por Luis Varela
En medio de una gran incertidumbre, los inversores de todas partes profundizaron ayer el movimiento de retirada. Al más puro estilo de los pescadores, habían lanzado los anzuelos a distancias siderales, ahora están todos juntos recogiendo el sedal, en una retirada que está provocando fuertes caídas de precios y, lo más grave de todo, es que al final de cada rueda van quedando muchas órdenes sin vender, lo cual plantea tendencia a la baja para las ruedas siguientes.
Hasta mediados de octubre los mercados centrales habían ganado en el año más del 5% y las Bolsas latinoamericanas acumulaban subas superiores al 20%, con las de Buenos Aires y San Pablo estallando, con subas imposibles de más del 40% medidas en dólares. Pero desde hace diez ruedas los aumentos se detuvieron y en las últimas cinco sesiones hubo bajas consecutivas, con algunas regiones todavía más complicadas: en Europa por ejemplo las Bolsas ya acumulan siete ruedas consecutivas con bajas de precios.
Mientras no aparecían noticias demasiado destacadas las compras se habían sucedido sin cesar y, se sabía, en algún momento se iban a encontrar motivos que dispararan el fin de fiesta. ¿Cuáles fueron los motivos que generaron esta corriente de salida? El más concreto tuvo que ver con la imposibilidad de la OPEP para acordar el cierre de grifos, lo cual hizo caer de manera importante el precio del petróleo. Y el más inquietante fue que ayer varios medios importantes de EE.UU. difundieron, por primera vez en cuatro meses, que Donald Trump le gana por un punto a Hillary Clinton en su carrera hacia la Casa Blanca.
El petróleo, que había rozado los US$ 52 hace unos días, bajó hasta US$ 46,70 en el cierre de octubre y ayer, en el debut de noviembre, se sostuvo apenas en US$ 46,80. La baja del crudo fue acompañada con descensos en los granos: la soja cayó de US$ 369 a US$ 361 y también hubo bajas para el trigo y el maíz en Chicago. Los metales, que se están tomando como refugio, estuvieron hacia arriba en todos los frentes, con avance para el oro, pero sobre todo para la onza de plata.
Con esos precios en las commodities, más la posibilidad de que gane Trump, todas las Bolsas se pusieron para abajo. Hubo descenso del 0,5% al 0,8% en los índices de la Bolsa de Nueva York, séptima caída consecutiva en las Bolsas de Europa. Y baja del 2,46% en la Bolsa de San Pablo y del 1,47% en la de México.
La Bolsa de Buenos Aires fue la peor de todas. Con $ 457 millones operados, el índice Merval de papeles líderes cayó 2,85%. Se salvaron Patagonia y Edenor, con subas del 1% al 2%, pero luego hubo un derrumbe del 4% al 8% para Esmeralda, Mirgor, Ferrum, Juan Semino, Longvie, Irsa, Fiplasto, Garovaglio, Holcim Argentina, Central Costanera, Carboclor, Andes Energía, Celulosa, Ledesma, Petrobras Brasil, Juramento, Cuyana, Petrolera Pampa, Transener, Polledo, Quickfood, Morixe, Boldt, Francés Y TGS. En Nueva York los ADR argentinos estuvieron casi todas en rojo: con caída del 1% al 3,3% para Irsa Inv., Cresud, Ternium, YPF, Francés, Globant, TGS y Galicia.
El mercado cambiario continuó con el dólar completamente tranquilo: el oficial cerró a 15,35 pesos y el blue se desplomó 13 centavos hasta 15,43. En el exterior el dólar estuvo a la baja en todas partes porque hay muchos operadores que piensan que la Fed no podrá subir las tasas en diciembre. Pero, atención, el riesgo Trump hizo caer fuerte los bonos en México. Un movimiento que también se observó en Brasil, aunque más atenuado.
Los bonos argentinos también declinaron. Con subas del 1% al 5,5% para los bonos NO20, PARP y BPLE. Y baja del 1 al 2,9% para los bonos PUO19, AA46, TVPP, TVPY, PAA0, BPLDD, DICY, TVPA, BPLD, BD2C9, BP28, DICA y PARAD. Debe hacerse notar que los bonos argentinos más largos a treinta años cayeron nada menos que 2%, en una baja que debe considerarse como un verdadero cimbronazo.
El Banco Central mantuvo las tasas de las Lebac: en 26,75% anual la tasa corta de las Lebac pero bajó la larga a 23,75%. Y el stock total ya preocupa, con observadores afirmando que ya tienen un costo del orden del 2% del PIB.
¿Cómo sigue? Hubo dos noticias positivas: la venta de autos cero kilómetro mejoró 3,9% gracias a descuentos y bonificaciones. Y entró un balance muy positivo de Siderar. Pero la recaudación impositiva sigue bajando en términos reales. El economista José Luis Espert dijo que hasta ahora no hay nada que indique que la recesión afloja. Y, al mas puro estilo de la patria financiera, el economista Fausto Spotorno sentenció: “Hay recesión pero el mercado de capitales está volando”.