por Leandro Gabin
El último precio operado del dólar mayorista ayer, en medio de la incertidumbre por las elecciones en Estados Unidos, fue de $ 14,93 y volvió a quebrar la barrera psicológica de los $ 15. Esto hizo que volviera a precios de agosto y profundice el tan mentado atraso cambiario. “La oferta de dólares es muy intensa y sin intervención del BCRA, el destino del billete es uno sólo: a la baja”, decían ayer desde la mesa de un banco privado.
El precio del dólar que operan grandes empresas se acerca peligrosamente a valores posteriores a la salida del cepo. De hecho, el primer día sin las restricciones del kirchnerismo, el billete había terminado en $13,40. O sea que el valor actual está a alrededor de 10% arriba de esos valores de diciembre del año pasado. “La flotación que pregona el BCRA le está costando un atraso cambiario monumental que van a tener que subsanar en algún momento. No ahora porque no van a generar olas a fin de año”, agregaban desde esa mesa bancaria.
Lo cierto es que existe preocupación en el Ejecutivo por la caída del dólar y el fortalecimiento del peso. En el BCRA decían hace meses que iba a ser una tarea difícil sostener el peso mientras que en Hacienda repetían el mismo discurso pero con el efecto blanqueo. Esto parecería que está pegando en las expectativas y en el mayor ingreso de dólares al mercado. “Algo de nuevo dinero se está viendo en la plaza y sin la mano del BCRA para contener la oferta va a ser complicado que el billete vaya para otro sentido”, ratificaban desde una financiera.
El BCRA suele ser renuente en intervenir en el mercado comprando dólares para darle fuerza a la demanda. La visión es que se cuidan no sólo para que el billete “flote” libremente y que el precio “lo ponga el mercado”, sino que para comprar dólares debería emitir pesos que luego tendría que esterilizar vía Lebac. El stock de Lebac está por las nubes (algo así como $ 690.000 millones) y ya equivale a la base monetaria. Dicho de otra manera, la deuda del BCRA es lo mismo que la cantidad de dinero en circulación y en los bancos. Por eso, ampliar aún más el stock de Lebac no sería una opción viable. Si compraran dólares y no los retiraran vía Lebac, esos pesos de más (si hay exceso de oferta) se irían a precios. De ahí que la decisión de la entidad no es tan fácil, más aún con una expectativa de inflación que aún no está en línea con los deseos de Federico Sturzenegger.
Desde Hacienda consideran que el fortalecimiento del peso es producto de los mejores números que están viniendo del blanqueo de capitales y una entrada importante de dólares financieros al país. Claro que no están del todo contentos con que el BCRA se corra de la jugada y deje que el peso suba demasiado, algo que redoblará las críticas del sector industrial que pide a gritos un dólar alto. “Cada cual hace lobby para el lado que le toca. A nosotros nos toca manejar las riendas del país y creemos que la competitividad no es sólo del tipo de cambio, algo que los empresarios a veces no quieren aceptar”, dice una fuente de Hacienda. “Era esperable una baja del dólar en estas circunstancias pero hay que ver la tendencia es a que el tipo de cambio nominal suba”, agregó.
La película parecería que terminará con un dólar planchado de ahora hasta fin de año. Más allá de que repunte en el corto plazo y no siga cayendo de $ 14,90, no tendría demasiado recorrido al alza en el corto plazo. “Juegan con las expectativas y quieren mostrar que ya están poniendo el dólar desde un punto de partida acorde a una inflación de 17% o 16% que estiman en 2017”, dicen desde un banco. “Va a ser difícil revertir el atraso cambiario”, afirmó.