daño que su candidatura le puede hacer a la imagen, del partido además de poner en riesgo muchas bancas en el Congreso porque está demostrado que si el candidato presidencial pierde por más de cinco puntos un estado, todas las candidaturas del partido pueden ser arrastradas? Y todo indica que Trump perderá por amplio margen las elecciones de noviembre porque su respaldo está muy concentrado en los hombres blancos pero tiene muy poco apoyo en las minorías y, sin ellas, es casi imposible ganar una elección nacional en Estados Unidos dada su composición demográfica. Se trata de una disyuntiva difícil de resolver pero que sólo será dará en el caso de que Cruz gane en Indiana. Pero si el que se impone es Trump, tendrá el camino despejado para la nominación y a la dirigencia republicana sólo le quedará por delante encontrar un mecanismo para controlar los daños.
Del otro lado
Mientras que por el lado demócrata, las encuestas muestran una ligera ventaja de Hillary Clinton sobre Bernie Sanders. En Indiana los demócratas eligen 83 delegados y por lo tanto Hillary quedará muy cerca de obtener el número necesario para abrochar la nominación. De todas maneras, se trata de una carrera virtualmente terminada, a punto tal que Sanders ya desarmó sus equipos de campañas en varios estados. Algo que, por cierto, no hace quien cree que puede obtener la candidatura. En los próximos días, por lo tanto, se verá a Hillary más concentrada en confrontar con los republicanos que preocupada por las primarias de su partido. Pero sabe que tiene un largo camino por delante para lograr el entusiasmo ?que hasta ahora no han demostrado? de las bases demócratas con su candidatura.