El sector de los biocombustible espera un rebote fuerte de su producción y de sus exportaciones. En el primer trimestre las ventas externas se duplicaron, según un informe especial de la consultora KPMG. En tanto, las diferentes empresas locales produjeron 21% más para alcanzar los 400.000 millones de litros en tres meses, niveles similares a los de 2013.
El estudio de KPMG señala, además, que la producción de bioetanol creció 16%, con la elaboración de 200 millones de litros. Con esta misma tendencia y gracias al mejor contexto externo, las exportaciones de biodiésel se dispararon 94% en los primeros tres meses hasta sumar 1.850.000 litros, equivalente a US$ 140 millones.
En 2016 se cumplen diez años de la Ley 20.093 que impulsó el negocio de los biocombustibles y pretendió ubicar a Argentina como uno de los principales jugadores mundiales. El aumento en los cortes obligatorios para las mezclas con naftas y gas-oil y las reducciones en las alícuotas de exportación para el biodiésel fueron uno de los principales alicientes. Sin embargo, políticas de restricción interna y externa frenaron el desarrollo del sector.
El informe recuerda que la producción local de biocombustibles experimentó un sustancial empuje luego del 2007, con tasas de crecimiento promedio de 300% en los primeros años, para luego estancarse en 2012. Además de la promoción de la ley, KPMG aclara que el sector siguió de cerca la tendencia de los precios internacionales de las commodities agrícolas y energéticos, junto a las amplias posibilidades de exportar el excedente de lo producido localmente.
“La producción local requiere de mayores inversiones en pos de continuar incrementando su capacidad.”, señala la consultora en su informe. “Ante el nuevo escenario local marcado por un importante giro político y económico la tendencia negativa se va revirtiendo”, agrega.
Al analizar el potencial del mercado local señala que “el sector deberá seguir compitiendo por una demanda de insumos que, hoy por hoy, tiene un significativo costo de oportunidad (principalmente porque los granos, como la soja, y sus derivados, son demandados globalmente como alimentos) que podría generar presiones al alza de los precios, aumentando así los costos de producción y disminuyendo el atractivo.”
Sin embargo, KPMG cree que lentamente parecen ir dándose las condiciones necesarias para el desarrollo de una industria sustentable, colocando a la Argentina como referente mundial en la materia.
En el nuevo contexto favorable figura la decisión del Gobierno de España de no prorrogar las restricciones que paralizaban las importaciones de biocombustibles argentinos y el reciente fallo de la Organización Mundial de Comercio (OMC) que favoreció a la Argentina en su disputa con la UE por dumping.
Por otra parte, se espera una evolución favorable de la demanda mundial. “Proyectando el crecimiento de esta industria a nivel global, estudios especializados esperan que hacia 2023 la producción de biocombustibles alcance niveles 60% mayores a los actuales pasando de un total de 123.000 millones de litros de bioetanol y biodiésel a 198.000 millones de litros”, concluye KPMG.