Entrevista a Andrea Heins Subsecretaria de Ahorro y Eficiencia Energética Por Facundo Matos Peychaux
A poco de que comience la campaña de ahorro energético de invierno, la subsecretaria de Ahorro y Eficiencia Energética, Andrea Heins, analiza en diálogo con El Economista los avances en la materia desde el primer paso, dado el año pasado.
¿Qué avances hubo en el lanzamiento de la campaña desde el último anuncio?
Está todo de acuerdo al cronograma, la idea es que empiece a salir en los primeros días de junio. El foco va a ser lo que llamamos el “eje de grandilocuencia”, que es mostrar la complejidad de que el servicio llegue a la casa, en paralelo a lo que fue con la electricidad en verano. Cualquiera de los dos son servicios muy complejos, con muchos eslabones, de una cadena larga que no se conoce y por ende, no se valora. El objetivo de esas piezas es empezar a valorar la complejidad de tener el recurso en nuestras casas.
¿Qué experiencias internacionales tomaron como referencia para abordar un tema que todavía no se había tenido en cuenta en Argentina?
Desde el propio diseño de la estructura de la subsecretaría tuvimos en cuenta cómo estaba armado los equipos de eficiencia energética de distintos países. Uno que tomamos como modelo fue la Agencia Chilena de Eficiencia Energética y también la CONUEE de México o el IDAE de España. En muchas cosas estamos arrancando más tarde y queremos aprovechar la curva de aprendizaje del resto, sobre todo de las cosas que no funcionaron. Son las cosas que por lo general no se cuentan, pero afortunadamente tenemos muy buenas relaciones bilaterales con los países que vienen trabajando en este tema y estamos intercambiando de manera muy fluida las experiencias.
Más preocupados a veces por la ecuación de costos, las industrias no ven la eficiencia como una prioridad. ¿Qué reacción notaron en ese ámbito?
En este año y medio, hemos ido pasando por distintos estadios. Al principio, cuando se manifestó que se iban a incrementar las tarifas, lo primero que teníamos eran pedidos de reuniones para reclamar el subsidio por casos particulares e individuales. Cuando se vio que la modificación tarifaria estaba encaminada, empezaron a venir al Ministerio por alguna ventanilla para pedir el recupero del subsidio y terminaban acá, y yo les promocionaba el financiamiento para pymes, pero se iban, esperando realmente la restitución del subsidio. Después, pasamos a la instancia en que como eso no ocurría, volvían a preguntar. Y lo que estamos viendo ahora es que las pymes muchas veces tienen otras preocupaciones, urgencias y prioridades, y además de que tengan la intención de hacer eficiencia energética, necesitan alguna ayuda adicional más allá del crédito en sí mismo. Tenemos un financiamiento al 9% de tasas en pesos que debería generar una cola de pymes pidiéndolo, pero aunque hay interesados, no son tantos, porque tienen otras prioridades. En la vorágine, prefieren pagar la tarifa a interiorizarse, o consultan pero después no tienen el tiempo de presentar el formulario. Ahí estamos un servicio casi personalizado ahora, y con eso, de a poco, estamos consiguiendo que las pymes se presenten un poco más.
¿Y cuántas pymes hay inscriptas ya?
En el primer trimestre se aprobaron 17 proyectos. Si miramos el universo de pymes a nivel país es muy poquito, somos conscientes, pero para nosotros es mucho porque es más que la cantidad que se aprobaron el año pasado, cuando se aprobaron 15 proyectos. En el medio, hicimos este seguimiento personalizado, y estamos viendo junto con otros Ministerios de qué manera poder darle más difusión.
¿Hay un ahorro significativo en el pago de la tarifa para las que adhieren?
La eficiencia energética la mayoría de las veces es rentable en sí misma. Tiene algunas barreras: una es el conocimiento y la identificación de los proyectos y otra es la inversión inicial, y a eso intenta ayudar este crédito. Pero el beneficio siempre es también económico para el propio usuario, no importa si en la industria o en el hogar. En el caso de los residenciales, no solo pagás menos porque consumís menos sino que dependiendo la cantidad de ahorro, podés aplicar al esquema de incentivos. En electricidad, si ahorrás más de 10% respecto de 2015, tenés una bonificación, y lo mismo en gas, donde podés ahorrar hasta 50%.
¿Y más allá de la industria, cuál es la reacción política, por ejemplo, en el caso de la ley de calefones sin piloto? Pareciera que la eficiencia energética es de esos temas que, como las energías renovables, es políticamente correcto defender, pero al mismo tiempo, nadie pone como prioridad.
Cuando empieza a jugar más la política que la eficiencia o los números de balanza energética, empiezan a jugar otros componentes. Es cierto lo que decís, tiene mucho consenso, pero dependerá del ejercicio político que se haga dentro de la Cámara si se usa como elemento de consenso para llevarla adelante o, como genera consenso y menos discusión política, conviene dejarlo para otra momento. Así como estamos en una campaña de conscientizar al ciudadano y de educar a docentes y alumnos, tenemos que conscientizar a los niveles políticos que hasta ahora no habían escuchado hablar del tema.