Entrevista a Martín Grandes, Investigador del Conicet
Martín Grandes, investigador del Conicet y profesor de la UBA, plantea que el consumo es la gran clave y el factor que explica la ausencia de brotes verdes. En rigor, explica más del 70% de la demanda agregada. “Si el Gobierno no toma nota de eso y empieza a moverlo, la economía no va a arrancar porque las inversiones tardan en madurar y no hay mucho para esperar en cuanto a las exportaciones por el contexto global”, sostiene.
Todo parece indicar que el tan anhelado punto de inflexión de la economía no llegará en 2016. Eso es una sorpresa para el Gobierno y varios analistas que proyectaban que llegaría ese punto en el segundo semestre. Sin embargo, para otros, como usted, que lo venían anticipando, no lo es. ¿Por qué no “pegó la vuelta la economía”, como se dice en la jerga?
La economía va a repuntar en algún momento y no creo que quedemos planchados indefinidamente a menos que haya vientos de frente desde afuera muy fuertes. Hoy, ese viento es leve por la suba de tasas que se prevé en EE.UU., la aversión al riesgo por el “efecto Trump” y la crisis de Brasil, que está al borde un caos civil y no tendrá un 2017 mucho mejor. A todo eso se suma un problema local sobre el que vengo alertando y es el de una economía planchada, como en una L, más allá de algunos repuntes, como los que se vieron en agosto, que luego se revirtieron. La razón de esto es una sola y tiene múltiples facetas: el Gobierno subestimó la capacidad del consumo de recuperarse mágicamente con una baja de la inflación que, además, no llegó y sigue cerca de 2% mensual, es decir, 25% anualizado, el nivel que heredaron. Bajaron de 40% a 25% pero, como dice el BCRA, todavía no hay nada para festejar. Tampoco arrancó el círculo virtuoso entre la inversión y empleo, como se preveía.
¿Qué explica el prolongado bajón del consumo?
El consumo depende del crédito y la tasa de interés que tenga, el salario real y la riqueza de la gente. El salario real está deprimido y cayó entre 8 y 15 puntos según cada sector, y diría que está hasta 20 puntos abajo entre los informales. Con las tasas de interés que fija el BCRA en 25%, los créditos que otorgan los bancos no bajan de 45%. Y, por último, la gente está con la soga al cuello. Hay muchos endeudados y refinanciando, y son pocos los que pueden consumir.
También cayó el empleo, aunque no dramáticamente y creció el miedo a perder el trabjo, y eso siempre retrae los ánimos de consumir?
Es cierto, el empleo total cayó en 127.000 puestos. Ni es algo dramático si consideramos que hay algo más de once millones de asalariados. Lo que está pasando con el consumo, dado todos estos datos que comentamos, era previsible y aun no hay punto de inflexión. Si el Gobierno no toma nota de que el consumo explica el 75% de la demanda y necesita moverlo, esto no va a arrancar porque las inversiones tardan y, además, no derraman enseguida. Tampoco hay que esperar demasiado con las exportaciones en el escenario global actual. Hay que apuntar todos los cañones a recrear el mercado interno. Debe haber una compensación antes de fin de año y las paritarias de 2017 tienen que cerrar bien por arriba de la inflación esperada. También hay errores en las políticas, aunque tanto no se mencionen, que explican que no haya una recuperación aún. Me refiero al mal diagnóstico sobre el consumo y a los errores en la implementación y en los retrasos en la ejecución de las partidas. Tampoco hay buena comunicación y cada vez menos creen en las perspectivas del Gobierno.
Permitir aumentos del salario real generosos en 2017 atentaría contra las expectativas de inflación del BCRA. ¿Eso es un mal menor y lo más importante es volver a crecer?
Totalmente. Además, hacer inflation targeting en un país con un rojo de 9% del PIB, una demanda de dinero inestable, con la gente ahorrando en dólares y con un canal poco efectivo para trasmitir los efectos de la política monetaria, me parece errado y apresurado. Los países que aplicaron metas partieron de inflaciones sustancialmente más bajas. La gente no confía en las metas del BCRA y todas las encuestas muestran expectativas superiores a 20%.
Además de convalidar subas elevadas en el salario real, ¿qué más propone para fortalecer los eventuales brotes verdes?
Las tasas de interés para financiar el consumo y cambiar el humor de la gente porque el crédito hacia el Gobierno sigue estando pero no será para siempre. Creo que el mejor legado del Gobierno va a ser institucional más que económico. Hablo de la reforma electoral, la recuperación del Indec, levantar los cepos y haber dejado atrás el default, aunque no otorga tantos votos. Vamos a llegar a las elecciones con la economía creciendo muy poco salvo que el BCRA se ponga a imprimir, algo que no veo. Hay que cambiar la estrategia y evitar que pase, como ocurrió con la Alianza, cuando siempre se esperaba que arranque ese círculo virtuoso que nunca llegó.
Algunos colegas suyos empiezan a hablar de una posibilidad de crisis motivada por una suba del endeudamiento. ¿Comparte el temor o es desmedido por ahora?
No veo ese desenlace, aunque el cóctel de apreciación cambiaria, suba del endeudamiento y déficit fiscal muy grande es peligroso. Pero no veo que eso lleve a una crisis.