Aunque esperables, mayo trajo muy malas noticias en el frente inflacionario: según proyectó ayer Elypsis en base a sus mediciones de alta frecuencia, los precios subieron 2,8% en el mes que concluyó ayer, mostrando una aceleración versus el 2,5% (revisado) de abril y un registro políticamente muy difícil de digerir, más aún en un contexto de enfriamiento de la economía y retraso del salario real.
Según los datos del Indec, algo distintos, los precios subieron 2,7% en abril y 9,6% en lo que va del 2018. En los próximos días, difundirá su número de mayo.
Y si el dato de Elypsis es confirmado o está cerca, como casi siempre ocurre, la inflación del primer semestre (dado que junio también sería inflacionario por los ajustes en regulados y el impacto retardado de la devaluación) se acercaría a 15%. Es decir, en apenas seis meses se consumirá toda la meta de inflación. Un fracaso rotundo de la política antiinflacionaria.
Sin embargo, esa ya no es la gran duda entre analistas sino, más bien, si la inflación del 2018 será mayor o menor que la de 2017, que fue de 24,8%. Pero si los registros de mayo y junio son peores o si el segundo semestre no trae una desinflación sensible, tampoco debe descartarse que la próxima discusión técnica sea si la inflación del 2018 estará abajo o arriba del 30%.
