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El 2017 será un mix entre el modelo pasado y el que se pretende

22 septiembre de 2016

El Gobierno quiere cambiar los motores del crecimiento y pasar de una expansión basada en el consumo, como ocurrió durante la administración anterior, a otra con epicentro en la inversión y las exportaciones. Es claro que sin inversión el crecimiento basado en el consumo no se sostiene en el tiempo.

El proyecto de Presupuesto enviado por el Ejecutivo al Congreso refleja claramente el modelo al que se aspira dada la variación que se le otorga a cada rubro el año próximo y los siguientes porque tanto la tasa de crecimiento de la inversión como la de las exportaciones son mucho mayores que la del consumo privado.

De todas maneras, hay circunstancias externas e internas para que ese cambio se produzca en la magnitud y con la velocidad que desea el Gobierno. El contexto externo no es el más favorable para un auge exportador que impacte fuertemente en el nivel de actividad económica. El crecimiento global será moderado y se ubicará en torno al 3%. Y el comercio mundial crecerá aún menos que la producción. Todos los países están en actitud vendedora, aumenta el proteccionismo y los precios de las materias primas están estancados. Las mejores noticias pueden llegar desde Brasil, que volverá a crecer, aunque a tasas moderadas, en 2017.

El año que viene habrá más inversión pero concentrada en aquellos sectores en los que surjan oportunidades. El agropecuario es uno de ellos y también el energético, aunque eso también dependerá en buena medida de los precios internacionales del petróleo.

Pero el mayor condicionante para avanzar en el nuevo modelo vendrá del frente electoral. Este es un año de transición: se acomodaron precios relativos y se desactivaron trabas como el cepo y el juicio de los holdouts. Y el próximo también lo será en la medida en que coexistirán elementos del anterior y del nuevo modelo.

El Gobierno aspira a ganar las elecciones legislativas para poder avanzar con su agenda de reformas en los dos últimos años de mandato. Y para lograr ese objetivo, el Gobierno no podrá descuidar el consumo en 2017 pues es un motor explica el 70% del PIB y es la variable que más se correlaciona con la intención de voto. Los salarios se van a recuperar en términos reales y también subirán en dólares. El ajuste del gasto público quedará para más adelante y se tomará deuda para enfrentar distintas necesidades del Estado y el tipo de cambio tenderá a atrasarse un poco. Claramente, el 2017 será un mix entre dos modelos, y el cambio de régimen deberá esperar?

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