Hoy comienza la reunión de dos días de la Reserva Federal de Estados Unidos de la cual no cabe esperar sorpresas dado que no subirá las tasas de interés pero también habrá definiciones en el Banco de Japón sobre las cuales hay menos certezas pero que también tendrán impacto. Pocas veces se ha escrito y hablado tanto de una reunión de la Fed como en esta oportunidad. Luego de cada indicador que se conocía, subían o bajaban las chances de un endurecimiento monetario. Además, el debate no quedó circunscripto a los analistas sino que intervinieron en él, muchos funcionarios de la Fed.
Si bien no se espera que Fed suba la tasa antes de diciembre, hay un debate más profundo sobre la importancia de la política monetaria porque muchos analistas consideran que es bastante menor que en el pasado. Entre 1982 y 2007 la economía estadounidense creció en forma sostenida y sólo tuvo que soportar dos recesiones muy suaves durante ese período. Eran los tiempos en los que se confiaba plenamente en la capacidad de la Reserva Federal para modificar las tasas de interés y moderar la inflación o acelerar la actividad según fuese necesario. Esa capacidad está puesta en duda y las condiciones son otras al punto tal que con las tasas prácticamente en cero, la economía crece sólo el 2%.
También es motivo de debate la situación del mercado de trabajo. Aquellos que creen que la tasas de desempleo en el 4,9% puede desembocar en presiones inflacionarias, consideran que hay que subir ya la tasa de interés. Sostienen que una demora puede llevar a bruscas suba en el futuro que terminen lesionando el nivel de actividad. Pero predominan en la Fed los que consideran que todavía hay margen para evitar una suba de tasas que no ayudaría al nivel de actividad y que haría trepar demasiado a dólar con relación a las otras monedas.
Quienes sostienen ese punto de vista recurren a un dato contundente: desde 2012, la tasa de inflación tuvo muy pocas variaciones a pesar que desde entonces la tasa de desempleo bajó de 8,2% a 4,9%.
La reunión de la Fed pasará, las tasas seguirán en su nivel actual pero el debate económico ganará en intensidad en los próximos meses.