Esta semana, el presidente de Brasil, Lula da Silva, iba a viajar a China para reunirse con su homólogo Xi Jinping. Sin embargo, debió cancelarlo por contraer neumonía.
Pero, pese a la suspensión de la cumbre bilateral, este miércoles Brasil hizo un importante anuncio: llegó a un acuerdo con el gigante asiático para realizar transacciones en sus propias monedas nacionales.
Intentando restarle trascendencia al dólar norteamericano, el sistema permite que las operaciones de comercio exterior o financiamiento entre estos dos países se efectúen convirtiendo reales brasileños a yuanes, y a la inversa.
"La expectativa es la reducción de costos, (...) promover aún más el comercio bilateral y facilitar inversiones" en Brasil, señaló en un comunicado la Agencia de Promoción de Exportaciones e Inversiones (ApexBrasil).
Desde hace varios años, China superó a Estados Unidos como el principal socio comercial de Brasil: el comercio bilateral registró un récord de US$ 150.500 millones en 2022, con exportaciones brasileñas por US$ 89.700 millones.
Además, el miércoles también fueron designados los dos bancos que harán posibles esas operaciones: el Bank of Communications BBM y el Banco Industrial y Comercial de China. Por medio de estas entidades, los exportadores de uno y otro lado recibirán en su moneda los pagos efectuados en la divisa del país de origen.
China, que disputa la hegemonía económica con Estados Unidos, tiene acuerdos similares con Rusia y con Argentina en América Latina, entre otros. Por su parte, Brasil es también el principal destino de inversiones chinas en América Latina (48%), con US$ 70.300 millones entre 2007 y 2020.