Los datos primarios de actividad de octubre no parecen estar brindando buenas noticias en cuanto a la posibilidad de que sea el cuarto trimestre el que finalmente brinde la posibilidad de una reactivación y salida de la recesión. Un informe publicado ayer por FyE Consult, la consultora dirigida por Hernán Hirsch, reseña algunos de los primeros datos que ya salieron a la luz sobre el mes que pasó y que no resultan alentadores. La discusión sobre la llegada del segundo semestre en términos de actividad parece interminable. En primera instancia, se pospuso hasta agosto, mes en el que muchos vieron la bisagra y que pareció confirmar las predicciones cuando brindó algunos indicadores claramente positivos, aunque no en la comparación interanual, donde se seguía viendo una caída, sino en la intermensual. Eso daba a entender que agosto había sido mejor que julio y que entonces se podía vislumbrar el fin del ciclo negativo. Pero, luego, septiembre trajo señales de desilusión ya que tras ese amago de repunte se volvieron a registrar en general indicadores intermensuales negativos. Con septiembre descartado como piso, la nueva ilusión es que octubre lo sea y que la senda positiva arranque con el cuarto trimestre.
Pero los datos del mes pasado tampoco vienen siendo positivos en la comparación intermensual y, a priori, daría la sensación, tal como indica Hirsch en su informe, de que el punto de inflexión aún está en el futuro. ¿Será el último bimestre, o habrá que esperar hasta 2017?
Lejos del piso
El informe de FyE Consult detalla que en octubre los despachos de cemento, que declinaron 17,9% en la interanual, además cayeron 11% en la comparación intermensual (lo que según el informe quincenal de Labour Capital Growth “anticiparía una nueva caída de la construcción”) y el Indice Construya mostró una merma contra septiembre de 0,8%. Asimismo, la producción de automóviles sigue cayendo y, más en general, las ventas minoristas (relevadas por CAME), que venían subiendo de forma intermensual en los últimos registros, vieron una caída de 0,7% contra septiembre y de 8,3% en el cálculo versus el mismo mes de 2015. A todos estos datos duros, la consultora le suma un perfil cualitativo, que son los “comentarios de empresarios no agrícolas, que son indicativos de un flojo arranque en el cuarto trimestre del año”.
Interrogantes
Todo esto lleva a Hirsch a plantearse la pregunta de cómo afectará la impaciencia al futuro económico y político: “Naturalmente, una postergación adicional del 'segundo semestre' no será neutral en términos políticos y económicos. Si lo que parecería ser un 'octubre rojo' se prolongara en el tiempo, el gran interrogante será cuando la ansiedad política comenzará a ganarle a la política de ordenamiento macroeconómico (en parte, ya postergada para 2018). De todos modos, una economía sin crecimiento conlleva un equilibrio económico y político frágil y vulnerable, que rápidamente puede transformarse en una situación más inestable. Por ende, en la medida en que no aparezcan brotes verdes, no pueden descartarse anuncios y/o hasta algún cambio en la política económica”.
Con todo, finalmente concluye: “Entendemos que sin una política fiscal y monetaria expansiva como la de los K, la recesión y la posterior recuperación económica local muy probablemente terminarán resultando más prolongadas y moderadas que lo esperado por el mercado. Bajo este marco, mantenemos nuestra proyección de PIB, previendo una caída del 2% o 2,5% en 2016 y una recuperación amarreta de 2% o 2,5% en 2017”. Es decir, se recuperará lo que se perdió, y nada más.